Sin educación no vas a ninguna parte en este mundo, reza una cita. En Perú, con cerca de dos años de pandemia y sin una fecha clara para el retorno a clases presenciales, hay cerca de 180,000 niños y adolescentes de educación básica que han desertado totalmente a la posibilidad del aprendizaje.
“Al cierre del 2020 habían 700,000 alumnos en riesgo de dejar la escuela, de ellos, 240,000 abandonó y el Ministerio de Educación (Minedu) solo ha podido recuperar al 25% (60,000), el resto (180,000) sigue fuera del sistema, pero incluso continuando dentro del sistema, no están recibiendo la calidad de educación que se requiere”, dijo el exministro de Educación Daniel Alfaro quien sigue las cifras de Semáforo Escuela Remoto del Minedu respecto a la situación de los estudiantes.
Cifras similares fueron expuestas este miércoles por la entidad ante el grupo de trabajo de seguimiento a la Declaratoria de Emergencia del Sector Educación, integrado por la exministra de Educación Flor Pablo Medina, que declaró a Gestión.pe que “ha sido preocupante escuchar que, tras una serie de estrategias, se ha logrado que un 30% de estudiantes que no se habían matriculado vuelvan a hacerlo”. Solo en Lima hay 49,000 estudiantes que no logran conectarse a sus clases.
En la víspera, el presidente Pedro Castillo se reunió con el titular del Minedu, Carlos Gallardo, pero no brindó declaraciones sobre sus coordinaciones. A la fecha, la meta del Ejecutivo es que se logre el 100% de clases presenciales para julio del 2022, pero exministros y el Consejo Nacional de Educación han exhortado a que se cumpla el objetivo a más tardar en marzo próximo.
Meses más, harían retroceder al Perú diez años en comprensión lectora, estima Daniel Alfaro, también líder de educación en el grupo Propuestas del Bicentenario. Mientras que Ivel Vexler, exministro de Educación, señaló que las evaluaciones nacionales e internacionales a los alumnos tendrían que esperar por lo menos tres años más, “hasta que se estabilice porque hay una afectación al aprendizaje y bienestar físico y socioemocional del alumno”, anotó.
Sentido de urgencia y liderazgo
Los tres exministros de Educación consultados han coincidido en que el inicio de clases presenciales debe ser en marzo del 2022 y tiene que ser liderado por el Minedu pero no en solitario. Asimismo, manifestaron que si se hacen las coordinaciones de forma oportuna, se podrá garantizar la seguridad del retorno en los cuatro meses que faltan.
Cabe señalar que actualmente el 87% de colegios públicos (96,578 instituciones de 111,000) están habilitados para el reinicio a la presencialidad, pero esto es solo un primer paso, pues solo 8,887 cumplen al 15 de octubre último con las tres condiciones mínimas impuestas por el Minedu: estar ubicados en distritos con baja tasa de contagio, implementación de protocolos de bioseguridad (entrega de kits de bioseguridad) y que los padres estén de acuerdo con el retorno.
“La meta de regresar a la presencialidad en el 2022 es ambiciosa pero hay que hacerla y para lograrlo, se requiere de una convocatoria del Gobierno nacional con sentido de urgencia, a los gobiernos locales y regionales, a empresas, y otros ministerios, para motivar y apuntar a este compromiso. También a los padres de familia hay que darles confianza. A octubre, solo el 60% aprobaba el retorno”, indicó Alfaro.
Por su parte, Flor Pablo indicó que “el mensaje de que el retorno a la presencialidad es voluntario fue una etapa, aquí no es discrecional el volver. Lo que debe haber es un liderazgo firme y propositivo, de los ministros y el Gobierno, la UGEL, los alcaldes, y otros actores. Si bien hay un porcentaje de colegios que no tiene las condiciones pero siempre en los distritos hay otros espacios públicos, como bibliotecas, lozas deportivas que pueden usarse”, señaló.
La también congresista precisó que “desde ya”, el Minedu debe aprobar los protocolos para el regreso académico. “Hay que lograr cerrar diciembre con el 50% de presencialidad, hoy estamos solo con un 11%”, advirtió.
Por su parte, Vexler exhortó al Ministerio de Salud (Minsa) que se llegue a un nivel alto de vacunación para niños desde los cinco años para febrero del 2022. Asimismo, resaltó que es fundamental la aprobación de las directivas que necesitan los profesores a fin de que tengan claridad sobre cómo se va a proceder en el 2022.