El año escolar 2025 marca el regreso a clases con un protagonista clave: la inteligencia artificial (IA). Este avance tecnológico está transformando la educación, ofreciendo experiencias de aprendizaje más personalizadas, accesibles y eficientes. Pero ¿cómo pueden los estudiantes y docentes aprovechar al máximo esta revolución tecnológica?
La IA en el sector educativo no solo automatiza tareas administrativas, sino que también mejora la comprensión y participación de los estudiantes. Según un informe de Microsoft, el 68% de los educadores y el 62% de los estudiantes ya han utilizado IA para planificar lecciones y mejorar habilidades de escritura.
También, en el mercado global, el sector de IA en la educación se valoró en 2.21 mil millones de dólares en 2024 y se espera que alcance los 5.82 mil millones en 2030, con un crecimiento anual del 17.5%. Este aumento refleja la creciente adopción de herramientas inteligentes en aulas y plataformas de aprendizaje.
En algunos colegios ya comenzaron a utilizar Inteligencia Artificial para mejorar la fluidez al hablar en inglés de sus estudiantes. (Foto: Difusión/ Talentos)
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IA: Un aliado estratégico para la educación
En un mundo donde la digitalización avanza rápidamente, integrar la IA en el aula ya no es una opción, sino una necesidad. Este regreso a clases es la oportunidad perfecta para que educadores y alumnos exploren las posibilidades que la inteligencia artificial ofrece, optimizando el proceso de enseñanza y aprendizaje para las generaciones del futuro.
“Más allá de la tecnología, el verdadero cambio está en la metodología educativa. La IA no busca reemplazar a los docentes, sino potenciar su labor. Con una educación más adaptativa y basada en datos, los profesores pueden enfocarse en lo que realmente importa: guiar a los estudiantes hacia un aprendizaje significativo”, aseguró Becket Barrionuevo, gerente de Acer Perú.
Herramientas que están transformando el aula
Automatización del contenido educativo: La IA permite generar materiales didácticos personalizados, como textos, lecciones y simulaciones interactivas, ahorrando tiempo a los docentes y mejorando la retención del conocimiento en los alumnos.
Aprendizaje inmersivo con realidad aumentada y virtual: Al integrar estas tecnologías, los estudiantes pueden explorar conceptos complejos de manera visual y práctica. Por ejemplo, las clases de anatomía pueden realizarse con modelos 3D interactivos en lugar de libros tradicionales.
Retroalimentación en tiempo real: Gracias a la IA, los estudiantes reciben correcciones y sugerencias automáticas sobre sus tareas y exámenes, lo que acelera su proceso de aprendizaje y mejora sus debilidades académicas.
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Asistentes de aprendizaje personalizados: Herramientas como chatbots o tutores virtuales adaptan el contenido según el nivel y ritmo de cada estudiante, facilitando el aprendizaje autónomo.
Traducción en tiempo real y accesibilidad: La IA permite romper barreras lingüísticas con traducciones instantáneas y facilita la inclusión de estudiantes con discapacidades, optimizando el acceso a la educación para todos.
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