
El congresista Edgar Tello, de la bancada Podemos Perú, presentó un proyecto de ley permitir que las personas que cuenten con la licencia de conducir A1, categoría inicial al momento de tramitar este documento, puedan realizar el servicio de taxi.
La normativa actual permite que solo los que cuenten con licencia A2A puedan realizar este tipo de servicio de transporte. Según el autor de la iniciativa legislativa, esta tiene como objetivo generar mayores oportunidades laborales y fomentar la formalización del servicio de taxi “flexibilizando los requisitos administrativos sin afectar la seguridad vial ni la calidad del servicio”.
Si bien es cierto que el servicio de taxi se ha masificado, sobre todo con la llegada de aplicaciones digitales que facilitan la operación, lo cierto es que la normativa impactará en diferentes aéreas dentro del rubro de transporte.
Conversamos con Christiam Gonzales, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, quien explicó qué modificaciones podría conllevar esta nueva propuesta.
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Reducciones de costos, pero también de experiencia
Según el especialista, las licencias de conducir establecen un mínimo estándar de calidad, y bajar el umbral de exigencia, permitiendo solo A1, reduciría los costos de entrada, pero también la capacidad técnica y experiencia de los conductores.
“Esto podría generar una disminución en la calidad del servicio, pero sobre todo un incremento en el nivel de accidentes de tránsito. En ese sentido, la aprobación de esta propuesta de ley efectivamente incrementaría el riesgo en los servicios de tránsito”, acotó.
Para mitigar esos riesgos, recomendó mecanismos adicionales, como capacitación específica, límites de jornada y seguros diferenciados según el uso del vehículo.
“Por ejemplo, capacitación, límites a la jornada de trabajo en el servicio de taxi. Hay varios estudios que muestran una relación directa entre fatiga, conduciendo y atención de tránsito. También, respecto a los seguros diferenciados, como el SOAT, debería tener precios distintos dependiendo del uso, si es particular o uso de taxi”, añadió.
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Aumento de oferta de taxis
Ante una eventual aprobación de este proyecto, Gonzales indicó que una menor barrera de entrada aumentará la oferta y la disponibilidad del servicio, reduciendo los tiempos de espera.
“Por ejemplo, está el caso de Suecia, Nueva Zelanda, Finlandia, donde estos estudios demuestran que, efectivamente, aumenta la oferta y la disponibilidad del servicio, también disminuye los tiempos de espera”, mencionó.
Precisó que experiencias internacionales muestran que la oferta de taxis crece en escenarios de liberalización, aunque el impacto sobre los precios es heterogéneo. No obstante, insista en que el centro del debate debe ser cómo garantizar la calidad y seguridad ante una mayor oferta.
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Fiscalización más compleja y posible panorama de informalidad
El especialista advirtió que la fiscalización sería más compleja porque el proyecto busca descentralizar las autorizaciones en las municipalidades, lo que fragmentaría la competencia, dificultando la coordinación y la administración efectiva del sistema.
Todo esto, recalca, facilitaría que la flota de taxis creciera, involucrando a un conjunto mucho mayor de potenciales conductores al servicio, por lo que se espera un aumento significativo de la flota y de la congestión vehicular urbana.
“Al disminuir las barreras a la entrada asociadas a la exigencia en términos de la licencia, aumentaría los conductores potenciales del taxi y por lo tanto podría aumentar la oferta”, acotó.
Con respecto a un posible aumento de la informalidad, precisó que el impacto dependerá de cómo se implementa la norma y si se acompañan otras medidas, ya que el esquema formal del servicio exige cumplir diversos requisitos.
“Estos van más allá de la licencia, como el SOAT, el registro de la autorización. Eso está asociado a otros elementos de fiscalización, más que bajar el requisito”, mencionó.
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El impacto en las empresas de taxi ejecutivo y las aplicaciones
El especialista señaló que, ante esta nueva propuesta, podría aumentar la flota y competencia en este segmento, facilitando la entrada de más conductores a las empresas de taxi ejecutivo, afectando la dinámica de plataformas como Uber o Indriver.
El docente coincidió en que el cambio incrementaría la flota y, posiblemente, el flujo de conductores entre plataformas, intensificando la competencia.
“Creo que este cambio va a incrementar la flota, tal vez en una parte más los asociados a estas plataformas”, añadió.
¿Qué dice el MTC?
Fuentes del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) especificaron que la licencia de conducir A1 otorga autorización para conducir a un conductor nuevo.
Especificaron que el Reglamento de Licencias hace una diferenciación en cuanto a los requisitos de una licencia de conducir particular (A1) y una licencia de conducir profesional para la prestación del servicio de taxi (A2A).
“Esta diferencia se encuentra en la mayor exigencia para obtener la mencionada licencia profesional, siendo que el postulante debe cumplir previamente a la obtención de la mencionada licencia con acreditar experiencia en la conducción (contar con una licencia de conducir AI con una antigüedad no menor de dos años), así como una evaluación médica y psicológica más rigurosa, una evaluación de conocimientos acorde al servicio de transporte que prestará (se le exige conocimientos en la normativa de transporte) y además que no tenga multas o sanciones pendientes de cumplimiento”, precisaron.
A su vez, señalaron que el MTC prepublicó un proyecto normativo en el que propuso que el conductor que desee obtener una licencia de conducir A2A para realizar el servicio de taxi, podrá obtener la misma de manera simplificada, ya sea de manera directa o través de recategorización en caso cuente con licencia de conducir clase A categoría I, lo que permitirá superar la problemática referida a los costos y tiempo prolongado para la obtención de dicha licencia.
“Esta simplificación propuesta por el sector tiene reglas que cumplir como lo es el certificado médico y el pasar por un curso de profesionalización en una escuela de conductores establecido por ley; por lo que se sigue rigurosamente límites de seguridad vial”, acotaron.
Sin embargo, indicaron que lo busca este proyecto de ley es equiparar las licencias sin ninguna regla adicional, por lo que el conductor no llevaría un examen médico riguroso y tampoco el curso de profesionalización necesario para la formación de un taxista.
“Se observa que el fondo del citado proyecto no es la obtención de la licencia, sino que su artículo 2 buscar regular los requisitos para ser taxista, lo cual no se condice con los requisitos establecidos en los reglamentos nacionales”, precisaron.
¿Esta ley ayudaría al sector transporte?
Desde un punto de vista económico, el especialista sostuvo que lo correcto sería realizar un análisis costo-beneficio, valorando tanto beneficios directos como indirectos y posibles incentivos positivos o negativos antes de aprobar la medida.
“Lo que corresponde a una regulación de este tipo es realizar un análisis costo-beneficio. Lo que en la formulación de políticas públicas se conoce como análisis de impacto regulatorio. Y ese es el análisis que debería haberse aplicado a esta norma. (…) Esta recomendación de buena práctica en la gestión pública debería, no solamente aplicarse en este caso, sino en cualquier otra acción. Solo ahí es que uno ya podría sustentar, sobre todo, y esa es responsabilidad del formador de la nueva regulación, que esta regulación traería o no un beneficio neto a la población”, puntualizó.
Desde el MTC, precisaron que el objetivo de esta iniciativa sería la de generar oportunidades laborales y la de formalizar el servicio de taxi, flexibilizando requisitos. Sin embargo, mencionaron que no se ha especificado los motivos por los cuales se señala que la informalidad se deba a que los ciudadanos no puedan cumplir con los requisitos para prestar el servicio de taxi, los cuales actualmente se regulan.
“Tampoco se evidencia si existe una deficiencia en la demanda de este servicio que pueda motivar que se promueva (esta iniciativa) como una “oportunidad laboral”. Se debe tener en cuenta que el transporte es un servicio que se presta y debe realizarse bajo requisitos y parámetros de seguridad vial y calidad para proteger la vida de los usuarios transportados", finalizaron.


Bachiller en Periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza, con seis años de experiencia en prensa radial, escrita, digital e instituciones públicas.