Caracas (Reuters).- Decenas de miles de venezolanos desfilaban el jueves ante los restos del presidente Hugo Chávez, en medio de expresiones de dolor que se mezclaban con consignas políticas y promesas de que prolongarán su revolución socialista.
Los seguidores del mandatario dibujaban largas filas en el imponente bulevar del Paseo de los Próceres en la capital para saludar por última vez a su presidente, después de un masivo cortejo fúnebre el miércoles lleno de lágrimas y loas.
Dentro de un féretro abierto y custodiado por una guardia de honor, el líder que perdió el martes una lucha contra el cáncer a los 58 años vestía por última vez bajo un grueso cristal su uniforme militar y su tradicional boina roja.
Mujeres con bebés en brazos, ancianos y hasta gente en sillas de ruedas, casi todos uniformados con camisetas rojas del partido chavista, esperaban para ver por última vez al líder, que fue amado con fervor casi religioso por los venezolanos más pobres y mirado con recelo por las clases más acomodadas.
"Con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro", coreaban el jueves algunos en la fila, en donde muchos pasaron la noche para llegar hasta la capilla en la Academia Militar, alma máter del fallecido comandante.
Ahora los reflectores están sobre el vicepresidente Nicolás Maduro, que fue ungido en diciembre por el propio Chávez como su sucesor político.
Fiel lugarteniente del fallecido presidente, Maduro tendrá sobre sus espaldas el desafío de seguir con el proyecto socialista en un país rico en reservas petroleras con una sociedad muy polarizada.
Aunque las autoridades tienen que convocar a nuevas elecciones en un plazo de 30 días después del fallecimiento de Chávez, como establece la Constitución venezolana, todavía no se ha establecido una fecha para los comicios.
Pese a que la popularidad y el carisma de Maduro no se acerca siquiera a la de su mentor, analistas creen que tiene todo a favor para repetir el triunfo de Chávez del año pasado en las urnas por la emotividad que desató el deceso del mandatario.
"Nos queda seguir con la revolución, con el proceso, que la gente tenga la unidad que tanto pidió (Chávez) y apoye a Maduro para que siga el proceso. Se supone que él es un buen alumno", dijo Trinidad Núñez, una docente de 40 años, que estaba formada para ver a Chávez.
Oposición empieza a moverseLos vehementes partidos opositores, aunque han mantenido un respetuoso silencio, no se han quedado de brazos cruzados.
La coalición de partidos Mesa de la Unidad Democrática (MUD) acordó esta semana postular a Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda y ex candidato presidencial, para enfrentar a Maduro, dijeron a Reuters fuentes partidarias.
A pesar de los temores por posibles desmanes que conduzcan a un escenario de inestabilidad, la calma ha reinado en Venezuela desde que fue anunciada la muerte del presidente. Los militares y los cuerpos policiales redoblaron su presencia en las calles.
"Espero que tengan todos los venezolanos, tanto el gobierno como la oposición, la madurez para sobrellevar una situación que inevitablemente va a tener sus bemoles", dijo el presidente uruguayo, José Mujica, al semanario Búsqueda de su país.
"Ahora hay que hacer todo lo posible para no echar nafta a la hoguera", expresó.
Mujica estuvo en primera fila despidiendo el miércoles en Caracas los restos mortales de Chávez junto a la presidenta argentina Cristina Fernández y el boliviano Evo Morales.
Otros líderes regionales se sumarán a ellos en el funeral de Estado previsto para el viernes, al que incluso asistirán representantes de Estados Unidos, archienemigo del fallecido mandatario socialista.
En Cuba, los hermanos Fidel y Raúl Castro, sus amigos personales, organizaron homenajes en su nombre. Y una decena de países aliados como Argentina y Bolivia decretaron varios días de luto.
Aún no fue revelado donde descansarán los restos de Chávez. Se especula que puedan ser sepultados en su pueblo natal en la abrasadora sabana venezolana, o colocados en un mausoleo cerca de su héroe Simón Bolívar, prócer independentista de Venezuela.