Caracas (Reuters).- Una enorme imagen del rostro sonriente de Hugo Chávez mira hacia Caracas desde las paredes del hospital militar, donde el líder socialista pasa sus días confinado tras la cuarta cirugía por el cáncer que lo tuvo al borde de la muerte.
Cerca de allí un vendedor ambulante ofrece pósters del militar retirado y un juguete que lo retrata con su típica boina roja se balancea tercamente en un puesto de comida ambulante. Imágenes del líder sobran, pero casi nadie lo ha logrado ver y algunos hasta se preguntan si realmente está allí.
Muchos pensaron que el sorpresivo regreso de Chávez desde Cuba, supondría una distensión del cerco informativo que ha rodeado la saga de su enfermedad y otros hasta pensaron que se mostraría activamente al mando de la potencia petrolera.
Pero a una semana de su arribo, nada ha cambiado.
"No sabemos si realmente (Chávez) está aquí (Hospital Militar). Sólo hemos visto carros con vidrios oscuros", dijo Marlene Vegas, ama de casa de 51 años y vecina de la zona.
En las adyacencias del hospital sólo se ven avispados militares y algunos periodistas. La zona se ha vaciado desde la calurosa bienvenida que sus seguidores dieron al líder, posiblemente por los constantes llamados de los líderes del chavismo para que respeten el reposo de los pacientes.
Con un constante flujo de pacientes, empleados y proveedores, las autoridades venezolanas podrían tendrán mayor dificultad para prolongar el severo hermetismo que se mantuvo durante la estadía de Chávez en Cuba, donde se ha seguido casi todo su tratamiento, incluidas cuatro operaciones.
Pero por el momento, el plan pareciera estar funcionando.
Enfermeras y demás personal del hospital consultados por Reuters dijeron no saber nada sobre la condición del mandatario.
Sin embargo, una fuente del nosocomio dijo a Reuters que el mandatario es atendido sólo por personal cubano y que el piso nueve, donde permanece alojado, ha sido enrejado y puesto bajo la atenta mirada de cámaras de seguridad las 24 horas del día.
Chávez ya pasó por este recinto cuando a mediados del 2011 recibió un ciclo de quimioterapia.
Nombrado en honor a uno de los próceres de la independencia venezolana, el doctor Carlos Arvelo, jefe de médicos del Ejército de Simón Bolívar, el Hospital Militar se levanta sobre un terreno de 2,500 metros cuadrados enclavado en una zona chavista al oeste de Caracas y emplea a unas 4,000 personas.
Dudas persistenDesde que partió a la isla gobernada por su aliado Raúl Castro para someterse a una complicada intervención quirúrgica el 11 de diciembre, Chávez no ha sido visto en público.
La única fe de vida que se tiene de él son unas fotos reveladas por el Gobierno hace 10 días donde se le ve recostado en una cama del Cimeq (Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas) cubano junto a sus hijas mayores.
Para algunos líderes de la oposición, como el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, las imágenes "no despejan ninguna incertidumbre".
"Mostramos la foto de Chávez y nos dicen que es Photoshop y no creen en la foto. Si presentamos un video dirán que es viejo y ahora que vino Chávez dicen que es un clon", se quejó el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas.
El regreso de Chávez tampoco aclaró el panorama sobre si su delicada salud le permitirá gobernar hasta el 2019, período que aún no ha podido asumir por su enfermedad.
Mientras tanto, el Gobierno ha hecho esfuerzos por mostrar que Chávez es quien manda, exhibiendo documentos firmados y citando decisiones que aseguran toma el mandatario.
La semana pasada el presidente de Bolivia, Evo Morales, estuvo en Caracas con la intención de visitar a su amigo. Pero sólo pudo reunirse con sus familiares y el vicepresidente Nicolás Maduro, designado por Chávez como su eventual sucesor.
Inmediatamente, grupos opositores se preguntaron por qué Chávez no pudo ver a Morales cuando el Gobierno asegura que sí recibe a algunos de sus ministros.
"No hay nada peor que estar gobernados por la incertidumbre", opinó Ledezma el fin de semana durante un mitin.