Washington (AFP).- La Casa Blanca defendió este domingo la aplicación del decreto de Donald Trump sobre la inmigración que motivó la retención de 109 personas en las fronteras e impidió a otras 200 tomar un vuelo en dirección a Estados Unidos.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, informó de que, de los 325.000 extranjeros llegados a Estados Unidos el sábado, "109 personas" pasaron por procedimientos de control reforzados para "garantizar que las personas a las que dejamos entran en nuestro país vengan con intenciones pacíficas", declaró este domingo a la cadena ABC.
"No queremos dejar que se infiltre alguien que quiere perjudicarnos. Eso es todo. Sé que en algunos casos eso va a provocar inconvenientes", añadió.
Una "veintena de personas" seguían retenidas este domingo por la mañana por los servicios de inmigración para "controles más estrictos", en virtud del decreto, indicó el secretario general de la Casa Blanca, Reince Priebus.
"Creo que estas personas serán liberadas si no presentan peligro y quizás algunas continúan retenidas si son consideradas peligrosas para el país", dijo este domingo en la cadena CBS.
A otras 200 personas se les impidió embarcar hacia Estados Unidos, dijo la consejera de Donald Trump Kellyanne Conway a la emisión Foz News Sunday.
Spicer justificó la ausencia de anuncio previo, que condujo a una situación de caos en los aeropuertos, sobre todo en Nueva York, por la necesidad de "garantizar que la gente no llegue en masa antes de que (el decreto) entre en vigor".
Según el diario The New York Times, el sábado por la noche 81 personas obtuvieron la autorización de entrar en territorio estadounidense tras esas "verificaciones extremas" reclamadas por Trump para los nacionales de siete países de mayoría musulmana: Irán, Irak, Siria, Libia, Sudán, Somalia y Yemen.