Un nuevo escándalo pone en la mira al Poder Judicial al revelarse que durante el 2024 se produjo un robo millonario dentro de la Institución. Según información del dominical Panorama, se robaron los procesadores de computadoras adquiridas para la atención de los usuarios valorizadas en casi medio millón de soles.
El año pasado, la gestión del expresidente del Poder Judicial, Javier Arévalo, compró computadoras por más de 1.3 millones de soles: 347 modernas PCs de escritorio destinadas a agilizar procesos y trámites judiciales.
Según los registros, las computadoras llegaron a los almacenes del Poder Judicial el 16 de enero de 2024. Recién en los últimos días de noviembre, once meses después de su compra, las computadoras fueron distribuidas a diversas cortes de justicia de la ciudad. Supuestamente, habían permanecido sin uso, aun en sus cajas selladas y, en teoría, completamente nuevas.
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La sorpresa llegó en la Corte Superior de Justicia de Lima Este, una de las más congestionadas por expedientes, cuando encendieron las computadoras recién entregadas para el uso de miles de litigantes.
Los trabajadores descubrieron que los equipos no funcionaban, a pesar de ser supuestamente nuevos. La situación empeoró al comprobar que más de 100 computadoras “de estreno” nunca podrían encenderse: los procesadores, la pieza más importante de estos aparatos, habían sido robados.
El millonario robo de computadoras ocurrió en pleno centro de Lima, en la sede principal del Poder Judicial, ubicada en la cuadra 8 de la avenida Carabaya, frente a la emblemática Plaza San Martín. Este edificio, que cuenta con seguridad privada en ambas puertas de acceso, se convirtió en el escenario de un hecho que ha generado gran controversia.
De acuerdo al informe periodístico, cerca de 400 mil soles en procesadores de computadoras fueron sustraídos, desatando una grave denuncia sobre el manejo de recursos en el Poder Judicial.
Según el dominical, el robo de estos procesadores de computadoras se habría llevado a cabo de manera sistemática y paciente entre el 16 de enero y el 28 de noviembre de 2024. Fue precisamente este último día cuando se descubrió que 108 computadoras no contaban con procesadores, lo que reveló la magnitud del hurto.
Modus operandi
Las computadoras, tras su adquisición, fueron inicialmente almacenadas en el depósito 401 del Poder Judicial y luego trasladadas al almacén 302 del mismo edificio, donde permanecieron por 11 meses antes de su distribución. Este extenso período fue aprovechado por una presunta banda organizada, que, de manera meticulosa y paciente, desarmó, robó y volvió a ensamblar los equipos, logrando sustraer los valiosos procesadores sin levantar sospechas durante meses.
Susana Silva, jefa del Gabinete del Poder Judicial, expresó su desconcierto ante lo sucedido: “Nosotros nos hemos preguntado exactamente lo mismo, porque servicio de vigilancia había, servicio de cámaras también; sin embargo, los momentos en los que se produjeron estos robos no han sido registrados por las cámaras de seguridad, es decir, presuntamente hubo una manipulación”.
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“Este ha sido un robo tipo hormiga. Los delincuentes tuvieron el tiempo suficiente, meses, para ir extrayendo de cada computadora lo que les interesaba. Han llevado a cabo un trabajo extremadamente bien planificado. No fue un robo espontáneo, sino que se pensó y ejecutó con precisión. Estamos hablando de una cantidad importante de dinero, lo que evidencia la sofisticación del crimen”, expresó César Ortiz, experto en seguridad ciudadana para Panorama.
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