(AFP).- Un grupo disidente cubano homenajeó en ausencia con el premio Payá, al secretario de la OEA, Luis Almagro, tras la decisión del gobierno de impedirle la entrada a la isla, así como a otros invitados, incluido un expresidente mexicano y una exministra chilena.
Rosa María Payá, hija del fallecido opositor Oswaldo Payá y líder de la organización Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, organizó el inusual evento en la sala de su vivienda, en el barrio El Cerro de La Habana, sin que interviniera la seguridad del Estado.
Casi medio centenar de personas entre opositores cubanos, periodistas y diplomáticos de Estados Unidos, Suecia y República Checa atestaron el reducido espacio, donde había una bandera cubana y un afiche de Payá, quien murió en un accidente de tránsito en el 2012.
"Estamos felices de hacer esto con los que han podido llegar hasta aquí", dijo Rosa Payá, de 28 años, tras denunciar que autoridades cubanas impidieron la asistencia de otros disidentes.
La activista, que promueve un plebiscito en Cuba a favor de una transición democrática, después de más de más de medio siglo de régimen de partido único, criticó lo que calificó de "agresión" contra Almagro y la exministra chilena Mariana Aylwin.
"Esperamos que esta agresión, esta grosería del gobierno cubano con nuestros invitados encuentre respuesta entre los miembros de la OEA y otros gobiernos democráticos", afirmó Paya.
Más temprano, Almagro había denunciado en una carta pública que Cuba le negó el visado, al igual que lo había hecho con Aylwin y el exvicepresidente mexicano Felipe Calderón. Los gobiernos de México y Chile rechazaron la decisión del gobierno cubano.
Almagro, duro crítico de Venezuela el mayor aliado del gobierno cubano al igual que Mariana Aylwin, fueron reconocidos por la organización que lidera Payá.
En el caso de Almagro por su lucha prodemocracia, y en el de Aylwin en homenaje a su padre, Patricio Aylwin, el primer mandatario en asumir el gobierno chileno tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Sobre las dos sillas vacías del jefe de la Organización de Estados Americanos y la exsenadora chilena, fueron puestos los premios, dos placas negras con la efigie tallada de Oswaldo Payá.
La cancillería cubana no se ha pronunciado sobre la polémica decisión, pero la embajada en Santiago de Chile la justificó frente a lo que consideró una "grave provocación internacional contra el gobierno" de Raúl Castro.
Cuba fue suspendida de la OEA en 1962, en el apogeo de la Guerra Fría y de su enfrentamiento ideológico con Estados Unidos. El gobierno de la isla se niega a regresar a la organización a pesar de que el país fue readmitido en el 2009.