Alfredo Torres analiza la coyuntura política del país: el papel de Vladimir Cerrón, la necesidad de convocar a una Asamblea Constituyente y la función de la oposición.
El premier Aníbal Torres señala que el proyecto para instaurar la Asamblea Constituyente se debe a que es el gran clamor de la población sobre todo del interior del país. ¿Qué tan real es esta afirmación?
Lo que muestran las encuestas es que tal afirmación no tiene ningún asidero. Cuando le preguntamos a la gente cuáles deberían ser las prioridades del Gobierno y ponemos 10 opciones la Asamblea Constituyente aparece en décimo lugar.
¿En alguna región o algún segmento socioeconómico se reclama más la Asamblea?
En ninguna parte del Perú. Ni en el sur, ni en el mundo rural ni en ningún segmento pedido de Asamblea pasa del 10%. Es decir, el grupo que reclama la Asamblea Constituyente es un grupo ideologizado de extrema izquierda, que cree que la Constitución es una herramienta mágica para cambiar el país.
Hasta hace unas semanas, había una serie de controversias entre los distintos sectores de izquierda que cuestionaban al Gobierno. ¿Castillo ahora está logrando unificar a las izquierdas y distanciarse de la derecha con medidas como la Constituyente?
En ese sentido, sí, porque el planteamiento de Asamblea Constituyente no solo era de Perú Libre. Ese es un reclamo que tienen varias agrupaciones de esa tendencia. Pero, la verdad, parte de un desconocimiento de la realidad.
¿A qué se refiere?
Cuando uno profundiza en lo que piensa la gente los temas que podrían ir a una Constitución lo que se encuentra y lo que quiere son medidas más duras contra la delincuencia. Por ejemplo, la pena de muerte o medidas más conservadoras, como acabar con la “ideología” de género, que algunos partidos de izquierda más moderna están en contra.
¿Entonces habría más de un decepcionado de lo que puede ocurrir con una nueva Constitución, que al fin y al cabo no les va a dar los cambios que les promete Castillo?
Ese es el error de percepción de estos sectores que se han sumado al reclamo de Asamblea Constituyente y que en realidad le están haciendo el juego al Gobierno porque ante el fracaso de la gestión del Gobierno, hablar de una Constituyente es como una fuga hacia el futuro y le echan de culpa de todo a la Constitución y dicen que con una nueva el Perú va a estar mejor.
Se habló de un cierto distanciamiento entre Vladimir Cerrón y Pedro Castillo. Finalmente, Cerrón mencionó que seguirá apoyando al Gobierno. ¿Qué tan útil le resulta a Castillo esta reaparición de Cerrón a su lado?
Pone en evidencia lo que se ha visto en varios momentos, que cuando Castillo se reúne con otros sectores como el monseñor Pedro Barreto o el siquiatra Max Hernández les dice que va a hacer una cosa, como convocar un gabinete de ancha base. Sin embargo, basta que Cerrón se oponga, quien incluso habló de un golpe eclesiástico, e inmediatamente Castillo se alinea con Cerrón.
¿Fue un error creer que Castillo era distinto a Cerrón?
Sí. Es un error en el que ha caído mucha gente. Está claro que para Castillo, Cerrón es el ideólogo, el poder tras el trono, le hace mucho más caso a Cerrón que a cualquier otro.
¿Cree que Castillo hará cambios en el Gabinete?
Es poco probable que ya cambie a estos ministros. Ya pasaron varios días desde que tuvo la reunión con el cardenal Pedro Barreto y Max Hernández. Por el contrario, ha salido con esta propuesta que polariza y por supuesto no va a prosperar en el Congreso.
¿Cuál es la jugada de este Gabinete?
La cantidad de expresiones desafortunadas que ha tenido el primer ministro Aníbal Torres, como los elogios a Hitler y los ataques a la prensa, diría que este es un Gabinete que polariza. Pero quizá Castillo piensa, como Cerrón, que lo único que queda es polarizar. Tratar de defender ese 20% que todavía lo apoya y convencer a los indecisos de que el problema no es el Gabinete sino el Congreso, la oposición o la prensa. Eso no conduce a ninguna parte.
Torres con sus polémicas declaraciones capta la atención. ¿Está haciendo el papel de pararrayos mientras que el presidente evade así responsabilidades?
Sí. Es una buena hipótesis. Torres cumple la función de pararrayos y al lado suyo Castillo parece el buen pastor. Entonces, la gente que votó por él en la primera vuelta por sentir que es un hombre del campo lo sigue apoyando, mientras Aníbal Torres actúa como pararrayos y también como fuerza de choque.
¿El Gobierno puede ir hacia medidas más radicales?
Lo que vemos es que está destruyendo el Estado de a pocos, entregándole, por ejemplo, al narcotráfico una región donde están las bases militares para combatirlo y promoviendo la producción de hoja de coca para la producción de cocaína.
¿Cuál es la percepción ciudadana sobre la oposición?
La oposición está dividida, el Congreso está desacreditado, no hay nuevos líderes. No han crecido en apoyo popular. Al contrario, han perdido apoyo, y en el Congreso lo que se ve es que hay muchos parlamentarios de los partidos supuestamente de centro que han terminado acomodándose con el Gobierno.