Pese a que desde el Ejecutivo han descartado la posibilidad de crear una Capellanía Evangélica en Palacio de Gobierno, el premier Eduardo Arana tramitó durante cuatro meses la creación de esta infraestructura cuando se desempeñó como ministro de Justicia.
Así lo reveló Punto Final, tras precisar que dicha diligencia finalmente se suspendió en mayo pasado.
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El pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal del Perú, Anthony Lastra, quien presuntamente sería el “consejero espiritual” de la presidenta Dina Boluarte, informó que los miembros de su iglesia se reunieron el pasado 18 de febrero con dicha autoridad y Arana, a quienes le entregaron el informe y el proyecto para la construcción de la capellanía a través de un decreto supremo.
Según precisó, en dicho encuentro la misma presidenta se comprometió a aprobarlo.
“Ella (Dina Boluarte) dijo que, si los católicos tienen su capellanía, es justo que los evangélicos también tengan su capellanía en Palacio. Lo dijo delante de los pastores que estábamos presente delante del ministro de Justicia y del viceministro de Justicia y su jefe de gabinete de asesores. Es más, esa reunión fue grabada por Palacio, que muestren ese video y nos desmientan a nosotros. Ella dijo que sí va la capellanía evangélica en Palacio”, aseveró.
Lastra mostró ante las cámaras el informe técnico legal del Ministerio de Justicia sobre este tema, en el que se concluye que resulta compatible el proyecto para la creación de la capellanía religiosa con las leyes vigentes.
“Se recomienda remitir el proyecto de decreto supremo y la presente opinión técnica legal al Despacho Presidencial y al Mindef para que emitan opinión técnica, conforme a sus competencias”, dice el documento.
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¿POR QUÉ SE FRENÓ LA CREACIÓN DE LA CAPELLANÍA?
Al ser consultado por los motivos que derivaron en la cancelación del proyecto, Lastra consideró que se debe a un “cálculo político” de la presidenta, luego de la elección del cardenal Robert Prevost, que cuenta con nacionalidad peruana, como el papa León XIV.
“Tiene que ver con la elección del nuevo papa, que tiene un arraigo muy grande con el país y tiene DNI peruano. Desde el Estado lo han visto como una oportunidad de colgarse de esa situación para levantar su imagen. Lo están viendo como una estrategia”, apuntó.
A su juicio, la jefa de Estado “quiere quedar bien” con el nuevo sumo pontífice. Si bien admitió que esta tiene todo su derecho a declinar porque antes está su fe, consideró que ante todo “prima la palabra”.
“Una autoridad tiene que tener palabra. Si ella nos hubiera dicho desde un inicio que no era posible esto, ‘no se puede pastor, tenemos un acuerdo’, nosotros hubiéramos respetado su posición. Pero ella dijo que sí era posible”, cuestionó.
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