Ex presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep) afirma que pese a que el Congreso le dio el voto de confianza al gabinete ministerial, debería denegarle facultades legislativas porque sería peligroso. Exhorta al sector empresarial a unirse y promover un discurso que ponga por delante a la persona, la familia y la libertad para neutralizar a la narrativa izquierdista.
¿Qué rol debe cumplir el empresariado ahora que el Congreso le ha dado la confianza al gabinete ministerial que lidera el primer ministro Guido Bellido?
El empresario tiene que estar consciente y participar activamente en política. Esto no quiere decir que sea congresista o candidato presidencial. Eso ya depende de la voluntad de cada uno. Los que generamos riqueza tenemos que apoyar a los que defienden nuestras ideas y debemos estar presentes en el debate nacional. Hoy el debate nacional tiene a pocos empresarios que están dando la cara y otros que se intentan acomodar a la realidad política. Hay que tener un rol de oposición frente al Gobierno de Pedro Castillo y desmontar la narrativa izquierdista.
Ya hay un movimiento creciente de peruanos que protestan contra el gobierno de Castillo ¿Los empresarios deberían participar en estas manifestaciones?
Eso se irá viendo porque ya las encuestas señalan que más de medio país es consciente del problema en el que estamos con este gobierno. El discurso de este Gobierno es comunista. Hay que tener eso bien claro. La realidad no guarda ninguna relevancia en el pensamiento comunista.
Usted también señala que hay angustia en la gente porque este gabinete ministerial no genera confianza por sus integrantes. Sin embargo, pese a diversos cuestionamientos contra más de seis ministros, el Ejecutivo insiste en mantenerlos en el cargo ¿A qué cree que se debe?
Eso demuestra que continúan con su estrategia y están actuando tácticamente como en la guerra. Este gabinete está lleno de ministros fusibles que los van a ir quemando como en la guerra porque para eso los han puesto. Seríamos bien ingenuos pensar que Castillo se va a moderar o se va a humalizar [en referencia a Ollanta Humala] con la salida de algunos ministros. Eso es imposible porque ellos han crecido con esa ideología. Ellos son marxistas, maoístas y mariateguistas. Además, no son capaces de responder que Sendero Luminoso es terrorista y, es más, los tiene en el gabinete ministerial.
El Gobierno de Castillo ha anunciado que repartirá bonos ¿Esta medida le podría ayudar a calmar la angustia de la población?
Es una solución de corto plazo. La gente va a calmar algunas necesidades económicas con ese bono, pero este solo responde a los intereses del partido. Lo que la gente necesita es trabajo. Este segundo semestre no vamos a crecer por el ruido político, pero eso no le interesa al comunismo. Las personas no les interesamos. Ellos creen en su paraíso socialista que es su vehículo para enriquecerse.
El primer ministro Bellido ha señalado que el Ejecutivo solicitará facultades legislativas en materia tributaria, salud y seguridad social ¿ Se las debe dar el Congreso?
Sería un peligro. No se le debe dar ninguna facultad extraordinaria a este Gobierno. No se le debe dar ninguna facultad ni para el tema más trivial. Ya lo han demostrado con su proyecto de ley de control de precios que es un absurdo, que se basa en darle al pueblo pan y circo. Eso ya lo vivimos con el gobierno de Juan Velasco y Alan García I. Trajo colas, escasez y más pobreza. No se puede ir contra las leyes de la economía. La oferta se regula por la demanda y se acabó.
Usted ha cuestionado el rol del empresario peruano en los últimos años, y más aún, su protagonismo en estas primeras semanas del gobierno de Castillo. ¿Cree que el empresariado ha estado alejado de la escena política?
No es que yo esté en contra del empresariado. Es más bien una autocrítica porque también formo parte de el. Pero en los meses que estuvimos bien creíamos que andábamos por cuerdas separadas lo político de lo social, cuando estábamos inmersos en una batalla cultural y abandonamos nuestras ideas que ponen por delante a la persona y la libertad y no como hacen los comunistas que las personas no les importamos. Ese es el territorio que hemos abandonado. El territorio de las ideas.
¿Desde cuándo se inicia esta batalla de ideas?
Esta batalla empieza después de la Segunda Guerra Mundial, no es solo en el Perú esto es global. Hemos abandonado todo el terreno a los progres y caviares. En el Perú es peor porque no estamos en la mano de caviares sino de verdaderos comunistas.
Entonces, ¿considera que el empresariado se durmió en los laureles del crecimiento económico?
Yo creo que sí. Creo que no estuvimos consientes de como la izquierda avanzaba en su narrativa y no fuimos conscientes de que la sociedad se movía por ideologías y por ideas y el resultado es el gobierno que tenemos hoy. Hay que trabajar para que más gente no crea en esa narrativa porque si esta avanza estaremos liquidados. La primera función del empresario es que sus empresas sean exitosas, generen riquezas y puestos de trabajo, pero debemos estar presentes para desmontar la narrativa de la izquierda.
Hay empresarios que participan en política como Rafael López Aliaga y César Acuña e incluso se habló mucho de una posible candidatura de Roque Benavides ¿cree que se deben sumar más empresarios?
Esa es una decisión personal. Yo nunca he creído que el presidente del país tenga que ser un gerente general como si el país fuera una sociedad anónima, pero el empresario que tenga vocación puede participar en política. Pero mi mensaje es que tenemos que apoyar a combatir la narrativa izquierdista.
¿A qué se refiere con narrativa de la izquierda? ¿Al discurso de lucha de clases?
Que la responsabilidad de todos los males del país es del gran empresariado cuando el 90% del Perú es pequeño empresario y ahí es donde tenemos que verlo. Pero los empresarios hemos escondido la cabeza en vez de darnos cuenta cómo la narrativa de la izquierda nos demonizaba y nos señalaba como los culpables de todo. Lo que corresponde ahora es hacerles frente.
El discurso izquierdista y antiempresarial también afirma que el Perú sigue siendo un país primario exportador
Para empezar el Perú no es un país primario exportador desde hace varias décadas. El 80% de nuestra economía no es primaria exportadora. Estas son ideas retrógradas que creen que el Perú tiene que industrializarse cuando ya saltamos esa etapa. Estamos en una economía del conocimiento y servicios y en eso nos estamos desarrollando muy bien. Otra cosa que hay que saber es que Perú ya no es como una pirámide, donde había poca gente arriba y mucha gente pobre abajo. Hoy por hoy es un rombo. Más de 60% del Perú es clase media con grandes o menores ingresos.
Eso desemboca en defender la Constitución Política de 1993 y evitar una asamblea constituyente para cambiarla
La Constitución de 1993, no es una Constitución de Alberto Fujimori porque se diseñó en un Congreso Constituyente. Pero hay que ver cómo estábamos nosotros como familia antes del año 1993 y cómo estamos ahora. Ahora hay una multitud de empresarios, pequeños y grandes que ya tienen sus negocios desarrollados que los manejan sus nietos. Eso es lo que debemos defender y no comernos el cuento de la desigualdad ni del primario exportador. Es un discurso del siglo XIX.
¿Qué se debe hacer para que ese mensaje llegue a la mayoría?
Ese es el punto. Hay que impulsar una narrativa que desmitifique la narrativa de la izquierda y que la gente se identifique con esta narrativa. Las personas se mueven por ideas y no por el pan que vas a comer todos los días. En difusión de ideas la izquierda nos lleva una ventaja inmensa. Por eso yo digo que hay que impulsar otra narrativa que ponga a la persona y la familia por encima de todo.
¿El mal manejo de la pandemia de los últimos dos gobiernos y la crisis sanitaria y económica que trajo consigo fue un factor clave para que la población apueste por un gobierno antisistema más allá del discurso contra el empresariado?
Es uno de los factores que se combinaron para que la población vote por este gobierno y no es por las ideas. El Perú no es un país de tendencia asistencialista o que busque un gobierno comunista. El Perú es el país más emprendedor de toda Latinoamérica, a diferencia de Chile porque hay pocos emprendedores. La gran mayoría trabaja en empresas y les han vendido el discurso que no guarda ninguna relación con la realidad chilena. Nunca me voy a olvidar las palabras de Mario Vargas Llosa que decía que hay que hacer del Perú un país de propietarios y eso ha sucedido. Hoy la mayoría de peruanos tiene su negocio, vivienda y la educación privada de sus hijos.
No obstante, aún la oposición a este Gobierno demuestra que no termina de unirse
Tienen intereses personales como todos, pero más allá de eso, deben enfocarse en construir una nueva narrativa que ponga por encima a la persona, la familia y la libertad. A los comunistas no les importa si hay 1,000 o 100 mil muertos por COVID-19. Eso lo ha demostrado Mao Tse Tung y Lenin, quienes justifican decenas de millones de muertos con su supuesto paraíso socialista. Hay que entender que la libertad nos permite desarrollarnos en nuestra competencia y naturaleza. Gracias a la libertad se desarrollan los talentos y tenemos futbolistas como Paolo Guerrero, un tenor como Juan Diego Flores y al nobel de literatura Mario Vargas Llosa. Los comunistas creen que el destino de las personas los rige una cúpula partidaria.