Lima no es solo la capital de Perú, es la ciudad en la que habita un tercio de los ciudadanos del país y, para algunos candidatos derrotados en las elecciones presidenciales del año pasado, una suerte de repesca para recabar apoyos y conseguir alcanzar la alcaldía más cotizada.
Un exmilitar que fue investigado por el crimen de un periodista en 1988 (declarado inicialmente inocente), un empresario turístico en problemas con Hacienda y un exfutbolista del club Alianza Lima son los favoritos a ocupar el sillón municipal de la capital del país, que el próximo 2 de octubre elegirá a sus nuevos dirigentes locales y regionales.
Se trata de Daniel Urresti, Rafael López y George Forsyth, tres hombres con diferentes tonalidades conservadoras que, en abril del 2021, perdieron en la primera vuelta electoral de los comicios presidenciales que ganó el actual mandatario, Pedro Castillo.
A un año y medio de su derrota, sus nombres son los más sonados en la carrera hacia la elección del nuevo alcalde limeño, pues, según los últimos sondeos de opinión, ellos concentran cerca del 70% de las preferencias electorales.
El exmilitar
Aunque en empate técnico con López, Urresti figura en las encuestas en el primer lugar de la intención de voto, con cerca de un 27 % de respaldo, ensalzado por la población de menor nivel socioeconómico.
El general del Ejército en situación de retiro y exlegislador se presenta por segunda vez consecutiva como candidato de Podemos Perú, una agrupación conservadora que fundó el congresista investigado por presunta organización criminal José Luna Gálvez.
Con el mismo color partidario, Urresti lanzó el año pasado su también segunda tentativa a la jefatura de Estado, pero obtuvo apenas el 4,6 % de los votos emitidos en la primera vuelta.
En Lima, quien fue jefe de comunicaciones del Palacio de Gobierno durante el mandato de Alberto Fujimori (1990-2000) y ministro del Interior en la gestión del expresidente Ollanta Humala (2011-2016) obtuvo el 6.5% de apoyo, muy por detrás de López (14%), su principal rival en las urnas municipales.
Entre las principales sombras de Urresti están los cuestionamientos por un excesivo uso de la fuerza contra comerciantes ambulantes cuando ocupaba el cargo de gerente de seguridad ciudadana en un distrito de Lima, así como el proceso judicial que afronta por el asesinato de un periodista, cuando era jefe de inteligencia en un cuartel militar en el sur peruano.
Por este caso, el candidato fue declarado inocente en el 2018, pero al año siguiente la Corte Suprema anuló esta decisión y ordenó un nuevo juicio oral, por el que todavía no existe sentencia.
El “Porky”
Con tan solo un par de puntos porcentuales menos que Urresti, las encuestas ubican a López en segundo lugar de las preferencias electorales, con un 25% de apoyo, sobre todo de las clases sociales más adineradas de la capital.
Miembro del Opus Dei y defensor público del celibato, López irrumpió con fuerza en la política peruana en las presidenciales del 2021, con un discurso de extrema derecha sin complejos bajo el paraguas de Renovación Popular, una refundación del partido Solidaridad Nacional, que ostentó la alcaldía de Lima con su fundador, Luis Castañeda.
En los comicios presidenciales del año pasado, su candidatura obtuvo el 9.5% de los votos emitidos, apenas 1.4 puntos menos que la líder del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori, que logró pasar al balotaje final.
El “Porky”, como se le apoda por su aspecto regordete y sonrosado, arrasó, sin embargo, en los distritos más pudientes de la capital, donde consiguió el 14.02% de respaldo, ligeramente por debajo del grupo ganador en Lima, el derechista Avanza País (14.03%).
López, quien dice usar cilicio para flagelarse a diario y reprimir su deseo sexual pensando en la virgen María, es dueño de hoteles y de las empresas ferroviarias que llevan a la ciudadela inca de Machu Picchu, aunque su empresa lleva acumulados años de millonarias pérdidas y tiene una deuda con la Hacienda peruana.
El deportista
Detrás de Urresti y López, los sondeos dan cerca de un 15% de intención de voto a Forsyth, quien en el 2020 renunció a la alcaldía del populoso distrito limeño de La Victoria para postular el año siguiente a la Presidencia.
Pero no lo consiguió y, en aquella ocasión, el hijo del diplomático Harold Forsyth y de la exmodelo chilena Verónica Sommer se quedó con el 4.5% de los votos emitidos a nivel nacional y el 6.2% en Lima.
El exalcalde, quien saltó a la fama como portero del Alianza Lima, con el que ganó cuatro veces el título nacional, se postula por el partido Somos Perú, tras haber iniciado su carrera política en Victoria Nacional, el grupo sucesor de Restauración Nacional, una agrupación fundada por el expastor evangélico Humberto Lay.
Pese a ubicarse, en las encuestas, relativamente lejos de los favoritos, Forsyth aún tiene oportunidades de conquistar al pelotón de indecisos, cuyos votos serán claves para elegir a quien conducirá por los próximos cuatro años los destinos de la capital, que alberga a casi 11 millones de peruanos.