Guillermo Nugent tiene en su departamento de Miraflores una colección envidiable de libros que ocupan una larga pared. Tiene dos gatos y un mueble que se asemeja a una mecedora.
Por estos días, un resfrío agresivo persigue al sociólogo, quien también es investigador social y autor de diversos títulos.
Los resultados de las elecciones son ahora un motivo de debate. Nugent afirma, con algún placer, que el lunes observó con cierta “delicia” las reacciones tras los resultados. “Era una delicia ver a gente creer que el Perú es aún su chacra y que conoce a todos sus peones”.
¿A usted le sorprendieron los resultados?
El día lunes, luego de los resultados, fue como mirarse al espejo, pero cuando uno se levanta por la mañana. Allí se ve un rostro del que no había reparado antes, pero que es lo que es. Diría que el lunes, en el Perú, todos –por distintos motivos– nos vimos la cara al despertar. Unos habrán dicho qué mal estoy; otros, para verse rejuvenecidos. Este es el espejo que nos dejan las elecciones.
¿Se sintió sorprendido por lo que vio en ese espejo?
Tenía la idea de que sería una votación dispersa. No hay una bancada mayoritaria. Si vamos a un sentido formal, no hubo sorpresas. La sorpresa está en quiénes son los que han entrado. Me da la impresión de que ninguno diría: ‘conseguimos lo que buscábamos’. La sorpresa está en los partidos, pues hay quienes lograron más de lo que buscaron o menos de lo esperado. Más bien, UPP y Frepap sí son novedades.
¿Por qué la elección del Frepap se tomó en forma tan folclórica?
No entiendo por qué el Frepap es visto como extravagante y no el Sodalicio. Pero en todo caso es un voto válido. Un Congreso que tenga la mayor representación es una gran cosa. Es terrible creer que un mejor Congreso es cuando es menos diverso políticamente. Eso no es lo ideal.
¿Cuál es su evaluación sobre la bancada de UPP, que lidera Antauro Humala?
Tenemos año y medio para ver el juego político que van a desarrollar. Este periodo hasta el 2021 puede ayudarnos a entender proyectos políticos en desarrollo.
¿Pero también puede ayudar a descartarlos?
Claramente. Va a haber listas o parlamentarios de mecha corta, que no van a llegar al 2021.
De lo visto hasta ahora, ¿cree que entre los líderes que hoy conocemos están todos los candidatos para el 2021?
No se puede hacer un análisis como si todos fuéramos a votar por primera vez. Hay ya un asunto de aprendizaje electoral. Hemos visto ya muchos presidentes, ilusiones y desilusiones. Todo ese bagaje se expresa en las elecciones.
¿Cree que somos mejores electores?
Claro. Hay un hartazgo del discurso confrontacional. Contra todo lo que se cree, el elector sabe cómo votar y analizar.
¿Le sorprendieron las reacciones luego de las elecciones?
Eso fue una delicia, ver gente creer que el Perú es aún su chacra y que conoce a todos sus peones. Seguro pensaban que los peones se portaron mal con ellos. Se sigue pensando, y sobre todo en los medios de comunicación, que todos nos conocemos.
¿Los medios no vimos esta composición?
En realidad, nadie la vio. Lo que sucede en las elecciones es que uno cosecha la falta de escucha que hubo durante todo el año. Los medios son como el profesor de la clase. En ella, hay 40 alumnos, pero el profesor tiene sus cuatro favoritos con los que dialoga, los otros 36 están callados, porque no se les da la palabra. En cada elección, hay esta especie de leyenda entre las encuestas a la que le llaman voto escondido.
¿Cuál es su lectura de esa suerte de leyenda?
No es un voto escondido, es un grupo al que no se le escuchó en todo un año. Por qué no decir mejor que hay una escucha muy selectiva.
¿Hubo el famoso voto de protesta en esta elección?
En toda elección siempre lo hay.
¿El voto de protesta le pertenece a algún sector particular de la sociedad?
No le pertenece. Hay votos de protesta que son satanizados por los medios. Pero volvemos al asunto de no escuchar lo que está pasando. Las elecciones se convierten en un momento innecesario de incertidumbre, porque carecemos de un discurso público que sea más efectivo para reflejar lo que siente la gente.
Usted reflexiona sobre el papel de los medios, y qué pasa con los electores. ¿Nos la tomamos en serio?
No, la verdad que no. Otro detalle es que los electores miran a los medios como una referencia, pero las creencias políticas tienen procesos más complejos. Se pretende hacer sentir que hay un electorado manipulable. Un caso extremo es el de Dionisio Romero entregando dinero a Keiko Fujimori, para que gane una elección, o a empresarios invirtiendo en campañas. Hay una cierta arrogancia criolla.
¿Cree que elector es realmente manipulable?
Diría que hay momentos en los que el electorado se repliega y otros en que avanza. En los momentos en que hay un repliegue, y eso pasa cuando hay control de medios en tiempos de dictaduras.
¿Los resultados de las elecciones son realmente lo que el elector quería?
Es más fácil entender la voluntad ciudadana con respecto a las exclusiones que frente a las inclusiones en el nuevo Congreso.
¿Queda más el sentido del castigo de parte del elector?
En el caso del Apra, por ejemplo, es clarísimo. No se trata solo de un partido, sino de una tradición.
¿Y qué pasó con el PPC?
Probablemente, dejó de encarnar intereses conservadores atractivos para el gran público. Encarnó un conservadurismo ineficaz.
¿Ve los resultados como un mejor reflejo del país?
Estamos ante elecciones parlamentarias, no presidenciales. Esta es una elección más real, en la que hay menos ilusión en el sentido de que si voto por alguien me va a arreglar la vida. No hay elementos mesiánicos. El sentido del voto cambia mucho cuando solo se vota por un Congreso y no por el presidente.
Entonces, ¿este escenario será diferente en el 2021?
Hay que ver las prioridades del Congreso. Creo que aparece un espacio político para una renovación.
¿Este Congreso será mejor que el anterior?
La valla del anterior es muy baja. La dispersión del nuevo Congreso hará más difícil la matonería política, que creo que fue el principal motivo de rechazo al Parlamento, sin olvidar los congresistas con diversas denuncias.
Se ha mencionado que en los distritos de mayores ingresos hubo más ausentismo que en los de menores ingreso. ¿Es un caso de civismo, de compromiso?
No lo creo. Lo que sí nos invita a pensar es que si hay más holgura económica el efecto de la multa cambia el deseo de ir a votar, frente a quien tiene menos ingresos.
En su análisis electoral, ¿cómo incluir los efectos que hay en la economía?
Hay una cosa que no cuadra. Cuando uno ve la perspectiva de crecimiento económico, uno cree que la situación económica da para tener un relativo optimismo, que obviamente es mayor desde el lado del Gobierno. No se ve un escenario apocalíptico, que sí se observa desde el lado de la política.
O sea, ¿hay dos discursos diferenciados entre lo que es la economía y la política?
Hay una idea apocalíptica en la política. El futuro político se ve como una amenaza inminente de la que no nos hemos podido desprender hasta ahora.
¿A Antauro Humala no lo ve como una amenaza?
Su discurso es una gran amenaza. Lo que me preocupa es que hay un marcado desfase entre cómo marcha la economía del país, con cierta estabilidad, frente a un discurso político apocalíptico desmedido para reivindicarlo o denunciarlo.
¿Cómo evalúa el papel de los empresarios en la política?
Primero, me parece bien que no puedan hacer aportes durante las campañas. Lo otro es que ya se ha ganado mucho terreno en reconocer que el Perú es un país diverso. Pero en el caso de los empresarios no se observa eso. Cuando uno ve los encuentros de CADE, observa que se visten igual, se portan igual, todo igual a un nivel comparable a un desfile militar. La verdad, es que hay muchos tipos de empresarios, muchas formas de hacer negocios.
¿El ciudadano común entonces no se refleja en la clase empresarial?
En ese modelo, no.
¿Cuál es ese modelo?
Es el modelo empresario-vitrina-CADE. Parece que ellos hubieran creado su propio club. Ya hemos crecido como sociedad para entender que la diversidad no es un defecto.
Sí hay distintos empresarios, pero no están en esa vitrina…
Claro, que los hay. Creo que muchas veces también el perfil bajo aparece como una forma de protección, de prudencia.
¿Esa crítica que hace sobre los medios incluye también a los analistas?
Esta idea de que yo, como analista, pueda sentirme por encima de todos los ciudadanos es una tontería antidemocrática. Lo que pienso y siento lo he aprendido por este país. No es posible ver por debajo a todos. Detesto ese tono de quienes dicen ser PhD frente al bajo nivel educativo. Realmente lo detesto.
Hoja De Vida
Nombre: José Guillermo Nugent Herrera.
Grados académicos: Pregrado en Historia en la PUCP y de posgrado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en México. Doctorado en Filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.