
La Fuerza Aérea del Perú (FAP) opera actualmente aviones que ya tienen varias décadas en servicio, como los Mirage 2000 (adquiridos en los 80) y los MIG-29 (comprados en los 90); y aunque han sido mantenidos y modernizados en parte, muchos de estos equipos ya están cerca del final de su vida útil operativa o no cumplen con los estándares tecnológicos actuales que si manejan otras naciones.
¿Entre qué aviones de combate deberá elegir el Perú?
Bajo ese contexto, el Poder Ejecutivo ha decidido renovar su flota de aviones de combate y deberá elegir entre los suecos Gripen, los estadounidenses F-16 o los Rafale franceses. El presupuesto ya fue aprobado por el Congreso y solo queda pendiente la decisión final de la FAP y el gobierno.
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¿Es necesaria la renovación de aviones de combate?
Sí, el Perú necesita renovar su flota aérea, y no es una preocupación nueva. Hay varias razones de peso para ello.
“En un contexto global de constantes cambios geopolíticos y tecnológicos, la Fuerza Aérea del Perú (FAP) se enfrenta a un desafío crítico: la renovación de su flota de aviones de combate. Los sistemas aéreos vigentes de la FAP, muchos de ellos con más de 40 años en operación, han llegado a un punto en que su modernización no es opcional, sino una necesidad urgente para garantizar la defensa, seguridad y el desarrollo nacional”, explicó en un artículo publicado a finales del 2024 el comandante general de la Fuerza Aérea del Perú, general del Aire Carlos Enrique Chávez Cateriano.

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Los candidatos
La lista corta de candidatos que tiene el Perú para elegir su nuevo avión de combate esta conformado por los siguientes:
F-16 (Estados Unidos)
Es un avión caza ligero y versátil de cuarta generación, ampliamente usado en el mundo por su eficacia, facilidad de mantenimiento y menor costo operativo. Ideal para misiones múltiples.
Estos son los países que operan el F-16: Estados Unidos, Turquía, Israel, Egipto, Grecia, Emiratos Árabes Unidos, Corea del Sur, Taiwán, Países Bajos, Noruega, Portugal, Rumanía, Polonia, Chile, Indonesia, Tailandia, Baréin, Pakistán, Singapur y Eslovaquia.
Gripen (Suecia)
Es un avión de combate moderno y ágil, diseñado para ser eficiente, fácil de operar y más económico. Destaca por su interoperabilidad, electrónica avanzada y adaptabilidad a regiones como América Latina.
Estos son los países que operan el Gripen: Suecia, Brasil, República Checa, Hungría, Sudáfrica, Tailandia y Colombia (pedido reciente).
Dassault Rafale (Francia)
Es un avión de combate polivalente de alta gama, con tecnología avanzada, capacidad para combate aire-aire y aire-tierra, y sistemas electrónicos de última generación. Potente pero costoso.
Estos son los países que operan el Rafale: Francia (país de origen), Egipto, India, Grecia, Croacia, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia (pedido reciente en proceso de entrega) y Qatar.
“Desde hace mucho tiempo en nuestro sistema de defensa no se han renovado los aviones de guerra. Yo creo que sí es importantísimo, pero previo a ello debe haber todo un equipamiento en el sistema de defensa aérea”, explicó Mariano Gonzáles, exministro de Defensa.
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Brasil y su experiencia con el Gripen E
Brasil es considerado una potencia en aeronáutica, especialmente dentro de América Latina y entre los países en desarrollo.
Aunque no está al nivel de gigantes como Estados Unidos, Rusia o Francia, Brasil tiene un lugar destacado en la industria aeroespacial por varias razones.
Entre ellas está el funcionamiento de Embraer (Empresa Brasileira de Aeronáutica), que es la tercera mayor fabricante de aviones del mundo, después de Boeing y Airbus, y la más importante de América Latina.
Además, están los programas aeroespaciales en desarrollo y la formación técnica de ingenieros de alto nivel.
Gestión conversó con los representantes de la Força Aérea Brasileira durante la feria de defensa LAAD 2025, quienes hablaron de su última experiencia, precisamente con uno de los aviones de combate que están en la lista final del Perú: los Gripen suecos.
“Brasil eligió el Saab Gripen E/F en el programa F-X2 de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) por varias razones: Transferencia de tecnología, capacidad operativa y asociación estratégica a largo plazo. Saab se ha comprometido con un programa integral de transferencia de tecnología, que permitirá a la industria brasileña participar activamente en el desarrollo y la producción del avión. El acuerdo con Saab implicó la participación de Embraer y otras empresas brasileñas, promoviendo el desarrollo de la industria nacional“, explicaron.

Cabe destacar que entre los competidores de la lista corta que tuvo Brasil para elegir a su nuevo avión de combate estuvieron: el Saab Gripen (Suecia), el Boeing F/A-18 Super Hornet (EE.UU.) y el Dassault Rafale (Francia).
“En cuanto al entrenamiento de pilotos, los que serían los primeros pilotos de Gripen de la 1ª GDA fueron enviados a Suecia para realizar un entrenamiento inicial en los aviones Gripen C y Gripen D, que son las versiones monoplaza y biplaza del modelo que antecedió al avión brasileño, lo que fue muy útil para familiarizarse con el “Concepto Gripen. Tras completar este curso de familiarización, se realizó la conversión al Gripen E, que es la versión monoplaza del avión. Toda la preparación para este nuevo sistema se realizó mediante el simulador de vuelo y otras herramientas de apoyo al entrenamiento, ya que aún no se había recibido el Gripen F, la versión biplaza adquirida por la FAB”, se añadió.
Para el Perú sería una opción accesible, sin embargo su principal contra es que a diferencia del F-16 o el Rafale, el Gripen nunca ha sido probado en combate. No obstante, desde este mes empezó a volar en misiones de vigilancia de la OTAN.
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F-16 y su gran trayectoria
El F-16 Fighting Falcon tiene una de las trayectorias más extensas y exitosas en el mundo de la aviación militar.
Ha sido usado en más de 4 millones de horas de vuelo de combate y participó en todas las guerras importantes en las que EE.UU. ha estado involucrado desde los años 80: Irak, Afganistán, Kosovo, Siria, entre otros.
Comparado con otros cazas, el F-16 es más fácil de operar y tiene mayor experiencia de uso. Sin embargo, genera una alta dependencia de Estados Unidos.

En Sudamérica, el principal referente es Chile. El país vecino del sur opera estos aviones desde los 2000, algunos adquiridos nuevos y otros modernizados.
El F-16 ofrece solidez y experiencia, pero a cambio de cierto nivel de dependencia estratégica (de Estados Unidos), costos operativos importantes y limitaciones tecnológicas frente a alternativas más nuevas como el Rafale o el Gripen.
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Dassault Rafale, el sucesor de los Mirage
El Perú compró 12 Mirage 2000P y 2 Mirage 2000DP a Francia en la década de 1980. Fueron operados por la Fuerza Aérea del Perú (FAP) principalmente desde la base aérea de La Joya (Arequipa).
Aunque han funcionado bien, el mantenimiento ha sido caro y dependiente de Francia.


El Rafale es el sucesor natural del Mirage dentro de la industria francesa. Un pro para el Perú es que adquirirlo significaría una transición natural de su flota aérea.
Sin embargo, el costo es un reto. El precio por unidad del Rafale ronda los US$ 100 millones o más, sin contar repuestos, armas, entrenamiento e infraestructura. Esto lo hace una opción más costosa que el F-16 o el Gripen.
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El gobierno, bajo la recomendación de la FAP, deberá elegir qué tipo de avión de combate comprar para renovar su flota.
Comprar un avión de combate no es solo una decisión militar, sino una estrategia de defensa, disuasión y soberanía. Le permite a un país proteger su espacio aéreo, responder a amenazas, fortalecer alianzas internacionales y mantener el control sobre su territorio. También puede impulsar la industria local si hay transferencia tecnológica.