Este jueves 7 de diciembre la presidenta Dina Boluarte cumple su primer año al frente del Poder Ejecutivo, en medio de la crisis política generada por la investigación que involucra a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, y del anuncio de una serie de protestas al interior del país en contra de su Gobierno.
En estos 365 días que estuvo dirigiendo el país, la jefa de Estado enfrentó diversas situaciones adversas que hicieron tambalear su Gobierno. Desde las manifestaciones en contra de su gestión, que dejó más de 30 fallecidos y un centenar de heridos, hasta el incremento de la inseguridad ciudadana y el anuncio de que nos encontramos en una recesión económica.
Además, Boluarte tuvo que lidiar con denuncias que la comprometieron o que involucran a parientes suyos. Por ejemplo, las revelaciones de su exasesora, Maritza Sánchez, y del exasesor de Pedro Castillo, Henry Shimabukuro, respecto los aportes que recibió el 2021 para su campaña electoral que no fueron reportados ante la ONPE, así como las reuniones que tuvo su hermano, Nicanor Boluarte, con funcionarios, proveedores y hasta con un alcalde.
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Pese a todos estos inconvenientes, la presidenta aún sigue en el cargo y parece que no se moverá de ahí hasta el 2026.
Gestión entrevistó a tres analistas políticos para identificar los aciertos y desaciertos de este primer año de la presidenta en el poder y aquellas cosas que tiene que mejorar de cara a los años venideros. Estas fueron sus respuestas:
Los aciertos
Para el director de Vox Populi, Luis Benavente, el principal acierto de Boluarte en su primer año de Gobierno fue contribuir a recuperar la democracia en el país, dada las circunstancias en la que asumió el mando del país tras la detención de Pedro Castillo.
“Creo que eso es algo indiscutible. El régimen anterior cometió un delito contra la democracia y por eso es que Pedro Castillo está preso. Ante esto, Dina Boluarte asumió legítimamente el cargo; sin embargo, lamentablemente hubo una campaña en el exterior muy fuerte contra su legitimidad. Al final, logró contrarrestar todo eso”, indicó tras destacar que la presidenta también logró sobrevivir a las protestas y los pedidos de adelanto de elecciones.
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El analista recalcó que la jefa de Estado logró todo esto “sin hacer concesiones con nadie”.
“A nivel político le reconozco que ha sabido subsistir a dos intentos de vacancia y el adelanto de elecciones, pese a que no tiene bancada. Esto también se debe a un acuerdo tácito entre ambos poderes del Estado, porque si el Congreso complota contra la presidenta, esta tiene un haz bajo la manga: la disolución del Congreso. Entonces, también hay ese punto de equilibrio, eso de ‘no me tocas, no te toco’”, aseveró.
Por su parte, la gerente general de Datum Internacional, Urpi Torrado, indicó que en este momento la gente le reconoce a la jefa de Estado el que haya logrado cierta estabilidad institucional y política, luego de haber vivido una crisis que derivó en un estallido social.
“No es que no haya empeorado la situación, sino que el hecho de que haya una cierta estabilidad relativa que permite a la gente salir a trabajar, eso se lo reconocen. O sea, no te olvides que ha habido un momento dentro de la crisis política en que la gente tenía dificultades para ir a trabajar por las manifestaciones y no solo eso en algunas ciudades se interrumpió el acceso de alimentos y de algunos productos por el cierre de carreteras”, acotó.
Sin embargo, advirtió que la presidenta llega a su primer año de gobierno con un nivel bajo de popularidad.
“Incluso, durante varios meses su popularidad estuvo estable; es decir, ni subía y ni bajaba, y lo que se registra últimamente, más bien, es una caída. Entonces, ella (Dina Boluarte) llega a su primer año en el peor momento de su aprobación”, apuntó.
De acuerdo a la última encuesta de Datum Internacional, la desaprobación de Boluarte subió de 72 a 84%, y alcanzó un pico en su rechazo en lo va que su gestión. Su aprobación en Lima y Callao también se redujo a 13%. La cifra representa una caída de nueve puntos porcentuales respecto a octubre.
El socio director del grupo de análisis político 50+1, Arturo Maldonado, destacó de esta gestión la decisión de mantener una coherencia institucional en diversos sectores del Estado, como el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), así como cambiar la imagen del Perú y volverla atractiva para las inversiones, tras el gobierno de Castillo.
“(Dina Boluarte) está tratando de enfatizar ese tipo de discurso en sus últimos viajes al exterior, tratando de colocar la idea de que el Perú es un destino para las inversiones, como una medida para combatir la recesión y eso es necesario. Si lo evaluamos en contraste con el gobierno de Castillo, que más bien dificultaba o atemorizaba a los inversionistas, esto sí es uno de los logros de esta gestión, por mérito propio”, apuntó.
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El analista también hizo hincapié en la habilidad política desplegada por la dupla conformada por Boluarte y el premier Alberto Otárola para llevarse bien con el Congreso, pese a no tener bancada.
“La habilidad de mantenerse en el poder, pese a todo, creo que eso es indiscutible. Ahora, que eso sea un acierto o algo positivo, esa es otra discusión”, añadió.
Los desaciertos
En cuanto a los desaciertos, Benavente consideró que si bien Boluarte ha tenido mejores ministros que Castillo, estos “no son tan buenos como debieron ser”.
“A diferencia de Castillo, ahora hay gente más competitiva en el Gabinete, pero no tienes pues a unos ‘tigres de Malasia’ que puedan conducir una recuperación económica, que puedan conducir la lucha contra la criminalidad o que tengan capacidad política. No tienen eso”, aseveró.
A juicio del analista, el principal defecto de la gestión de Boluarte es el no haber tenido un equipo para impulsar las inversiones y crecimiento económico que se requiere en este momento.
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“El país hoy en día está en recesión y Boluarte no tiene esa habilidad, esa capacidad de manera decidida para que, con actores y ministros, puedan conducir las políticas de Estado. Tendrá una gente en el Gabinete que meritocráticamente le puedo poner un 18, pero en términos de liderazgo y capacidad política, le falta bastante”, cuestionó, tras precisar que otro de los desaciertos son los constantes cambios de ministros en algunos sectores, como por ejemplo, Interior.
En tanto, Torrado indicó que entre los desaciertos de la gestión de la presidenta se ubican dos temas importantes: el mal manejo de la inseguridad ciudadana y las medidas poco efectivas para salir de la recesión económica.
“En ambos casos se han tomado medidas. O sea, en el tema de la inseguridad ciudadana se ha declarado en emergencia algunos distritos, mientras que en el tema de la recesión hay un plan de la promoción de la inversión privada e incentivos; sin embargo, no han logrado tener el efecto esperado. Entonces, lejos de verse una mejora, al contrario, la gente siente que la situación en ambos aspectos ha empeorado”, advirtió.
En ese sentido, la directora general de Datum Internacional dijo que toda esta problemática se traduce en que la gente no percibe que Boluarte tenga una real capacidad para manejar esta situación, que ya se ha desbordado.
A su turno, Maldonado identificó tres desaciertos en lo que va de la gestión de Boluarte. En primer lugar, cuestionó que no haya realizado una rendición de cuentas y que tampoco haya identificado a los responsables políticos de las muestres registradas en las protestas en contra de su Gobierno.
“Creo que un gran de porcentaje de su desaprobación viene de esa falta de acción, de rendición de cuentas. En este Gobierno ha habido un discurso de que, efectivamente, no tienen responsabilidad por estos hechos, por lo que ahí veo un pecado original que comienza la caída de la confianza de la ciudadanía en el Ejecutivo”, apuntó.
El experto también lamentó que esta gestión no se haya comprado el pleito de impulsar una reforma importante o una política pública trascendental.
“Este Gobierno no lidera, solo gestiona. Es más, no ha sabido defender la institucionalidad de algunas reformas que ya habían avanzado, como la reforma universitaria o la reforma magisterial. Otros gobiernos, en el pasado, en ciertos periodos plantearon una agenda al país y creo que actualmente no vemos un Ejecutivo propositivo, sino más bien uno reactivo”, criticó tras precisar que no queda claro cuál será el legado que dejará la presidenta.
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Por último, cuestionó que el Ejecutivo prácticamente “está llegando tarde a resolver los problemas del país”, que venían originándose con anterioridad.
“El tema del Fenómeno del Niño es un claro ejemplo de ello. Uno puede entender que como respuesta al ciclón Yaku el Gobierno, que recién había asumido, tuvo que improvisar un poco. Pero desde ese momento uno observa a la ministra Hania Pérez de Cuéllar decir que nos quedan 8 meses para planear cómo enfrentar este problema. Bueno, creo que no llegamos preparados y hay una serie de acciones tardías”, apuntó.
Las cosas que se deben mejorar
Benavente manifestó que la presidenta, de cara al próximo año, debe nombrar ministros con mayor capacidad política y liderazgo para hacer frente a los diversos problemas que se vendrán, como el fenómeno El Niño.
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“Otro punto es que Boluarte debe buscar un mayor equilibrio político, así como desarrollar una política de mayor diálogo y acercamiento a los distintos sectores”, acotó tras añadir que la jefa de Estado debe buscar una mejor relación con el empresariado.
Para Torrado, el Gobierno debe trabajar en estrategias en dos sectores que son prioritarios: Interior y Economía.
“También está el tema de educación y salud, que son los otros dos temas que preocupan de sobremanera a los peruanos. Digamos que no está a nivel de crisis, pero la seguridad ciudadana y la economía son dos temas medulares para el desarrollo del país. Entonces, tienen que trabajar en una estrategia, en la implementación de la misma y la comunicación”, manifestó.
Finalmente, Maldonado consideró que Boluarte “debe ir más allá de las palabras y de los actos de fe, y concretar todas las propuestas en acciones”.
En cuanto al aspecto comunicacional, el analista remarcó que es necesario que la jefa de Estado tenga una mayor presencia en los medios de comunicación y salga a dar la cara ante los problemas que se registran en el país.
“El señor (Alberto) Otárola ha sido la cara visible de este Gobierno. Creo que desde muchos sectores hay un reconocimiento de que, efectivamente, el premier es el que quizá tiene un mayor peso en las decisiones del Ejecutivo y, por lo tanto, tiene un performance mediático (…) ahí un punto faltante es escuchar a Boluarte siendo interpelada, enfrentándose a un cuestionario y repreguntas para saber cómo responde a algunas acusaciones o críticas”, sostuvo.
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