El 31 de octubre el primer ministro, Vicente Zeballos, anunció que se iniciaría un proceso legislativo para modificar la remuneración mínima vital e implementar un nuevo sistema de pensiones digno, y que lo harían “con la validación del Consejo Nacional de Trabajo” (CNT), el cual el premier describió como un ente donde se encuentran representados el sector empresarial, los trabajadores y el gobierno.
El CNT es un organismo dividido en diferentes comisiones donde se presentan varios temas ante representantes de diferentes grupos como el CONFIEP, la CGTP, la CTP, la CAT y el CUT y se busca llegar a acuerdos unánimes acerca de las materias para impulsar futuras normas, por lo que parece el escenario más adecuado para discutir un aumento de sueldos.
Sin embargo, ¿es necesaria y eficiente la intervención del CNT?
Si uno realiza un análisis de los consensos a los cuales ha llegado este consejo basado en el dialogo social, se puede verificar que son pocos los acuerdos a los cuales ha llegado y este año las sociedad gremiales más grandes que formaban parte del Consejo, la CGTP y el CUT, se han retirado del Consejo, señalando que no volverán hasta que se cumplan con algunas de sus demandas acerca de la normativa laboral vigente.
Esto haría creer que el CNT no solo es ineficiente, sino inestable, y que la necesidad de su intervención en creación de regulación laboral solo haría el procedimiento más complicado y largo.
Para resolver esta incógnita nos reunimos con Jorge Toyama, socio del estudio Vinatea & Toyama y Germán Lora, socio del estudio Payet y representante de la CONFIEP ante el CNT, quienes ofrecieron los siguientes comentarios al respecto.
La intervención del CNT es necesaria para toda norma laboral
Jorge Toyama comenta que la intención de Zeballos es correcta. Señala que “el estado debe agotar todos los esfuerzos para que el dialogo social sea la entidad de persuasión laboral más importante del país”. Comenta que “todo proyecto de ley, toda política laboral o iniciativa legislativa debería pasar por el CNT”.
Comenta que varios proyectos que se ven hoy en día fueron propuestos ante el CNT en su momento y que, acerca de las diferencias entre las partes que imposibilitan la toma de decisiones, “se debe tratar de encontrar un punto de equilibrio y si no, el Estado resuelve”.
Opinión contraria
Por su parte, Germán Lora, indica que la función del CNT debe ser una meramente consultiva, mas no estar supeditada al consenso entre las partes.
Comenta que los miembros del CNT no se apersonan al consejo más que para ver temas que les interesan a ellos, por lo que es necesario que el Ministerio pre publique y publique normas sin la intervención del CNT.
Lora cree que el CNT es bueno para poner a la mesa ciertos temas, pero que en el lado práctico nunca se llega a un acuerdo.
Señala que el CNT debería ser un foro donde cada una de las partes da su opinión y un director general, con asesores, llega a una decisión basándose en la opinión de los miembros del Consejo, ya que “no se va a llegar a un acuerdo”. “El CNT debe ser un órgano consultivo”, recalca.
Cree que “es un error” que todas las normas laborales deban pasar por el CNT, y que este solo debería “socializar las normas laborales” al escuchar las opiniones de los distintos sectores laborales peruanos.
“Hoy por hoy no funciona”, resume, “pero es un mecanismo social necesario desde el punto de vista político”.
3 Problemas Puntuales
Con relación a las dudas de Lora, Toyama comenta que existen 3 problemas que plagan al CNT hoy en día, los cuales tienen solución.
El primero, comenta, es que se ha supeditado la permanencia de ciertas entidades en el CNT al cumplimiento de casos puntuales, como que se declare la legalidad de huelgas. El CNT, comenta, no está para esto, “sino para ver el día a día laboral”. “Las partes trasladan sus casos singulares a lo que debería ser un foro más macro”.
En segundo lugar, comenta que falta que el debate en el CNT se vuelva más técnico y menos ideológico. Señala que se debería debatir primero con argumentos técnicos, proporcionados por abogados o economistas, en lugar de argumentar ideológicamente.
Finalmente, considera que hace falta una “capacidad de concesión”. Muchos, indica, “patean el tablero” cuando ven que no se cumplen sus demandas.
Solución
Toyama comenta que para solucionar estos problemas se necesita una mayor intervención del ministerio de trabajo o invitar a la OIT para que capacite y persuada a las partes sobre la necesidad del dialogo social. Señala que un representante de la OIT podría estar presente en la mesa de debate de la CNT para coordinar las reuniones.
Asimismo, se deben promulgar ventajas para que las partes no quieran retirarse de la CNT, creando un estímulo para las partes de aportar al Consejo, como una financiación a las partes y que una vez que se resuelvan estos problemas, se podrá llegar a una CNT más eficiente, cuya intervención considera necesaria para crear legislación laboral.