(AFP).- La dirección interina del Partido Socialista Obrero Español () se reunió este lunes por primera vez desde la tumultuosa salida de su líder , sin decidir aún si facilitará un gobierno de la derecha para poner fin al bloqueo político en .

El jefe de la comisión gestora, el presidente del en la región de Asturias (norte), Javier Fernández, afirmó en rueda de prensa que el órgano que dirige "no es una dirección política", por lo que corresponderá al parlamento del partido, el Comité Federal, fijar una posición.

Hasta su renuncia, empujado por un sector crítico de su partido en una caótica reunión el sábado, el exlíder socialista defendió el "No" rotundo a permitir un nuevo gobierno del conservador Mariano Rajoy, pero ahora el debe decidir si cambia de postura.

El partido, dividido entre partidarios y detractores de la abstención, tiene que pronunciarse antes del 31 de octubre. Ese día si no hay nuevo gobierno, se convocan nuevas elecciones, las terceras en un año.

Ese nuevo sufragio se realizaría el 18 y no el 25 de diciembre, el día de Navidad, gracias a un proyecto de ley presentado este lunes por los conservadores en el Parlamento para adelantar la fecha, una propuesta apoyada en principio por los .

"La peor solución es ir a elecciones, para el y para el país", dijo Fernández a título personal. Señaló que en los próximos días se reunirá con los líderes territoriales del partido para luego convocar al Comité Federal y sentar una posición definitiva.

Este lunes Rajoy hizo una llamada telefónica a Fernández, en la que ambos acordaron "proseguir con el cauce de comunicación", informó un comunicado del PSOE.

ha permanecido sin un nuevo gobierno luego de nueve meses y dos legislativas, en diciembre del 2015 y junio pasado, que desembocaron en un Parlamento muy fragmentado entre cuatro grandes formaciones incapaces de llegar a acuerdos para conformar un nuevo Ejecutivo.

El conservador Partido Popular (PP), ganador de ambas elecciones, no obstante carece de una mayoría en el Parlamento para gobernar en solitario, por lo que le es indispensable al menos una abstención del PSOE (85 escaños) para permitir la investidura de Rajoy, en el poder desde el 2011.

Sánchez, víctima de una revuelta de críticos de su partido que le reprochaban derrotas electorales y la búsqueda de un gobierno alternativo de izquierdas, que ellos veían como irrealizable, anunció el lunes que permanecerá en su escaño en el Parlamento.

"Hoy más que nunca la militancia del PSOE es lo más importante. Debemos permanecer unidos", escribió Sánchez en la red Twitter.