El Comité Regional para América Latina y el Caribe del Programa Memoria del Mundo de la Unesco ha registrado y entregado los certificados de los manuscritos de los años 1587 y 1613, sobre el origen del Pisco, que fueron hallados este año por el Archivo General de la Nación. Este gesto es un paso más para cerrar de manera definitiva los debates históricos sobre la procedencia del famoso aguardiente de uva.
Johnny Schuler, presidente de la Academia del Pisco, consideró que la entrega de estos certificados por parte de la Unesco ha sido un acontecimiento muy importante para el país, considerando que se ha constatado la veracidad de los manuscritos sobre el origen de este producto nacional.
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“Esto es la incorporación de estos testimonios a la Memoria del Mundo de la Unesco. Es muy importante para nosotros este reconocimiento. Estos documentos testimonian la elaboración de lo que al final se llamó pisco, pero que en principio era llamado aguardiente”, dijo Schuler a Canal N.
Los documentos mencionan la producción de aguardiente de uva, su territorio y la constitución de empresas dedicadas a su embarque desde el puerto de Magdalena de Pisco hacia otros lugares del continente. Reforzando la tesis de la denominación de origen de esta bebida relacionada con la ciudad de Pisco, al sur de Lima.
“Yo tengo documentos en donde el mapa más antiguo es el de Diego Méndes, donde por primera vez figura Pisco en un mapa cartográfico en el mundo. La primera edición sale en 1584. La edición que yo tengo es de 1598, siglo XVI. Esto ya antecede a todo lo que pretenda demostrar nuestros amigos del sur, con todo cariño, pero nosotros tenemos la documentación”, agregó.
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Bajo esa línea, Schuler aseguró que estos documentos demuestran que el nombre “pisco” lo toma el producto del puerto de donde se exporta, es decir del puerto de Pisco.
Hace algunos días, en respuesta al registro de la Unesco, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile expresó que la inscripción de los documentos peruanos tiene un objetivo claro: promover la visibilidad y preservación de la memoria documental latinoamericana y caribeña. No obstante, el gobierno chileno enfatizó que dicho registro no tiene relación con la resolución de disputas históricas o comerciales entre los países, “ni otorga derechos de propiedad intelectual o exclusividad sobre denominaciones de origen”.
En este sentido, la Cancillería chilena señaló que el programa de la Unesco se centra en la conservación y accesibilidad de las fuentes documentales, sin involucrarse en la interpretación histórica de los mismos.
Ante eso, Johnny Schuler señaló que “debemos defender la denominación afuera, porque aquí no va a cambiar nada”.
“Tenemos la razón, los documentos, la cartografía y los historiadores. Esto es del Perú, es peruano. Papelito manda. A nosotros nos falta una mesa de trabajo ajeno a cambios políticos y que se dedique a compaginar todo”, puntualizó.
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