“Vamos Perú, sí se puede. ¡Arriba Perú!”, alentó el jefe de Estado a los futbolistas. EFE/Albert Estévez
“Vamos Perú, sí se puede. ¡Arriba Perú!”, alentó el jefe de Estado a los futbolistas. EFE/Albert Estévez

Las calles de Perú amanecieron este lunes con los colores blanco y rojo de la bandera nacional, desde los trabajadores y jóvenes que salieron a realizar sus actividades, hasta los comercios y oficinas que se contagiaron con la euforia de lograr la clasificación para el Mundial de Catar 2022.

El ambiente en las ciudades peruanas es de expectativa y de una mínima actividad laboral, dado que el Gobierno del presidente Pedro Castillo decretó festivo para que los trabajadores, e incluso estudiantes de educación básica, puedan disfrutar el partido de repechaje frente a Australia con sus familias y amigos.

Así, incluso la Policía Nacional en distintas ciudades del país han preparado barras y bailes para animar en las calles durante sus patrullajes de control del tránsito.

Prácticamente toda la programación televisiva de este lunes está dedicada a los movimientos de la selección dirigida por el argentino Ricardo Gareca en Doha y al aliento previo de los miles de peruanos que han viajado a la capital catarí para presenciar el encuentro.

El mandatario peruano no podía mantenerse ajeno a la expectativa y compartió un mensaje de aliento a los seleccionados en sus redes sociales.

“Desde cada rincón del Perú y el mundo, hoy todos los peruanos estamos unidos en un solo sentimiento”, escribió Castillo en sus redes sociales.

“Estamos con ustedes muchachos para lograr el objetivo Catar 2022. Hoy somos un solo equipo, dejen todo en la cancha”, apostilló.

“Vamos Perú, sí se puede. ¡Arriba Perú!”, alentó el jefe de Estado a los futbolistas.

Varios distritos de Lima y centros comerciales han colocado pantallas gigantes y contratado animadores para que los vecinos puedan ver el partido en esos lugares y disfrutar de un día dedicado en exclusiva a celebrar la eventual clasificación a un mundial de fútbol por segunda vez consecutiva, después de Rusia 2018, tras una ausencia de 36 años.