El 80% de las familias en las comunidades asháninkas y yaneshas dependen de la agricultura para obtener alimentos e ingresos. Foto: ONAMIAP.
El 80% de las familias en las comunidades asháninkas y yaneshas dependen de la agricultura para obtener alimentos e ingresos. Foto: ONAMIAP.

El 92.5% de miembros de comunidades indígenas lucha contra la inseguridad alimentaria, informó la ONG Cool Earth. ante esta situación surgió una iniciativa peruana de implementar la renta básica para dichos pueblos.

Detalló que desde el 2023 de aplica el “Piloto Reciprocidad”, que ensaya la entrega de un ingreso básico para comunidades indígenas de la Amazonía para hacer frente a los efectos de la crisis climática, y contribuir a la protección y conservación de sus bosques.

Como parte de esta iniciativa, un total de 187 personas, en tres comunidades indígenas de la Amazonía, están recibiendo S/258 mensuales durante dos años.

Estas transferencias de efectivo, concebidas bajo el enfoque de renta básica, representan una forma de reparación hacia los pueblos indígenas, apuntó.

Según indicó la ONG, los Pueblos Indígenas, al vivir en armonía con sus territorios, sufren un impacto diferenciado frente a la crisis climática, siendo las mujeres quienes enfrentan las mayores vulnerabilidades.

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Al proporcionar un ingreso durante dos años a los miembros de estas comunidades indígenas ellas y ellos pueden ahora contar con herramientas para decidir su futuro de manera colectiva y en ejercicio de su autonomía. De igual manera, gracias a ello, se fortalece el acceso a derechos vitales como alimentación, salud y medios de vida. Por ejemplo, de acuerdo a la información recogida en una de las comunidades socias, se presentan los primeros alcances:

  • Mejora de la alimentación: antes del piloto, el 92,5% de las personas informaron que luchaban contra la inseguridad alimentaria. Las transferencias son usadas para comprar alimentos no perecibles.
  • Independencia: el 80% de las familias en las comunidades asháninkas y yaneshas dependen de la agricultura para obtener alimentos e ingresos. Por ello, en épocas de escasez, deben recurrir a fuentes de trabajo precario. Gracias a la flexibilidad de las transferencias, las familias pueden afrontar mejor estos periodos y reducir su dependencia de trabajos informales y precarios.
  • Presión reducida: con dinero para gastar y atender necesidades urgentes, las familias ahora tienen menos preocupaciones sobre las finanzas y participan más activamente en actividades comunales de reforestación y conservación.
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