La Ley 32228 introduce una modificación al Código Civil con la incorporación del artículo 233-A, el cual establece principios fundamentales en los procesos de familia. Entre estos principios destacan la oralidad, la inmediación, la tutela judicial efectiva, así como los valores de buena fe y lealtad procesal.
Estas reformas buscan mejorar la eficiencia y transparencia del sistema judicial, asegurando un trato más justo y equitativo para las personas involucradas en casos familiares, al mismo tiempo que promueven una resolución más ágil y con mayores garantías para los derechos de las partes.
Se da especial énfasis a los casos que involucran derechos de niños y adolescentes, en los cuales se prioriza el interés superior del menor y su derecho a participar activamente durante todo el proceso judicial.
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La Ley 32228 también establece que los jueces deben evaluar los hechos de los procesos de familia con especial sensibilidad hacia las circunstancias de la infancia y la adolescencia.
Esta disposición tiene como objetivo garantizar que las decisiones judiciales tomen en cuenta las necesidades y derechos de los menores involucrados, priorizando su bienestar y protegiendo sus intereses en situaciones que puedan afectarlos.
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