La Disponibilidad de Medicamentos Esenciales (DME) es un indicador que revela si un establecimiento de salud cuenta con stock suficiente para sostener la demanda de la población. A nivel nacional, de enero a septiembre, la incidencia de cobertura mayor al 80% –que es el umbral establecido por el Ministerio de Salud (Minsa)– ha ido en aumento: de un 55.6% a un 84.5%.
Sin embargo, el panorama aparentemente positivo es desigual a lo largo del Perú. En el Observatorio de Propuestas del Bicentenario se registró, al noveno mes del año, que solo el 44.5% de los centros de Ucayali cumplen con el mínimo exigido. Le siguen San Martín, con un 53.3%, y Madre de Dios, con un 54.5%. En esa línea, únicamente Tacna y Moquegua cuentan con un 100% de puntos que superan el 80% de DME.
César Amaro, investigador de Videnza, aclaró, inicialmente, que el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares) no fue el delegado de la compra del 2024, sino que la responsabilidad recayó en otros. “El proceso de provisión de medicamentos ha estado a cargo de cada gobierno regional. Entonces, cuando analizamos el grupo que tiene menor disponibilidad a pesar del esfuerzo, las regiones más débiles en equipo de gestión tienen un desempeño más pobre”, puntualizó.
LEA TAMBIÉN: Ley que habilita el doble empleo para médicos en el Estado: las implicancias
Panorama médico
En el informe técnico de la Evolución de la Pobreza Monetaria del 2014 al 2023, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) identificó que, el año pasado, el 32.0% de la población tuvo carencia de atención médica, lo que representó un aumento en comparación con el año 2022.
Y quienes sí lograron examinarse no necesariamente asistieron a un centro de salud. El INEI señaló que, en el tercer trimestre del 2023, solo el 42.6% de la población adulta mayor con algún problema buscó atención: el 13.4% acudió a establecimientos del Minsa; el 12.5% buscó atención en farmacia o botica; el 7.9% se auxilió en establecimientos del Seguro Social de Salud (EsSalud); y el 6.2% fue a un consultorio particular.
Esta cifra es importante bajo la lupa de Amaro, quien aseguró que la preferencia por la farmacia o botica como lugar de consulta evidencia una red primaria con débil capacidad de atención a la comunidad. Y en este contexto alude a Madre de Dios y a las otras regiones con baja cobertura de medicamentos esenciales.
“Madre de Dios tiene un alto gasto de bolsillo y buena parte de ello está destinado a medicamentos. Es un problema para la población más pobre del país, que no tiene dinero para poder comprar cuando no le dan la receta completa”, acotó.
Hizo hincapié en que cubrir la oferta de Madre de Dios, que es una región de la selva del Perú bastante alejada del circuito comercial, generará precios más altos. Esta dificultad se suma a la lenta diligencia de los gobierno regionales.
LEA TAMBIÉN: INSN: con 6,643 atenciones, el autismo concentra la consulta externa con mayor incidencia
Presupuesto
A noviembre, se registró una ejecución, a nivel nacional, del 73.9% del monto destinado a medicamentos (compra de bienes). El Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) fue de S/703.8 millones y el Presupuesto Institucional Modificado (PIM), de S/1,222.6 millones.
Al cierre del 2023, en cambio, el Estado ejecutó el 92.4%. En este caso, el Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) fue de S/511.9 millones; y el Presupuesto Institucional Modificado (PIM), de S/975.1 millones.
Distinto fue el resultado del 2022, cuyo porcentaje de eficiencia en el gasto fue menor: 72.7%. El Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) fue de S/555.4 millones; y el Presupuesto Institucional Modificado (PIM), de S/1,061 millones.
En el lado del ciudadano, no obstante, cada sol cuenta. El especialista apuntó que de cada S/100 de gasto de bolsillo, la población extremadamente pobre destina menos de S/5. “La capacidad de ese bolsillo de comprar sus medicamentos es prácticamente cero. Por eso, el modelo tiene que cambiar. Ahora se está perpetuando a que los peruanos no accedan a la salud”, expresa.
Cambio en el indicador
Ante tal escenario, el investigador de Videnza fue enfático al señalar que el indicador disponibilidad se concentra más en el inventario que en la distribución de los fármacos. Al respecto, calificó al nivel de servicio como un indicador más adecuado: un reemplazo. “¿Cuántos medicamentos han sido entregados de manera efectiva por cada receta que presentó un paciente en un hospital o en una posta médica? Es decir, (se evaluaría) el nivel de servicio en productos completamente entregados sobre los prescritos”, explicó.
Amaro justificó esta idea precisando que el inventario debe ser automatizado porque el fin es avanzar en la digitalización de la información. “Es absurdo que el Estado Peruano al año 2024, casi 2025, mantenga sistemas manuales”, remarcó.
“Estamos poniéndole mucha fuerza a mejorar la compra, y eso está bien, pero si no se articula una buena programación y una buena gestión de inventarios, los peruanos siempre vamos a tener dificultades cuando accedamos a la oferta pública de medicamentos”, concluyó.
Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.