El principal reto de Perú para el año 2022 será encontrar la estabilidad política y una senda para la gobernabilidad sin sobresaltos, ingredientes ambos que faltan en el país desde hace varios años y que, lamentablemente, no parece que vayan a encontrarse al menos en el corto o mediano plazo.
1.- Cimentar una gobernabilidad
Perú cuenta con un cuestionado presidente, Pedro Castillo, con un alto nivel de desaprobación (57% según la última encuesta de El Comercio-Ipsos), lo que supera ampliamente a su aprobación (35%) y que muestra una evidente falta capacidad para gestionar la administración pública y para nombrar a funcionarios idóneos para los cargos públicos.
Tras un cuestionado proceso electoral, sobre todo por la serie de incidentes en los que estuvo involucrado el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), gran parte de la oposición que controla el Congreso no reconoce a Castillo como legítimo. Del otro lado, los defensores de Castillo, dentro y fuera del mismo Congreso, tratan de cuestionar la legitimidad y prestigio del Parlamento al que acusan de “no facilitar la labor del gobierno”.
Ambas fuerzas deberán encontrar puntos en común para conducir al país por la senda democrática y del equilibrio de poderes, debilitadas por su impericia política, inexperiencia, obsesiones y dogmas y agendas particulares ajenas al interés público.
La tarea es monumental en este campo.
2.- Culminar la vacunación contra el COVID-19
La vacunación contra el COVID-19 ha sido una de las pocas historias de éxito peruanas en el 2021, operación dirigida por el Ministerio de Salud (Minsa) primero bajo el gobierno interino de Francisco Sagasti y, a partir de agosto, bajo el gobierno de Castillo.
Los pasos de gigante dados en la cobertura (más del 64% de la población vacunada al cierre del año, y el 10% ya con una tercera dosis) deben seguir adelante sin interrupciones para proteger a uno de los países con las mayores tasas de mortalidad del mundo por el virus.
3.- Retornar a las clases presenciales
Pase lo que pase, los niños peruanos deben volver a las aulas en el 2022, a las que no han acudido desde diciembre del 2019.
Perú es el país de toda la región más retrasado en la incorporación a las aulas, donde apenas ha habido siquiera intentos para impulsar la semipresencialidad. Solo para marzo del 2022 se espera que las escuelas en ciudades funcionen cuatro horas al día como máximo.
4.- Animar la inversión privada
Perú necesita inversión privada para crecer, pero existen entre los empresarios serias dudas sobre las políticas que el Ejecutivo de Castillo pueda impulsar en ese sentido. El Banco Central de Reserva (BCR) augura un estancamiento en el 2022, luego de que en el 2021 creciese 34% respecto al 2020 (-16%).
Pedro Francke, ministro de Economía y Finanzas, es el responsable de tranquilizar y aclarar a los inversores que Perú es un país estable y bueno para invertir, una labor que no llega a convencer a los agentes económicos debido a los exabruptos que periódicamente salen del Ejecutivo y de los principales líderes de los partidos que apoyan al oficialismo dentro y fuera del Congreso.
5.- Frenar la inflación
Un desafío global, que en Perú se ha visto agravado como consecuencia de la incertidumbre política y de la elección de un gobierno con un discurso poco amigable con el sector empresarial formal.
El alza de los precios, que superará en el 2021 el 6.5%, una cifra no vista en décadas, afecta los bolsillos de los peruanos más humildes y, de mantenerse, puede afectar gravemente la ya compleja situación política y económica del país.
Este problema se suma al del hundimiento del tipo de cambio, fruto de la incertidumbre respecto al régimen económico que promueve el gobierno de Castillo y que siempre perjudica más a los más pobres, cuyos escasos recursos los generan en la moneda local y terminan asumiendo el mayor costo de los productos de primera necesidad cuyos precios se fijan en dólares en el mercado internacional.
6.- El gas y el cobre
Las riquezas naturales de Perú, vitales para el devenir del país, estarán en plena discusión en el 2022.
Camisea, el mayor yacimiento de gas del continente, negocia con el Ejecutivo luego de haber recibido amenazas de expropiación de los sectores más radicales aliados de Castillo para ver si puede compartir mejor con el país los grandes beneficios de su explotación.
Y las operaciones y proyectos mineros sufren una serie inédita de protestas sociales y ataques de grupos antimineros que han llevado al cierre de operaciones de varias minas, entre ellas Las Bambas, responsable de la producción del 2% del cobre mundial, lo que tendrá un grave efecto en la economía del país y terminará repercutiendo negativamente en los más pobres.
Perú necesita ingresar más por la explotación de sus recursos y mejorar así los servicios de la ciudadanía, pero también debe atraer inversores y facilitar el comercio global, sin olvidar la preservación del medioambiente. Todo esto está en juego y llegar a un equilibrio será una complicada tarea.
7.- Juzgar a protagonistas del caso Odebrecht
Cinco años después de que el mundo conociera los extremos de corrupción desatados por la constructora brasileña Odebrecht en toda América Latina, en el 2022 deberán verse en Perú las primeras consecuencias legales del escándalo.
En el año que entra Perú verá al expresidente Alejandro Toledo casi con toda seguridad extraditado desde Estados Unidos para ser juzgado; Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia afrontarán ya formalmente un juicio oral; y Keiko Fujimori deberá conocer si también se abre un proceso en su contra, lo que parece muy probable.
8.- Clasificar al Mundial de Fútbol
Perú sueña con clasificar al Mundial de Fútbol Catar 2022, y por primera vez desde que comenzó la eliminatoria, parece en posición de lograrlo.
Una campaña repleta de altibajos comenzó a revertirse en las últimas fechas de la campaña y ahora el equipo de Ricardo Gareca depende de sí mismo para repetir el éxito alcanzado con la clasificación a la Copa del Mundo de Rusia 2018.
9.- Alcanzar los octavos de la Libertadores
Hace ya nueve años que ningún club peruano pasa de la fase de grupos en la copa Libertadores. El último en lograrlo fue Real Garcilaso (ahora Cusco) en el 2013.
El flojo perfil internacional de los clubes peruanos no se condice con la mayor presencia global de su equipo nacional, semifinalista de la Copa América en el 2021 y finalista en el 2019.
La estadística no ayuda: el flamante ganador del torneo local, Alianza Lima, quedó último de su grupo en las ediciones del 2012, 2018, 2019 y 2020, las últimas en las que participó, y sólo pudo lograr entonces una victoria en 24 partidos.
10.- Reactivar el fútbol de menores
Las competencias de menores del fútbol peruano llevan sin hacerse desde el 2019, dos años vitales para la formación de nuevos jugadores que han generado la alarma de las autoridades del balompié y hasta del entrenador del equipo absoluto, Ricardo Gareca.
Establecer protocolos para entrenamientos y torneos, y aplicarlos, es un desafío primordial para el deporte peruano que arriesga perder a una camada entera de jugadores sub-18 que no han tenido tiempo de mostrarse en el campo ni de aprender habilidades básicas para abordar con garantías su paso al fútbol profesional.
Fuente: Elaborado en base a información de la agencia EFE