La crisis generada por la pandemia del COVID -19 en todo el mundo hizo que las personas sean más consientes sobre la realidad de los sistemas de salud, trabajo y educación en sus respectivos países, por lo que a ahora esperan cambios sobre ellos, con miras a un mejor futuro.
Así, la consultora inglesa A Bird´s Eyes View realizó un estudio global a 1,000 ciudadanos para escuchar qué esperan que el Gobierno realice después de esta experiencia. La encuesta se realizó en Reino Unido, Francia, Italia, Chile, Perú, Indonesia y Nigeria, entre el 5 y el 22 de mayo de 2020.
En conversación con Gestión.pe la Responsable del proyecto de investigación de A Bird´s Eye View, Cecilia Torres, señaló que se consideró a Perú en este estudio puesto que cuando llegó el coronavirus, Perú fue uno de los primeros países que adaptó las medidas para protegerse, aunque al final, el desenlace fue otro
“Si bien, quizás no se han tenido los resultados que esperábamos, sí fue un ejemplo que se evidenció de forma global la rapidez e inmediatez en aplicar el estado de emergencia para disminuir la posibilidad de contagio. Entonces era importante incluir a Perú como un ejemplo que se adaptaron”, sostuvo.
Carente sistema de salud
Entre los datos más importantes del estudio destaca que un 52% de los encuestados espera del Gobierno una mejora de la prestación de atención universal en salud, en tanto si se desagrega solo Perú, este indicador se eleva a 77%, por encima de este promedio y de los demás países encuestados.
Al respecto, Torres señala que este indicador tan elevado responde a que ha sido evidente las carencias que se cuentan con el servicio de salud, hecho que ha saltado desde que inició de la pandemia en el país.
Indicó que, si bien ninguno de los países estuvo preparado para enfrentar esta crisis sanitaria, en el Perú se tenía deuda que no es de este gobierno, si no, de muchos atrás.
“Hemos tenido un servicio de salud bastante carente y durante esta época ha sido evidente que no podíamos sostener una enfermedad de este tipo. Esto se ha evidenciado en la respuesta de la gente, en la cual demandan que la prestación universal debe mejorar, porque está lejos de ser una adecuada y en estos momentos ha sido caótica, ha colapsado”, dijo.
Mencionó que en el Perú ya se sabía que el sistema de salud no era el óptimo, sin embargo, la pandemia se encargó de evidenciar la brecha.
Prueba de ello, es que un 55% de los peruanos también espera del Gobierno una mayor inversión en infraestructura de salud, resultado también por encima de lo declarado por los demás países (37% en promedio). En el caso de Chile -por ejemplo- este indicador se ubica en 23%.
En cuanto a otras mejoras que esperan los peruanos destacan, figura una mejor provisión de educación para todos.
En este punto, Torres señala que, si bien se dieron iniciativas educativas el país, no necesariamente fue efectiva porque no estaba adaptada a la realidad.
“Si tenemos un celular o una laptop y tenemos conexión fluida a internet, esto puede funcionar muy bien, pero lamentablemente la mayoría de peruanos no tenemos esa posibilidad y no solo hablo de provincias, si no, de incluso de la capital”, apuntó.
En busca de la formalidad
Los encuestados en este estudio también esperan una mejora a nivel del mercado laboral, pues un 45% pide crear lugares de trabajo más seguros e inclusivos.
En este indicador, Perú nuevamente supera este promedio con un 62%, así como a los demás países encuestados.
Frente a este resultado, la ejecutiva indicó que este indicador se refiere a que las personas esperan mejores condiciones llevaderas en el trabajo, en donde se permita trabajar o convivir en la informalidad laboral. En este punto, es importante mencionar que la informalidad laboral en el Perú alcanza a un 70% de los trabajadores.
“Nuevamente el estado de emergencia se ha encargado de evidenciar, de poner muy en la llaga, que trabajamos en una economía demasiado informal, y lamentablemente los lugares de trabajo están siendo parte de esta informalidad”, sostuvo.
Agregó que partiendo de conocer la realidad del trabajo informal, ahora se espera que haya un mayor impulso al empleo formal, puesto que durante la cuarentena -que inició en marzo y culminó en junio- el Gobierno otorgó facilidades a los trabajadores formales para obtener recursos y enfrentar la crisis, tales como la disposición de sus fondos de AFP y CTS.
Como se recuerda, para los hogares vulnerables -que incluía a los trabajadores informales- se otorgaron bonos, un hecho que fue cuestionado puesto que fueron entregados físicamente en los bancos, aumentado el ritmo de contagio del coronavirus. Posteriormente, se anunció la entrega de los bonos de manera digital (transferencias bancarias).
“Ha sido una cuestión muy agravante el tema de la informalidad, sobre todo en la época de cuarentena cuando finalmente se obliga a las personas a quedarse en casa. Hubo mucho apoyo desde la economía formal, pero hablamos de un porcentaje mínimo, un 30%. El resto, lamentablemente trabajando bajo la informalidad, no pudo de beneficiarse de ninguno de estos incentivos. (...) No todos se pueden dar el lujo de quedarse en casa, porque sabemos que en una economía informal, el día que no trabajas, es el día que no ganas dinero y el día que no come tu familia”, aseveró.