Las conversaciones entre las seis comunidades de Challhuahuacho, en Apurímac, y la minera Las Bambas (subsidiaria de MMG Mining) ya cumplieron tres meses; sin embargo, mientras en algunos casos, el diálogo avanza, en otros, el avance no prospera.
Así lo informó el presidente de la Cámara de Comercio de Apurímac, Edward Palacios, quien sostuvo que en los casos de Fuerabamba, Choaquere, Chila, Pumamarca y Chuicuni, el avance de las mesas de trabajo que sostienen los comuneros con la minera y el Gobierno tienen un progreso de más del 50%.
Mientras que, no sería igual con la comunidad de Huancuire. Además, dichas comunidad todavía no abandonaba los terrenos destinados al proyecto de ampliación, según lo advirtió en su momento Las Bambas, e incluso alertó sobre la presencia de minería ilegal en la zona.
“Al parecer, en las demandas relacionadas con infraestructura, obras y similares, como ocurrió con Fuerabamba con el transporte del concentrado de cobre, se está llegando a acuerdos. Los únicos con los que no se observa un avance es con Huancuire”, expresó.
En la víspera, Romualdo Ochoa, presidente de esta comunidad, manifestó su deseo de empezar desde cero las negociaciones con la minera, a fin de ser socios en partes iguales.
De este modo, Palacios denunció la existencia de “azuzadores legales”, quienes están detrás de los comuneros y de los conflictos, cuyo único interés es obtener beneficios económicos. Esto, según dijo, aprovechándose de compromisos pendientes que no solo corresponden a la empresa privada, sino también al Estado.
“Un reporte ya ha determinado que, en el corredor minero del sur, cada 30 kilómetros hay un conflicto; cada comunidad tiene un problema diferente y espera ser atendida. Sin embargo, en muchos casos, aun cuando las zonas no tienen bien definida su problemática, exigen compromisos de antemano”, explicó.
Reforzamiento de equipos técnicos
Palacios indicó que en las mesas diálogo en las que participa el Gobierno, es necesario el reforzamiento de los equipos técnicos; ello, además, no solo aterrizado a profesionales de experiencia en temas de conflictos, sino también a grupos de trabajo con un enfoque claro de la posición y compromiso del Estado.
“Equipos técnicos que entiendan qué es una mesa de diálogo, trabajar la política de conflictos y que deba seguir una línea directriz que venga del sector que corresponde. De lo contrario, a largo o corto plazo se generan discrepancias en otros sitios. Es decir, se soluciona los problemas en una comunidad, pero se acentúa en otra”, remarcó.
Situación empresarial
El representante de la Cámara de Comercio de Apurímac recordó que la paralización de casi dos meses de Las Bambas ocasionó una caída en la demanda de diferentes servicios relacionados a hotelería, restaurantes, lavanderías, entre otros negocios de la periferia de la empresa. A ello, agregó, el perjuicio de afrontaron los proveedores y también la pérdida de empleo.
Pese a ello, Palacios afirmó que los empresarios han retomado la recuperación, pero la incertidumbre sobre el futuro no permite, en algunos casos, el embarque de nuevos proyectos, sobre todo cuando se estima que la producción de Las Bambas para este 2022 sea de 240 mil toneladas métricas, por debajo de los 400 mil que es su capacidad.
“Hay mucha incertidumbre, pero también expectativas que se dé la solución definitiva a estos conflictos que en el primer semestre ya generaron pérdidas en toda la cadena”, anotó el titular del gremio empresarial.