La crisis del agua afecta a miles de pobladores en Perú y uno de los sectores más golpeados es la agricultura, ya que la disponibilidad y la calidad de este elemento son fundamentales para el éxito de una buena cosecha, especialmente en un país donde gran parte de la producción agrícola depende de la irrigación.
Esta situación puede darse por diversos factores que incluyen la deforestación, el cambio climático, la contaminación y la mala gestión de los recursos hídricos. Además, la disminución de las precipitaciones, el deshielo de los glaciares andinos (importantes fuentes de agua dulce) y la desertificación en algunas regiones agravan aún más la situación.
Mariella Sánchez, directora ejecutiva de Aquafondo, explicó que nuestro país pasa por dos situaciones climáticas que afectan nuestra agricultura. La primera son las intensas lluvias y la segunda es la sequía.
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“Tenemos las ciudades de Puno y Cusco que presentan un problema de sequías. Ahí el cambio climático afecta de tal manera que no llueve y eso perjudica a varios sectores. En el caso del norte, ciudades como Piura y Tumbes, llueve en abundancia, ocasionando inundaciones y haciendo que muchas veces se pierdan las cosechas”, dijo.
En la agricultura, la especialista mencionó que no solo se trata de un impacto en las cosechas, sino que detrás hay una cadena de daños que afecta a toda la economía, ya que al no haber sembríos no hay productos, lo que genera escasez y sobreprecios.
“No se trata solo de que el agricultor pierde su mercadería, también hay un problema en quienes compran y distribuyen estos productos. Al no haber alimentos, subirán de precios y las familias más vulnerables son las más perjudicadas. Un ejemplo de esto fue cuando el limón escaseó en el 2023 y llegó a costar hasta 60 soles el kilo”, manifestó.
Sin agua no hay agricultura
Según un informe del Midagri, las áreas de siembra que experimentaron reducciones en el 2023 fueron las de frijol grano seco, con 13,234 hectáreas menos, lo que representa una disminución del 25.4% en comparación con cinco campañas anteriores. Asimismo, la cebolla registró una reducción del 18.4% en sus áreas cultivadas a nivel nacional. Todo esto por problemas climatológicos: fuertes lluvias, desborde de ríos, altas temperaturas, entre otras.
Cultivos que también observaron una disminución en sus áreas de siembra fueron el maíz amarillo duro, con una caída del 4.8%; el maíz choclo, con una reducción del 9.5%; y la quinua, con una disminución del 10.5%.
Según Anaximandro Rojas, presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), la crisis del agua está generando un serio problema en la agricultura. Un caso evidente es que el año pasado la producción de mango y plátano cayó un 70%. Además, mencionó el caso del limón, que escaseó en esa misma época.
“La crisis hídrica es un tema que se debe poner sobre la mesa y debe ser prioridad para el Ministerio de Agricultura, porque es algo que afecta al sector. Sin agua, no hay agricultura”, señaló.
Sin embargo, Rojas estimó una mejoría de cultivos para este 2024. Por ejemplo, el arroz se recuperará en un 50%, la papa en un 60%, verduras en un 70%.
Los productores
Carmen Felipe-Morales Basurto, productora del Valle de Pachacamac, manifestó que este año esperan que la producción no sufra estragos como los que ocurrieron en el 2023 con la presencia del ciclón Yacku y el Niño Costero.
“Hay agua en el río. Otros años, a fines de marzo, ya comienza a secarse, pero hasta la fecha aún tenemos agua para los sembríos. Lo que sí nos afecta es la extensión del calor; las altas temperaturas no ayudan a cuajar algunos productos como las arracachas y fresas, y la siembra demorará porque el calor todavía está presente”, dijo a Gestión.
Según precisó, si no se logra una cosecha a tiempo, estos productos pueden escasear y generar sobre costos al momento de ser vendidos.
“Se necesita el apoyo de las autoridades para respaldar a los pequeños productores, porque son ellos los que abastecen a los mercados.”, agregó.
Fuertes lluvias contra las cosechas
Las lluvias intensas generadas por los diversos fenómenos que se han presentado en el país (ciclón Yaku y Niño Costero) dejaron graves daños en la agricultura entre los que destacaron:
- Pérdida de cultivos: Las inundaciones repentinas pueden arrasar con los campos de cultivo, destruyendo cosechas como maíz, arroz, frutas y verduras. Los agricultores pierden no solo sus ingresos, sino también su fuente de alimento y sustento.
- Daño a la infraestructura agrícola: Las crecidas de los ríos pueden ocasionar daños en los sistemas de riego, los conductos de drenaje y las infraestructuras agrícolas como los invernaderos y los almacenes. Esta situación repercute en la posibilidad de los agricultores para producir y conservar sus cosechas.
- Contaminación del suelo: Los sedimentos y los desechos arrastrados por las inundaciones tienen el potencial de contaminar los terrenos agrícolas, lo cual complica la producción futura y demanda labores de limpieza y restauración.
- Pérdida de ganado: Las crecidas también impactan en el ganado, poniéndolos en riesgo de ahogamiento o quedarse atrapados en zonas inundadas, lo que resulta en la pérdida tanto de animales como de recursos.
- Dificultades en el acceso a mercados: El estado deteriorado de las carreteras y caminos complica el traslado de los productos agrícolas hacia los mercados, lo que incide directamente en la comercialización y distribución de dichos productos, y, en consecuencia, en los ingresos de los agricultores.
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Deshielo de los glaciares andinos
Ulises Giraldo, docente de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Científica del Sur, comentó que una de las problemáticas que atraviesa nuestro país es el deshielo de los glaciares andinos, los cuales son una fuente de agua dulce para miles de cosechas y sembríos.
“Tenemos que saber sobrellevar las nuevas condiciones que nos impone el cambio climático porque nadie lo podrá frenar. Estamos ante un proceso que genera la desaparición de nuestras principales reservas de agua, que son los glaciares”, mencionó.
“El 40% de la masa glacial en Perú se perdió en los últimos 40 años y eso seguirá aumentando. Si no se tienen reservas de los glaciares, hay que generar nuevas reservas, nuevos mecanismos que permitan regular un nuevo flujo de agua”, añadió.
Además, un informe del Instituto del Bien Común (IBC), publicado recientemente, indica que entre 1985 y 2022 se perdieron 94,500 hectáreas de superficie glaciar en el Perú, lo que representa el 47.7 % de su extensión en 1985, debido al impacto del calentamiento global.
En otras palabras, el país perdió casi la mitad de sus glaciares en las últimas cuatro décadas. Si esta tendencia climática persiste, se prevé que el resto de las montañas nevadas también desaparecerán en los próximos 30 años.
Antes de concluir, el presidente de la Conveagro aseguró que este año no se registrará escasez de alimentos. Pese a ello, indicó que es importante que las autoridades busquen soluciones para trabajar de la mano con los pequeños, medianos y grandes productores para que el agua no sea un impedimento las agrandes cosechas.
Yuriko Cabeza, Lima 1987. Licenciada de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, con más de 12 años de experiencia en medios digitales. Escribo sobre política, actualidad local y realizo informes especiales.
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