Cuando Immanuel Kant decía que el infinito es el cielo estrellado, se refería al espacio, el mismo que ahora interesa cada vez más explorar a los jóvenes peruanos. Siendo astronautas análogos, diseñando rovers, lanzando satélites o analizando a la Tierra, ¿serán indicios del nacer de una industria espacial? Aún es prematuro, pero para “mover montañas” uno comienza cargando pequeñas piedras. Conoce quiénes son los que lo están haciendo ahora.
“La única manera de que los humanos descubran cómo llegar a una parte es dejando algo atrás”, así se interpretó la tercera ley de Newton.
Para el 2035, la industria espacial en el mundo alcanzará los US$ 1.8 billones, frente a los US$ 630,000 millones de 2023, así lo reveló el informe Space: The $1.8 Trillion Opportunity for Global Economic Growth, realizado por el World Economic Forum y McKinsey & Company.
En estos momentos, dicha industria está empezando a dar sus primeros pasos en Perú, porque hay iniciativas de diferentes lados. Desde el Estado, en febrero de este año, ProInversión informó que se construirá el primer puerto espacial en la Base Aérea El Pato, en la ciudad Talara (Piura), con una inversión de más de S/ 1,000 millones. Según investigaciones, dicha región tendría las condiciones para que el puerto espacial sea el más grande de Sudamérica.
Por el lado de la Academia, la Universidad Nacional de Ingeniería anunció que, para el año académico 2025, se ofrecerá por prima vez en el Perú, la carrera de ingeniería aeroespacial. Por último, están las iniciativas y logros de jóvenes peruanos que ya construyen los cimientos de nuestra industria espacial. Gestión conversó con seis de ellos (son muchos más). Conoce sus historias.
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Javier Ruiz Barcellos, CEO de Graviit Space
Javier Barcellos, oriundo de Chachapoyas, contó a Gestión que, cuando quiso ser astronauta, encontró dificultades y la vida lo llevó a otro camino. Sin embargo, alistó maletas para sumergirse en este “viaje espacial”.
Si bien su formación académica es por el lado empresarial, eso no le impidió que pudiera aplicar sus conocimientos al sector espacial. Javier Barcellos explicó que las experiencias empresariales en dicho sector en nuestro país son incipientes, entonces tuvo que dar el primer paso: entrar a la “academia sobre el espacio”.
Barcellos discutió la necesidad de crear políticas espaciales para el Perú, y para lograrlo en 2022 tuvo que estudiar un posgrado sobre tecnologías espaciales en la agencia espacial CONIDA, y entre discusión de ideas, decidió crear GRAVIIT SPACE, una startup que ayuda a personas y organizaciones sin acceso al sector espacial a colaborar en proyectos desde Perú y Latinoamérica.
Aunque el proyecto no estaba sólido, Barcellos tuvo que ir a Estados Unidos para conseguir conocimientos en el MIT y lo logró; consiguió una beca de estudio sobre innovación y sostenibilidad, y así validar el proyecto, es decir, los especialistas le confirmaban que su proyecto tenía futuro.
“Nuestra primera fase consiste en desarrollar un ecosistema empresarial, luego al proceso de financiamiento de dichos proyectos a través de nuestros aliados y socios. Finalmente, lograr ser un marketplace con los productos y servicios para marcas interesadas en el desarrollo espacial”, explicó Javier Ruíz Zevallos, fundador de GRAVIIT SPACE y conferencista internacional de políticas espaciales.
Al respecto, recalcó que en esta primera fase, GRAVIIT SPACE no monetiza porque su objetivo es que existan otras iniciativas o proyectos con potencial de convertirse en startups. Sería una especie de “incubadora de empresas espaciales”.
Pero, ¿cuáles serían esos primeros proyectos? Barcellos dijo que las iniciativas que se diseñan desde la Academia, como la UNI o San Marcos, tienen altas probabilidades de convertirse en empresas, pues mencionó que “los proyectos de cohetería, rovers y nanosatélites serían los rubros elegidos”.
“GRAVIIT SPACE empieza a viajar con tres socios talentosos: Jairo Solano, que articula los tres proyectos aeroespaciales en la UNI como difusor. También, está Bruno Cevallos por su experiencia en Fisher-X, y Rivaldo Durand, el astronauta análogo”, contó Barcellos.
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Cinthya Quispe Mancco, investigadora de CONIDA
Cuando estaba en la preparatoria, tuvo la oportunidad de estar en una charla como alumna libre en la UNI para conocer sobre Física, quizá a partir de ese momento comenzó su relación con la carrera aeroespacial. Ahora, es licenciada en Física por la Universidad Federico Villarreal, y ahora trabaja como investigadora en CONIDA.
“Si bien estudié física, me sumergí en la búsqueda por la ciencia y tecnología, a través de la participación en congresos en el interior del país, donde divulgaban conocimientos sobre el sector espacial, y ahí fue donde CONIDA me aceptó como practicante. Hoy llevo trabajando más de 12 años en la agencia espacial peruana”, contó Quispe a Diario Gestión.
En sus inicios, estuvo trabajando en el área de aplicaciones satelitales, donde se realizaba el procesamiento y análisis de imágenes satelitales. Su relación con el sector espacial no era la de los cohetes ni la del espacio, sino que vigilaba a la tierra desde el espacio: era el ojo en el cielo.
“Visualizar una imagen satelital de manera óptica o analítica es para hacer un análisis del territorio, es decir, se usa mucho en la gestión de riesgo de desastre y forestación. Todo el estudio que se hace de La Tierra se hace desde el espacio”, explicó Quispe.
Hasta el 2020 estuvo en el área de teledetección o procesamiento de imágenes, encargándose específicamente de temas forestales. “Veía el aumento de la deforestación, los puntos más críticos, las hectáreas pérdidas o, por el contrario, cuánto se ha reforestado. Eso lo realicé durante años en CONIDA”, comentó la especialista.
Luego, se dedicó a la investigación y formó parte de la Dirección de Estudios Espaciales, en especial sobre la geotecnología. Ahí fue coordinadora con otros colegas de la primera escuela de CONIDA, especializada en aplicaciones satelitales. “Los geólogos y geógrafos estudian las anomalías de la Tierra, en ese sentido, hay mucha demanda sobre aplicaciones satelitales”, comentó.
Quispe contó que las imágenes satelitales sirven como una herramienta incluso para un abogado. “Puede servir como prueba ante una acusación sobre una presunta invasión de terreno”.
Ahora está a punto de irse a Estados Unidos a estudiar una maestría en aplicaciones satelitales. “Perú tiene un satélite óptico de gama alta. Ni Bolivia, Chile ni Colombia lo tienen, a excepción de Argentina y Brasil, donde hay empresas de satélites”, resaltó.
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Bruno Zevallos, líder del Proyecto FISHER-X
Aunque es biólogo, se siente orgulloso de haber liderado un proyecto con ingenieros, cuenta Bruno Cevallos, en su experiencia en la creación del proyecto Fisher X, un rover marino encargado de buscar señales de vida en la luna de Júpiter: Europa.
Cevallos recordó que dicha iniciativa surgió en conversaciones sobre robótica, ciencias planetarias, astrobiología y misiones a mundos potencialmente habitables como Europa o Titán. “Se cree que hay vida en esos lugares porque hay medios líquidos, así como las lagunas y lagos en la tierra”.
En 2022, se presentaron al International Astronautical Congress (IAC, por sus siglas en inglés), el congreso más importante del mundo sobre astronáutica. “Abrieron una sección nueva sobre los “mundos océanos” dentro de la exploración del sistema solar y fue ahí donde presentamos Fisher X (...) Mi labor en esta iniciativa es liderar la dimensión científica desde el lado de la bioinspiración”, recordó Cevallos.
“Ya hay misiones de rover que se han diseñado para ser lanzadas a Europa en un futuro, probablemente en 2060″, resaltó Cevallos a Gestión al recordar su presentación del proyecto en dicho congreso.
Por el momento, la NASA y ESA están enviando sondas y satélites que van a orbitar estos mundos lejanos. Cevallos comentó que estos ambientes líquidos están bajo capas de hielo, es decir, solo se puede ingresar haciendo una perforación a la superficie.
“Es muy probable que haya agua líquida debajo de esa capa de hielo, incluso un océano de proporciones del doble del volumen de agua de la tierra. Pero nosotros no apuntamos a que el robot explore el océano en sí, sino que explore pequeños lagos que están muy mediatos a la superficie”, explicó Cevallos a Gestión.
El científico peruano sostiene que en muchos de esos océanos de las lunas heladas es más probable que haya agua líquida visible, y eso en astrobiología significa alta probabilidad de que se haya generado vida desde cero.
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Angel Flores, director general de Tharsis
Como todos los años, la UNI convoca a sus ingenieros para participar en concursos internacionales, esta vez, le tocó el turno de Ángel Flores, que tenía la misión de liderar el proyecto Tharsis en Estados Unidos.
En abril, el ingeniero Flores participó en la competencia Human Exploratio Rover Challenge (HERC 2024), un concurso realizado por la NASA, que reúne a varias universidades del mundo con el objetivo de construir un rover que transporte astronautas a Marte y a La Luna en un futuro.
En el centro espacial y de cohetes de Estados Unidos, en Alabama, se puso a prueba el vehículo construido, cuenta Flores. “La competencia simula una misión donde solo tienes oxígeno para ocho minutos, y hay una serie de obstáculos y tareas, que simulan la superficie de La Luna y de Martes”. cuenta Ángel a Flores a Gestión, a su regreso de la competencia en Estados Unidos.
Flores contó que hay una regla en el concurso de la NASA: solo se puede utilizar el 10% del diseño del rover de la edición anterior. “Ellos mismos mencionan (La NASA), que toman las ideas de diseño y construcción de rovers para el propio desarrollo de sus proyectos”.
Entonces, ¿son rovers que serán usados en futuro para explorar Marte? Flores comentó que los jurados de la competencia trabajan dentro de la NASA y no negaron que las brillantes ideas que surgen de la competencia puedan ser usadas en el futuro.
“Me acuerdo en 2023 de que uno de los jurados de la competencia era un ingeniero de la NASA que formó parte del equipo que construyó un rover que ya estaba en el espacio”, comentó.
Más allá de la fijación de la NASA por los rovers construidos por jóvenes universitarios, Flores destacó que la competencia es muy interesante por la participación de diferentes partes del mundo, como de la India o Francia, donde se intercambia conocimiento sobre los proyectos.
En otro momento, Flores contó que su meta es volver a la competencia, y a largo plazo tener un puesto en la NASA y ayudar en el crecimiento del sector espacial en Perú. “El 99.9% de conocimiento que aún se desconoce solo va a ser posible saliendo de las fronteras de nuestro propio planeta”, reflexionó el líder del proyecto Tharsis.
Ángel Flores participó en este 2024 en el diseño de una maqueta del satélite peruano PeruSat-1 en las instalaciones del CONIDA.
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Jairo Solano, especialista de Tecnologías Espaciales
Jairo Solano es uno de los peruanos que ha integrado los tres proyectos aeroespaciales de la UNI: Tharsis, Chasqui II y APU Space. Es decir, estuvo detrás de rovers, nanosatélites y cohetes desarrollados por universitarios.
En especial, destacó a APU Space, un proyecto que se basa en la elaboración de cohetes y “apunta a ser un gran referente en la construcción de cohetes a nivel nacional”.
Asimismo, mencionó que dentro del proyecto reciben capacitaciones para que en un futuro, con la inauguración del puerto espacial en Piura, “se pueda tener personal calificado, que ya tenga experiencia en cohetería”. Los chicos de APU Space, serían los que lideren la administración del puerto, asegura Solano.
El especialista en Tecnologías espaciales adelantó que APU Space va a participar en junio de este año en el Intercollegiate Rocket Competition, una competencia mundial de cohetes de mediana altura, que se realizará en Texas, Estados Unidos.
De cohetes a nanosatélites. Solano contó que Chasqui I fue el primer proyecto que abrió las puertas a los demás proyectos de la UNI en el sector espacial. “El diseño del nanosatélite se realizó en la universidad y se envió a la estación espacial internacional, es decir, se envió al espacio. Hay un video donde un cosmonauta ruso agarró el satélite cubo de la UNI y liberándolo en el espacio”, recordó Solano.
Actualmente, se está desarrollando Chasqui II, una versión mejorada que la anterior, donde tendrá como objetivo estudiar los “súper rayos”, que son emisiones anómalas de radiación solar que destruyen la capa de ozono, es decir, “no solamente los humanos, al contaminar el ambiente lo destruye, también lo hace el sol”.
La investigación científica. Solano también contó que este año van a participar (Chasqui II y Apu Space) en el IAC 2024, esta vez se realizará en Italia, y van a participar CONIDA, NASA, ESA y otras agencias espaciales. “Expondremos las investigaciones que hemos realizado, es decir, también competimos a nivel de investigación”.
Hoy, Solano se encarga de ser difusor de los proyectos aeroespaciales de la UNI y busca lazos con las instituciones para conseguir apoyo y financiamiento para los mismos.
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Rivaldo Durand, astronauta análogo
Rivaldo Durand fue uno de los pocos peruanos en simular condiciones de Marte en la Tierra. Cuando conversó con Gestión en julio de 2023, Durand contó su experiencia en España, donde participó en la primera misión latinoamericana de investigación análoga a Marte.
El joven astronauta análogo estuvo 15 días aislado junto a su tripulación-conformado por cuatros mexicanos y una chilena-en una cueva subterránea que simula las condiciones extremas del planeta rojo. Allí se encuentra la estación análoga de la empresa española Astroland, ubicada en Arredondo, Cantabria (Este de España).
“En esa cueva, a 1.5 kilómetros de distancia de la superficie, Astroland ha construido cúpulas que probablemente sea el diseño que se utilicen en Marte”, dijo Durán.
Durán sostiene que es imposible permanecer en el suelo “marciano”, pues las tormentas de arena podrían destruir cualquier tipo de tecnología en la superficie. En ese sentido, si en la superficie no es seguro, lo que quedaría es habitar debajo de ella: en una cueva. “Hay cuevas en Marte y servirían en parte como protección natural ante estas variables”, comentó.
Pero, ¿por qué el interés de simular al “planeta rojo”? El ser humano aún no ha llegado a Marte, hasta ahora solo ha enviado objetos tecnológicos como los satélites y rovers (vehículos robóticos de exploración). La NASA en su momento declaró que es probable que recién podamos ver la llegada del hombre a Marte a partir del 2035.
Mientras llegue ese día, las empresas del sector vienen desarrollando tecnologías que permitan a los seres humanos habitar el suelo de Marte; la simulación es un método para lograrlo.
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Periodista digital con foco en carreras del futuro, tecnología, startups e internacionalización de empresas. Exredactor de Economía en Diario El Gobierno. Desde el 2023 es parte de Gestión.
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