Juan Chennett, jefe de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX), advirtió que, actualmente, las bandas de extorsionadores utilizan anfo y dinamita para amenazar a sus víctimas, similar a los actos violentos que realizaba Sendero Luminoso en el país.
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En una entrevista con Canal N, el presidente de la UDEX indicó que: “Y es preciso mostrar el crecimiento exponencial que hubo este año. En el 2022, tuvimos 271 casos y este año vamos por 531 casos de extorsión con los tres tipos de armas que son los pirotécnicos, artefactos explosivos civil y la munición”.
Además, señaló que, antes, las organizaciones criminales dedicadas a la extorsión solo dejaban los explosivos para amedrentar a las víctimas, a diferencia de ahora, que las detonan en viviendas o negocios, objetivo para el cobro de cupos.
“El día del caso de la discoteca en San Juan de Lurigancho, tuvimos dos casos con granadas allá, pero hubo otro en la zona de Yerbatero, donde pusieron un kilo de explosivo. Por suerte lo armaron mal, lo iniciaron, pero el hecho que estrangularan la mecha hizo que se corte, pero si eso hubiese detonado habría dejado más heridos que en San Juan de Lurigancho”, explicó el comandante.
Por otro lado, el jefe de la UDEX aseguró que, con la utilización de artefactos explosivos, las bandas criminales buscan generar “un impacto psicológico y visual”; y que se han identificado tres medios por los cuales adquieren las granadas de guerra en el mercado negro.
“Una es la que se compraron en los años 70 a los 90 que hubo por el tema del terrorismo, las que no podemos una trazabilidad porque los registros ya no existen [...] Hubo personal que se quedó con el material [explosivo], hubo hurtos en polvorines. Ese material lo tenía como suvenir en sus casas, muchas veces desactivadas. El 90 % es inútil porque no tienen contenido, pero tienen las formas”.