El inicio del año escolar 2025 enfrenta un panorama desafiante en Perú debido a las intensas lluvias que han llevado a la declaración de emergencia en 20 regiones del país. Esta situación no solo representa un obstáculo para garantizar el acceso a las aulas, sino que también podría alterar el rendimiento escolar de los estudiantes y la implementación de la malla curricular.
Una de las regiones afectadas por la presencia de intensas precipitaciones es Ica, por tal motivo, la Dirección Regional de Educación de Ica (DREI) anunció que las clases iniciarán ya no el 17 de marzo, sino el lunes 24 con el objetivo de garantizar la seguridad de los estudiantes como de los docentes.
Tumbes es otra región afectada por las inundaciones, donde los daños han dejado a varias instituciones educativas en condiciones críticas. Esta situación pondría en peligro el inicio del año escolar para miles de estudiantes.
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Pese a la realidad que viven miles de familias que han perdido sus casas, caseríos, chacras, y decenas de colegios han colapsado, el ministro de Educación, Morgan Quero, señaló que el inicio de clases para este año será el 17 de marzo.
Colegios en mal estado por inundaciones
A nivel nacional, el Ministerio de Educación (Minedu) ha reportado 166 escuelas dañadas, aunque esta cifra podría superar las 200, ya que las autoridades regionales han registrado incidentes adicionales que aún están en evaluación. Tumbes enmarca la lista siendo la región más “golpeada”.
Áncash ocupa el segundo lugar entre las regiones más afectadas, con 21 colegios que presentan problemas en su infraestructura y mobiliario. Le siguen Cajamarca con 19 instituciones, Arequipa con 13, Ica con 12, Amazonas con 11, La Libertad con 10 y Piura con 9.
Otras regiones también reportan daños significativos: Madre de Dios y Puno tienen 7 colegios afectados cada una; Lima registra 6, Apurímac y San Martín 5 cada una; Ayacucho 4, mientras que Huánuco y Loreto reportan 3 instituciones dañadas. Cusco tiene 2, y Huancavelica, Junín y Ucayali presentan un caso cada una.
Sobre esta situación, Killa Miranda, exviceministra de Gestión Pedagógica del Minedu, expresó que es importante planificar un año escolar diferenciado para las regiones que suelen ser afectadas por fenómenos climáticos, ya que estas situaciones no deberían ser una sorpresa porque es algo que ocurren todos los años en nuestro país.
Por tal motivo, indicó que un calendario escolar diferenciado permite garantizar la continuidad de las clases en regiones afectadas. Esta estrategia consiste en ajustar el inicio de clases y modificar el calendario para cumplir con las horas necesarias, evitando interrupciones en el proceso educativo.
Colegio de Chaclacayo afectado por huaico. (FOTO: GEC / Referencial 2023)
En ese sentido, señaló que el Ministerio de Educación cuenta con recursos pedagógicos disponibles en plataformas como “Perú Educa” y otras, diseñados para afrontar situaciones de emergencia que puedan requerir ajustes en el calendario escolar.
Las intensas lluvias no solo afectan a la educación
Miranda explicó que ante un desastre de gran magnitud, no solo los colegios se ven afectados, sino también las familias. Ante esto, menciona que lo primero que se debe priorizar es la atención a las personas damnificadas, en caso de pérdida de su hogar, la imposibilidad de trabajar o la falta de ingresos.
“Si bien es crucial evitar la interrupción de las clases y atender la brecha de aprendizaje existente, las necesidades humanas básicas deben ser atendidas primero, tanto en las comunidades educativas como en los barrios y territorios afectados”, aclaró.
En ese sentido, destacó que la pandemia dejó una importante lección: la salud mental y el bienestar socioemocional de los estudiantes. Por eso, es esencial comprender que los niños y niñas forman parte de familias que también enfrentan grandes desafíos, por lo que brindar un apoyo integral debe ser una prioridad.
Alternativas educativas para enfrentar el regreso a clases
Killa Miranda, indicó que para beneficiar a los alumnos en situaciones críticas por presencia de lluvias, se pueden utilizar estrategias como incluir clases los fines de semana o ampliar el horario escolar para recuperar el tiempo.
Además, metodologías como el aula invertida, donde los profesores envían material para trabajar en casa y los estudiantes llegan al aula con tareas avanzadas, o el aprendizaje basado en proyectos, promovido por el Ministerio de Educación, son herramientas eficaces para garantizar la continuidad del aprendizaje.
También acotó que no se puede permitir que maestros y estudiantes se encuentren en situaciones de vulnerabilidad y que es crucial tomar medidas de seguridad adecuadas, por ejemplo, enseñarle al alumno cómo actuar frente a un huaico. “Este tipo de simulacros y estrategias reflejan la importancia de adaptarse a las diferentes emergencias para proteger a la comunidad educativa”.
Colegios construidos en zonas de alto riesgo
Paul Neira, experto en Educación, expresó que uno de los problemas graves que enfrenta nuestro país es que muchas de las escuelas públicas fueron construidas sin considerar los riesgos asociados a desastres naturales, como lluvias, huaicos, desbordes de ríos y activación de quebradas.
Además, señaló que el ausentismo escolar no se debe únicamente al mal estado de las escuelas, sino también a factores como el colapso de puentes, el bloqueo de carreteras y la falta de servicios básicos como luz y agua en muchas zonas.
Según detalló, la Ley General de Descentralización (2004), indica que los gobiernos regionales son responsables de gestionar el servicio educativo en sus territorios. Por ello, se recomienda que las direcciones y gerencias regionales de educación adopten un enfoque focalizado para mitigar los impactos y evitar retrasos en el inicio de clases en toda la región.
“Algunos padres de familia optan por no enviar a sus hijos a la escuela debido al temor de que puedan ocurrir situaciones peligrosas. Aunque estos hechos no necesariamente hayan sucedido, el pensamiento de “podría pasar” influye en su decisión. Esto es especialmente común en zonas rurales y afecta particularmente a las niñas, ya que muchas familias tienden a proteger más a las mujeres en estas circunstancias que a los hombres”, comentó.
Colegio inundado en Tumbes. Foto: captura Canal N
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La malla curricular
Neira precisó que es importante considerar dos aspectos clave. En primer lugar, todos los colegios están obligados a cumplir con el Currículo Nacional de Educación Básica, que es el documento estándar que define los aprendizajes esperados a nivel nacional. Sin embargo, cada institución educativa, de manera obligatoria y dentro del marco legal, debe desarrollar un Plan Curricular Anual, que adapta el currículo nacional a las particularidades de su contexto.
Lo que se vería más afectado por la reducción del tiempo será precisamente este plan. Por ello, es fundamental que exista una coordinación efectiva entre la Dirección Regional de Educación, la Gerencia Regional de Educación, las UGEL y los directores de las instituciones educativas junto con sus equipos docentes. Este trabajo conjunto debe enfocarse en ajustar los planes curriculares al nuevo escenario, considerando la cantidad reducida de semanas de clases disponibles.
Ante esto, mencionó que la estrategia clave está basada en la implementación de procesos de tutoría en grupos pequeños de forma virtual. No se trata de tutorías personalizadas y presenciales, sino de sesiones sincrónicas realizadas a través de videollamadas, esto puede llevarse a cabo en lapsos cortos, de 5, 10 o 15 minutos, y han demostrado ser altamente efectivas para recuperar el tiempo de aprendizaje perdido debido a interrupciones en las clases regulares.
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Yuriko Cabeza, Lima 1987. Licenciada de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, con más de 12 años de experiencia en medios digitales. Escribo sobre política, actualidad local y realizo informes especiales.
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