
Por más que el aseguramiento en salud roza el 100%, la realidad para las zonas rurales del Perú es otra. Según un informe de Videnza Instituto y Videnza Consultores, el 96% de los establecimientos del primer nivel de atención no cuenta con capacidad instalada adecuada y el 76% de estos no tiene capacidad diagnóstica.
Esta situación, según el informe, compromete el diagnóstico oportuno de enfermedades comunes, retrasa tratamientos y sobrecarga los hospitales.
El problema se agrava en las zonas más alejadas. Actualmente, 760 distritos del país no cuentan con establecimientos de salud de categoría I-3 o superior, nivel que garantiza, al menos, atención médica básica y acceso a laboratorio clínico.
De esos distritos, 718 son rurales, afectando directamente a más de 1.5 millones de personas que deben trasladarse, en promedio, 50 minutos -y en algunos casos más de tres horas- para recibir atención médica adecuada.
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“Los centros I-3 deberían resolver hasta el 80 % de las necesidades más comunes de salud de la población. Su ausencia impide que las personas reciban atención básica cerca de casa”, se lee en el informe.
En algunos distritos como Yauyos (Lima) o La Primavera (Áncash), el tiempo promedio para llegar al establecimiento más cercano supera las tres horas, y en ocasiones este se encuentra incluso en otro departamento.
La falta de médicos también es crítica: casi la mitad de los establecimientos de salud públicos no tiene un médico cirujano. Esta carencia, sumada a la limitada infraestructura y equipamiento, representa una grave brecha estructural.
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Recomendaciones urgentes
El informe propone implementar incentivos para atraer médicos a zonas rurales, fortalecer la red de referencia entre establecimientos y crear estrategias focalizadas en los distritos con mayores tiempos de desplazamiento.
También llama a aprovechar la articulación local con municipios y actores comunitarios para mejorar la cobertura y vigilancia del derecho a la salud.
Mientras no se tomen medidas, miles de personas seguirán enfrentando no solo enfermedades sin diagnóstico, sino también el costo de viajar horas para ser atendidas, muchas veces sin medios de transporte frecuentes ni seguros.
Según el informe, “acudir a una consulta ambulatoria puede significar perder dos días enteros”.