
El Instituto Nacional de Calidad de Perú (Inacal) actualizó la norma técnica que establece los mínimos de calidad para paltas frescas acondicionadas y envasadas, como Hass, Nabal, Zutano, Ettinger, Hall, Fuerte, entre otros.
Se trata de la norma técnica “NTP 011.018:2025 Palta. Requisitos 7ª Edición”, la cual precisa que se excluye a los frutos sin semilla o y aquellos destinados a la elaboración industrial.
El principal cambio en la normativa es el aumento del contenido mínimo de materia seca al 22% para la variedad Hass, con el objetivo de garantizar su madurez, sabor y textura adecuados. Para otras variedades, el mínimo varía según sus características.
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El contenido de materia seca es un indicador clave de calidad que determina la madurez fisiológica del fruto en el momento de la cosecha que le permita llegar a su estado óptimo de su consumo.
Entre las principales características que se deberá cumplir es que las paltas deben tener aspecto sano, limpio y característico de la variedad, sin plagas, residuos ni humedad anormal. El pedúnculo no debe pasar de 10mm.
Se debe contar, además, con madurez fisiológica adecuada. Para Hass, mínimo 22% en materia seca.
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En el caso de la tolerancia de calibre, se aceptan el 10% en número o peso de las paltas que correspondan al calibre inmediatamente superior o inferior al indicado en el envase.
Con respecto a la categoría, en la extra la calidad superior, sin defectos significativos. En la categoría I tiene que ser de buena calidad y debe tolerar defectos leves en una superficie total que no supere 4 centímetros cuadrados. En la categoría II debe ser de calidad comercial mínima; la cual permite defectos leves en una superficie total que no supere 6 centímetros cuadrados.
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En el caso del empaque, este debe ser homogéneo, en envases nuevos, limpios y ventilados, con etiquetado claro y trazabilidad.
Con respecto a la seguridad sanitaria, no debe sobrepasar los límites de contaminantes ni residuos de plaguicidas según la ley y el Codex Alimentarius.
Finalmente, se debe de aplicar Buenas Prácticas Agrícolas, higiene y regulaciones nacionales.
Aunque la norma es voluntaria, ayuda a los productores a mejorar la calidad, seguridad y sostenibilidad, facilitando el acceso a mercados internacionales exigentes y aumentando la rentabilidad.
