Los indígenas de la etnia cacataibo, que viven en la Amazonía peruana amenazados por el narcotráfico, han sido víctimas de un nuevo intento de asesinato por oponerse a la invasión de sus territorios para implantar cultivos ilícitos de hoja de coca.
El nuevo ataque tuvo como víctima a Merino Odicio, habitante de la comunidad nativa Mariscal Cáceres, quien estuvo a punto de sumarse a los otros cuatro cacataibos asesinados por el narcotráfico en los últimos meses, informó el Instituto de Defensa Legal (IDL).
Los hechos ocurrieron el viernes en torno a las 15:00 hora local (20:00 GMT), cuando la víctima fue abordada por tres hombres encapuchados que le propinaron golpes, le produjeron cortes en brazos y piernas con un arma punzante e intentaron arrancarle una oreja con unas tijeras.
Antes de abandonarlo, los desconocidos le advirtieron que el ataque era en represalia por haber firmado un convenio con un proyecto del Ministerio del Interior para erradicar cultivos ilícitos de hoja de coca en el territorio de la comunidad nativa Mariscal Cáceres.
Los agresores advirtieron que el resto de las autoridades de la comunidad sufrirían consecuencias similares por permitir el ingreso de las brigadas para destruir los cultivos.
Odicio fue encontrado gravemente herido por el conductor de un vehículo que se dirigía hacia la comunidad, quien lo trasladó al Hospital de Aguaytía para que recibiese atención médica.
Los indígenas cacataibo habitan entre las céntricas regiones de Huánuco y Ucayali, en pequeñas comunidades situadas en las riberas de los ríos Aguaytía, Zúngaroyacu y San Alejandro.
En conjunto son una población de unos 3,700 nativos agrupados en la Federación Nativa de Comunidades Cacataibo (Fenacoca), que desde hace alrededor de un año denuncia las amenazas, ataques y asesinatos sufridos a manos de los narcotraficantes que operan en la zona.
Los cuatro cacataibos asesinados son parte de los nueve defensores del medioambiente, entre ellos siete indígenas, asesinados en Perú en el último año y medio por enfrentar al narcotráfico, la tala ilegal y la deforestación que invade y arrasa los bosques de sus territorios, ubicados en la Amazonía.
Los cultivos de hoja de coca son la materia prima para fabricar la cocaína, droga de la que Perú es el segundo productor mundial después de Colombia, con una exportación anual estimada de unas 411 toneladas métricas que van a parar principalmente a Estados Unidos, Europa y Brasil.