La oficina de la Defensoría del Pueblo en Lima renovó su solicitud al Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied) para atender con urgencia la crítica situación de infraestructura de numerosas instituciones educativas en el distrito de Chorrillos, que presentan un alto riesgo de colapso. Este pedido se realizó tras concluir la supervisión iniciada a comienzos de este año, en vísperas del inicio del año escolar.
La institución educativa 7042 Santa Teresa de Villa es una de las más afectadas en Chorrillos, ya que presenta grietas significativas en elementos estructurales como vigas, muros y paredes. A esto se suma un montículo de desmonte y residuos acumulados en la parte posterior del colegio, que, al estar ubicado a una altura superior a uno de los pabellones, representa un grave riesgo de colapso en caso de un sismo.
La situación se complica aún más por el deterioro de los cimientos del pabellón contiguo, causado por una rotura de tuberías que ocurrió hace varios años.
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Otra problemática identificada en el colegio 7042 Santa Teresa de Villa es la ausencLEA TAMBIÉNia de cerco perimétrico en varios tramos, lo que provoca que los límites del plantel sean las estructuras de las viviendas aledañas. Además, los muros de estas viviendas, especialmente los que están cerca del patio destinado a inicial, presentan grietas que representan un riesgo inminente de colapso.
Colegios no se encuentran en buenas condiciones para iniciar el año escolar. (Foto: GEC)
Más colegios en mal estado
En la institución educativa 7038 Corazón de Jesús, situada en el sector de Armatambo, se constató que el cerco perimétrico está gravemente deteriorado. Parte de las estructuras colapsaron el año pasado y, hasta la fecha, no se han realizado trabajos de reparación. Como medida temporal, el área afectada fue cubierta con planchas de madera sostenidas por vigas del mismo material, dejando a los estudiantes vulnerables a posibles actos delictivos debido a la falta de una solución definitiva.
La institución educativa 7075 Juan Pablo II presenta un nivel crítico de deterioro en sus estructuras, evidenciado por desprendimientos de bloques de cemento de gran tamaño en diversas áreas. Además, los techos de los pabellones, aulas clausuradas y otros espacios muestran ladrillos expuestos, sin ningún tipo de cobertura o protección, lo que incrementa el riesgo para la comunidad educativa.
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Ante los graves hallazgos, Estela Lozano, jefa de la sede defensorial en Lima, envió un documento al titular del Pronied, Raúl Noblecilla, manifestando la preocupación institucional por el deterioro de la infraestructura en las tres instituciones educativas inspeccionadas. Este problema afecta a más de 4000 estudiantes que comenzarán sus clases el 17 de marzo. Lozano señaló que las condiciones actuales no garantizan un inicio del año escolar en óptimas circunstancias, instando a una intervención inmediata.
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