No solo la tasa de muertos a causa del virus del COVID-19 sigue siendo alta en el Perú, también la de fallecidos por enfermedades oncológicas, y es que con la emergencia sanitaria las atenciones en materia de prevención y la continuidad de tratamientos se ralentizaron, al igual que la capacidad de ejecución del gasto público para hacerle frente.
Pese a que en el 2020 se ejecutó el 90% del presupuesto destinado a la prevención y control del cáncer (S/ 695 millones) se estima que entre el 60% y 70% se concentró en recurso humano, pero no necesariamente en personal vinculado a áreas oncológicas, revela Víctor Palacios Cabrejos, director ejecutivo de la Dirección de Prevención y Control del Cáncer del Ministerio de Salud (Minsa).
“Lamentablemente este presupuesto es considerado ‘la caja chica’ y no siempre se destina al fin para el que fue creado, por ello es necesario la intangibilidad presupuestal”, asevera.
Indica que la ineficiencia en la ejecución del gasto se dio, principalmente, en equipamiento y suministros médicos, que abarca productos farmacéuticos e insumos médicos como pruebas de laboratorio.
Destaca que, en productos farmacéuticos (medicamentos para quimioterapia, vacunas, entre otros) el presupuesto fue de S/ 94.4 millones, de los cuales solo se ejecutó el 72%, dejando de invertir S/ 24.9 millones. El Gobierno central tuvo una menor capacidad de ejecución en la compra de medicamentos.
“Esto quiere decir que dinero hay, lo que hace falta son gestores y que se acelere el fortalecimiento de la Digemid (Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas) y del INS (Instituto Nacional de Salud)”, precisa.
Para este 2021, el presupuesto para combatir esta enfermedad crónica no transmisible asciende a S/ 684 millones y, a la fecha, ya tiene un avance de 32%.
Plan Esperanza
Palacios comenta que antes de la pandemia el presupuesto de prevención y control de cáncer tenía un retraso de dos a tres años, entonces las proyecciones para el 2018 y 2019 que se tenía apuntaban a la estabilización de las muertes por año en 34,000; sin embargo, a raíz de la crisis sanitaria los decesos se han elevado en 11,000.
“Antes cinco de cada 10 pacientes con cáncer fallecían y ahora son siete de cada 10”, refiere el oncólogo en el marco de su presentación de un plan de acción en el tratamiento de esta enfermedad en la Comisión de Salud del Congreso.
Señala que ante el avance de la mortalidad por cáncer en el mercado peruano, es prioritario que se tome acción y se ejecuten programas como el “Plan Esperanza”, que es una iniciativa del Estado que busca mejorar la atención integral del cáncer y el acceso a los servicios oncológicos de forma progresiva; así como la prevención a través de pruebas de diagnóstico rápido en Lima y provincias.
“Este plan ya tiene un presupuesto aprobado desde el 2019, pero hasta ahora no se destinan los recursos para su ejecución”, dice con preocupación.
A nivel de infraestructura, este proyecto permitirá la implementación de hospitales con áreas oncológicas, lo que reduciría de alguna manera la brecha en atención y en equipamiento, que hoy asciende a los S/ 220,000 millones, sostiene.
Finalmente, asevera que para su buen desarrollo es importante que no se pretenda romper con la rectoría del Minsa y que se promuevan leyes en pro de reducir las tasas de mortandad en el país.