Las condiciones climáticas, como la disponibilidad de agua, la temperatura y la radiación solar, influyen en la calidad de los granos de arroz. Actualmente, la región selva está experimentando una ola de calor que afecta las plantaciones. Ello se verá reflejado en la próxima cosecha, a inicios del 2025. ¿En cuánto caería la producción del cereal?
Gestión conversó con Edwin Edquen, integrante de la Asociación Peruana de Productores de Arroz de la selva, para conocer la problemática que enfrentan algunos valles ante la falta de lluvias y el exceso de calor en la zona.
“El arroz necesita temperaturas cálidas, idealmente entre 20 °C y 30 °C, para un desarrollo óptimo. Estas temperaturas favorecen tanto la etapa vegetativa como la reproductiva del cultivo. Aunque la selva es rica en lluvias, en la actualidad, hace dos meses que no llueve y está afectando a la plantación. Un riego adecuado durante la etapa de floración y llenado del grano es crucial para obtener granos de buena calidad (panza blanca)”, contó.
Así, contó que las plantaciones de los valles localizados en San Martín, Loreto, Ucayali y Madre de Dios, son los más afectados.
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Crisis hídrica en la cosecha del arroz
Tras la problemática que enfrenta la región selva, Edquen indicó que “la falta de agua causa estrés hídrico en las plantas de arroz, lo que puede llevar a un crecimiento deficiente y a la formación de granos pequeños o vacíos. Esto también hace que las plantas sean más susceptibles a plagas y enfermedades, incrementando los problemas en la producción”.
“Anteriormente, la Junta de Usuarios de Riego garantizaba el abastecimiento de agua durante las épocas de cosecha (julio-septiembre), pero ahora hay incertidumbre debido a la considerable merma de los ríos amazónicos. La zona más afectada por la falta de agua es San Martín. La situación en áreas como valles de Alto Mayo es crítica, donde el calor prolongado ha perjudicado seriamente la calidad del arroz”, explicó.
Según la Asociación Peruana de Productores de Arroz de la Selva se han liberado semillas provisorias de ciclos vegetativos cortos para mitigar los efectos del calor. “La cosecha del arroz dura cinco meses. Los primeros 90 días son cruciales para que la planta cuaje y el grano de arroz endurezca. Si esto no sucede, baja completamente la calidad del arroz”, precisó el representante.
Ola de calor haría caer la producción del arroz
De acuerdo con el gremio, a nivel nacional existen más de 150 mil productores de arroz, siendo la selva y el norte los más predominantes.
“Una hectárea promedio debería generar 9,000 kilos para poder cubrir los costos de inversión; al no haber agua, esta situación puede agravarse y verse perjudicado un 20% de la producción con miras al 2025″, expresó.
“La región San Martín produce dos cosechas fuertes y durante una buena temporada se puede llegar a entre 115,000 a 120,000 toneladas por hectárea en todo el año. Esto significa que aproximadamente 60,000 toneladas por hectárea se producen en una campaña. En 2023, la producción se desarrolló con normalidad, a pesar de las preocupaciones iniciales por el fenómeno de El Niño se llegó a los objetivos”, indicó.
Impacto Económico y cómo afecta la calidad del arroz
Una caída en la producción de arroz no solo afectaría a los agricultores, sino que también podría llevar a un aumento en los precios, afectando a los consumidores y generando el alza en los mercados locales.
“El arroz en cáscara se vendía entre S/ 0.70 y S/ 1.20 por kilo. Sin embargo, debido a la situación actual, el precio ha aumentado significativamente, alcanzando hasta S/ 1,660 (S/ 1.60) por tonelada. El incremento en precios se debe a la escasez de agua y a las condiciones climáticas adversas que afectan la producción”, dijo.
Cabe precisar que en el país se consume alrededor de 3 millones de toneladas métricas de arroz al año, con un consumo per cápita de entre 58 y 60 kilos. “Existe la posibilidad de que los precios suban aún más si no se garantizan los 2.5 millones de toneladas necesarias para el consumo nacional”, advirtió Edquen.
Si bien no habrá desabastecimiento del arroz, lo que sí tendría un fuerte impacto es en la calidad del grano. “Aunque se están abriendo nuevas áreas de cultivo, estas no alcanzan para llegar a la calidad óptima del arroz tradicional, lo que podría afectar el mercado a largo plazo”.
“Se empezará a comercializar el “arroz tizozo”, quiere decir que el grano no ha madurado completamente o que presenta defectos en su desarrollo. Este tipo de arroz es común en regiones con condiciones climáticas adversas, como altas temperaturas que son características de la selva”, dijo.
¿Cómo está la situación en el norte?
Antonio Santiesteban, productor de arroz en Lambayeque, indicó a Gestión que -de momento- la situación es estable en los valles del norte.
“En el valle de Chancay, en Lambayeque, las lluvias vienen en los meses de octubre en adelante. Contamos con un reservorio de 74 millones de metros cúbicos, pero eso es solo para la población y cultivos permanentes. Ante la situación que se está viviendo en la selva, estamos preocupados porque no estamos libres de que no nos ocurra”, señaló.
No obstante, indicó que ahora enfrentan una problemática, ya que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) a través del Plan de Aprovechamiento de Disponibilidades Hídricas (PADH) ha reducido el área de cultivo en esta zona.
“Para la próxima campaña, se ha reducido el área de cultivo de arroz en Lambayeque a 20,000 hectáreas, comparado con las 32,000 hectáreas del año anterior. Esto se debe por la falta de agua en los reservorios como Tinajones. La situación podría cambiar si es que la afluencia de lluvias se nivela”, señaló.
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“En cuanto al arroz, la campaña anterior (2023, inicio 2024) fue buena, pero todo depende del manejo del agricultor. Un agricultor que maneja bien su cultivo puede llegar hasta 9 toneladas por hectárea, y también depende de la variedad genética de la planta. En la región Lambayeque, algunas variedades están mejor adaptadas”, sostuvo.
Frente a este escenario, Santiesteban solicitó el apoyo del Ministerio de Agricultura con la implementación de pozos tubulares para explotar agua subterránea y así optimizar las cosechas. Además, solicitó la disponibilidad de créditos accesibles para los pequeños agricultores, ya que actualmente dependen de bancos que cobran tasas de interés muy altas, lo que dificulta el progreso de los pequeños productores de arroz.
Yuriko Cabeza, Lima 1987. Licenciada de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, con más de 12 años de experiencia en medios digitales. Escribo sobre política, actualidad local y realizo informes especiales.
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