La bancada de Perú Bicentenario presentó un proyecto de ley a fin de impulsar el trabajo de los presos en las cárceles de manera obligatoria para darles una oportunidad de reinserción social, soporte psicológico y que puedan pagar su reparación civil. Además, se busca que los reos de puedan cumplir con la cuota alimentaria de sus hijos u otras obligaciones económicas.
En la propuesta, que impulsa el legislador Jorge Marticorena, se señala que esta norma sustenta su respaldo en el servicio comunitario enfocado en reeducar y enseñar al recluso el valor del trabajo destacando sus propias capacidades, destrezas y habilidades con las que puedan recibir un sueldo para responder a sus obligaciones económicas, mientras cumple la condena.
Al mismo tiempo, se precisa que este servicio comunitario permitirá disminuir el hacinamiento en las cárceles durante el día, ya que los presos cumplirían sus jornadas laborales de manera externa en parcelas agrícolas, trabajos forestales u otras actividades en instituciones públicas y privadas.
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“La mayoría de reclusos salen más violentos al término de su condena, pese a que existen algunos programas enfocados en derechos humanos que buscan su rehabilitación, los resultados no son positivos. Con la aprobación de esta ley, estos podrán pagar su reparación civil mientras cumplen la condena, además de servir laboralmente al país”, sostuvo el congresista.
En la propuesta se recuerda que actualmente existen 90,000 personas privadas de su libertad, de los cuales el 97% está en capacidad de trabajar. A esto se suma que, de la población penitenciaria con hijos, el 22,3% tiene al menos uno, el 20,1% tiene dos, el 13,4% tiene tres y el 18,2% tiene tres a más, según datos del primer Censo nacional Penitenciario del INEI a nivel nacional.
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En ese sentido, se precisa que es necesario aplicar políticas sobre el régimen penitenciario ya que, con su aplicación, no habría reincidencia de delitos y hablaríamos de una eficiente resocialización.
“Actualmente existen ejemplos claros sobre la aceptación de los presos al trabajo. Uno de estos es el taller ‘Manos Invencibles’ del empresario Renzo Costa, que fue instalado en el penal de Ancón gracias a un convenio entre el INPE y ADEX para dar a los internos la oportunidad de reinsertarse en la sociedad con un trabajo y una remuneración formales, pero no alcanzan a cubrir a toda la población penitenciaria”, agregó Marticorena.
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