El ex primer ministro, Guido Bellido, que ejerció el cargo durante los dos meses iniciales del mandato de Pedro Castillo, afirmó que el gobernante no es de izquierda y lo tildó de “sindicalista básico”.
El congresista de Perú Libre hizo estas declaraciones después de votar en contra de dar la investidura al renovado Ejecutivo de Castillo, donde el presidente sacó a los ministros más radicales y conflictivos, entre ellos el propio Bellido, para dar un tono más moderado al gabinete.
“El hermano presidente Pedro Castillo no es de izquierda. Tengo la convicción plena de afirmar que su práctica no corresponde a una formación política de izquierda, sino a un nivel sindicalista básico. Por tanto, no lleva un Gobierno de izquierda socialista”, escribió Bellido en redes sociales casi a la medianoche.
El parlamentario se manifestó así en contra de la nueva composición del Gobierno, integrado ahora por ministros de perfil más moderado, tanto independientes como de otros partidos de izquierda que apoyaron al presidente en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Como primer ministro, Bellido se caracterizó por su tono beligerante y sus declaraciones a veces opuestas a la línea marcada por Castillo, como cuando amenazó con expropiar la explotación del yacimiento de gas de Camisea mientras el presidente prometía ante Naciones Unidas respeto a la propiedad privada y la inversión extranjera.
Bellido, que es la mano derecha del líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, forma parte de la mitad de la bancada parlamentaria de este partido que votó en contra de dar la investidura al nuevo gabinete de Castillo.
Dentro del grupo parlamentario del partido que llevó a Castillo al poder, 19 congresistas votaron a favor y 16 en contra, lo que reflejó el divorcio del presidente con el ala de la bancada más próxima a Cerrón.
“Perú Libre votó disciplinadamente conforme al acuerdo de su asamblea nacional y ratifica su identificación al lado del pueblo”, afirmó Cerrón, un neurocirujano formado políticamente en Cuba y condenado por corrupción durante su gestión como gobernador de la céntrica región andina de Junín.
Precisamente, esa condena vigente por negociación incompatible le impidió a Cerrón ser candidato a la Presidencia en los últimos comicios, por lo que tuvo que ceder la candidatura presidencial a Castillo, un maestro y líder sindical magisterio conocido hasta ese momento por haber encabezado una gran huelga de docentes en el 2017.
Pese a que la meta inicial era pasar la valla electoral para tener representación parlamentaria y no perder la inscripción del partido, Castillo salió elegido al derrotar por la mínima diferencia en la segunda vuelta a Keiko Fujimori.