Bajo un cielo despejado y el mar en calma, cinco tripulantes limpian la cubierta del buque tanque italiano “Mare Doricum”, fondeado a seis millas de la costa del Callao bajo vigilancia de guardacostas, diez días después de un derrame de crudo atribuido al oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga.
Un equipo de la AFP navegó durante una hora y media en una pequeña embarcación deportiva desde el puerto del Callao, contiguo a Lima, hasta aproximarse al buque involucrado en el derrame, ocurrido el sábado 15 de enero mientras descargaba crudo en la Refinería La Pampilla (Relapasa), en Ventanilla, 30 km al norte de Lima y propiedad de la compañía española Repsol.
Decenas de gaviotas descansan en la cubierta color verde y en las barandas del tanquero de 274 metros de eslora, que tiene capacidad para transportar casi un millón de barriles de petróleo.
Mientras el puñado de tripulantes vestidos con overoles naranjas asean la nave, se ven también en la cubierta un par de marinos peruanos con sus uniformes azules, mientras una embarcación de los guardacostas pasa a unos 300 metros del tanquero.
Con base en Nápoles, el buque con casco de color negro y rojo se encuentra con impedimento de zarpe mientras se realizan las investigaciones para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades por el derrame, calificado como “desastre ecológico” por las autoridades peruanas.
En su casco no se aprecian manchas de crudo, a diferencia de las embarcaciones alcanzadas por el derrame en las playas peruanas.
Aves en la proa
El petróleo derramado alcanzó una veintena de playas al norte de Lima, mató a un número indeterminado de aves marinas y dejó sin poder trabajar a cientos de pescadores artesanales.
El accidente ocurrió en medio del verano austral, afectando a todas las personas que viven de negocios en las playas, como los dueños de restaurantes y los que arriendan sombrillas.
En la popa del Mare Doricum, con matrícula 9446374 de la Organización Marítima Internacional, ondea una pequeña bandera italiana. En su parte superior flamea la de Perú, por encontrarse en aguas peruanas, según disponen las normas internacionales de navegación.
Debajo del puente tiene pintado con enormes letras rojas “No Smoking’ (no fumar).
En el ariete de la proa del buque se ve una veintena de pequeñas aves marinas negras.
Monitoreo físico y electrónico
El Mare Doricum se encuentra anclado a unas seis millas náuticas (unos 10 kilómetros) de la costa. Está más mar afuera que el resto de las naves fondeadas en la bahía del Callao.
“Siempre estamos patrullando la bahía del Callao, si no es de forma física tenemos la oficina de tráfico marítimo que tiene el monitoreo de todo lo que pasa con sistemas electrónicos”, dijo el capitán del puerto de Callao, Roberto Teixeira.
El Ministerio del Ambiente (Minam) confirmó en un nuevo balance que fueron afectadas más de 180 hectáreas (equivalentes a unos 270 campos de fútbol) en la franja de playas y 713 hectáreas de superficie en el mar.
El presidente de Repsol en Perú, Jaime Fernández-Cuesta, afirmó el domingo que la empresa española hace “todo lo posible” para remediar el daño ambiental.
Una misión de nueve expertos en desastres ambientales enviada por la ONU llegó el lunes a Lima “para realizar una rápida evaluación del impacto socioambiental y asesorar a las autoridades en la gestión y coordinación de la respuesta ante el derrame de petróleo”, indicó la organización mundial.
El sábado, el gobierno peruano declaró una “emergencia ambiental” por 90 días en la “zona marina costera dañada” por el derrame, mientras brigadas enviadas por Repsol, militares y voluntarios cumplieron este lunes una semana de tareas de limpieza en playas y rocas alcanzados por el crudo.
El presidente Pedro Castillo, manifestó que la empresa Repsol deberá asumir su responsabilidad por el derrame.
“Desde el Gobierno llamo a que esta empresa responsable y vamos a hacer que cumpla con sus responsabilidades penales, civiles y administrativas, porque de esto se trata”, afirmó Castillo ante pescadores artesanales en el distrito de Chorrillos, al sur de Lima (zona no afectada por el derrame).