La producción de la porcicultura peruana se ha complicado por el alza del precio del maíz en casi 70% en el mercado internacional desde octubre del año pasado. Esto generó el aumento del valor de venta de la carne de cerdo al por menor pues ahora el corte de más valor cuesta S/ 17 el kilo, cuando antes costaba entre S/ 13 y S/ 15. Y ahora estos precios los tienen los corte más accesibles, que antes se vendían entre S/ 8 y S/ 10 el kilo, señaló la Asociación Peruana de Porcicultores (Asoporci).
El corte más accesible de esta carne porcina es el brazuelo y los de más valor en los mercados locales son bondiola o panceta. Sin embargo, este precio no es el mismo en los supermercados del país, lo que mantienen los precios en aproximadamente S/ 20.
“Nosotros siempre estamos disconformes con los supermercados, los hemos exhortado a que hagan ofertas y como asociación queremos apoyarlos con recetarios y merchandising, pero con esos precios desanima a la ama de casa y están fuera del alcance del consumidor”, explica Ana María Trelles, gerenta general de la Asociación Peruana de Porcicultores (Asoporci).
El alza sostenida del costo de producción de carne de cerdo se inició desde octubre del 2020, a raíz del aumento del precio del maíz y soja importados, productos que forman parte de la dieta de un porcino.
Antes se pagaba, por ejemplo, entre US$ 190 y US$ 200 por tonelada de maíz más IGV y actualmente cuesta US$ 335 por tonelada más IGV. A esto se suma la variación del tipo de cambio en el país durante las últimas semanas con un dólar que ha llegado a casi S/ 4.10.
El maíz es importado principalmente de Argentina, Estados Unidos y Brasil. Hasta el 8 de agosto ingresó maíz argentino por 1′507,087 toneladas, Estados Unidos con 563,010 y Brasil con 52,570. Este último ha ido bajando su exportación a causa de las sequías.
“Si, por ejemplo, el maíz o la soja siguen subiendo, se va a tener que trasladar unos centavos más al precio de la carne de cerdo para no generar pérdidas”, detalla.
La producción de porcinos depende, al igual que la industria avícola, en gran medida del maíz importado, debido a que su producción en el país solo alcanza al 25% de lo que requieren las industrias nacionales.
La producción porcina ha mantenido un crecimiento de 6% anual durante los años previos a la pandemia, pero en el 2020 solo creció 2.5% debido al aumento de casos de COVID-19 en el personal de los centros de faenamiento. Para el final de este año, Trelles espera recuperar por lo menos las cifras perdidas y alcanzar el nivel del 2019.
A largo plazo, los porcicultores buscan mejorar aún más la producción mediante granjas tecnificadas, que ya participan en un 80% en la oferta del mercado interno.
“Las granjas tecnificadas usan genética de última generación que producen una gran cantidad de lechones. Una reproductora en crianza tecnificada puede producir hasta 3,500 kilos por año, porque tiene 2.6 partos donde nacen entre 12 a 14 lechones y estos puedan llegar a pesar hasta 100 o 120 kilos”, comenta.
Nuevos consumidores
El crecimiento de la producción se refleja también en el consumo de esta carne. En la actualidad, un peruano consume nueve kilos per cápita al año, crecimiento leve comparado frente a los ocho kilos per cápita que se consumían aproximadamente en los últimos años.
De igual manera, Trelles reconoce que los peruanos ya vienen mejorando el consumo desde el 2010, cuando antes era alrededor de tres kilos per cápita al año; una cifra que se ha triplicado si se compara con el 2020.
Se espera seguir creciendo y llegar hasta los 14 kilos al año por persona, el consumo promedio en Sudamérica. Países como Brasil (17 kilos per cápita al año), Chile (más de 25 kilos per cápita) y Colombia ( sobre 11 kilos per cápita) superan a Perú.
En efecto, durante los últimos años los consumidores peruanos han aprendido a utilizar esta carne porcina en diversos platos y de manera frecuente, conociendo los diversos cortes de cerdo y a diferenciarlos en cuanto a su valor.
Asoporci realiza con buenos resultados la campaña “Come cerdo, come sano” entre los peruanos y se proyecta que su consumo siga creciendo, pero el alza de precios podría dificultar aún más el crecimiento de este mercado.