Presidenta del Comité de Equidad e Inclusión de la Confiep
El 25 de noviembre de cada año se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, para alzar la voz ante la violencia que se ejerce sobre las mujeres a nivel mundial, y reclamar políticas públicas en favor de la eliminación de la misma en todas sus formas. Este día se declaró el 17 de diciembre de 1999 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el principal objetivo de luchar contra la violencia, entendida como todo acto de violencia que tenga como consecuencia el sufrimiento físico, sexual, psicológico, o la coacción, amenaza o privación arbitraria de libertad para la mujer, por el hecho de ser mujer y que tenga lugar en su vida pública o privada.
Este día tiene como principal objetivo hacer un llamado de alto a la violencia y de acción contra ella. Este día no solo busca frenar la violencia física, que es la modalidad de violencia más latente, sino contra todos los tipos de violencia, como la económica, que se relaciona con la dependencia financiera de otra persona para mantener un control sobre la pareja íntima; violencia psicológica y emocional, a través del daño a la autoestima; y a la violencia sexual. Por otro lado, existen otros tipos de violencia más extrema, como la trata de personas, la mutilación genital femenina o el matrimonio infantil, que también se incluyen en esta lucha, además de la violencia en línea, que abarca el ciberacoso, sexteo o doxing.
De los diversos tipos de violencia existente es importante resaltar que, lamentablemente, en nuestro país vemos a diario la manifestación de diversas formas y canales en donde se permite e impulsa la violencia. Solo en los seis primeros meses del 2022 se registraron 70,000 casos de violencia contra la mujer y 117 casos de feminicidio; y de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, casi 5,000 mujeres se han reportado como desaparecidas desde inicios de año.
Otras cifras que es importante visibilizar corresponden a los más de 117,000 casos de violencia que los Centro de Emergencia Mujer han atendiendo hasta el momento, siendo el grupo etario de 30 a 59 años el más afectado; las 133,000 comunicaciones registradas por la Línea 100, servicio de denuncia de emergencia del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables; y los 4,975 casos de violencia familiar y sexual de alto riesgo presentados por el Servicio de Atención Urgente en lo que va del año, principalmente correspondientes a casos de violencia psicológica, violencia física y violencia sexual.
Constantemente, en los medios de comunicación vemos estremecedores casos de violencia que nos obligan a reflexionar sobre este tema. Sin embargo, la realidad es que, tristemente, ser mujer en el Perú es vivir con miedo y vivir bajo limitantes parámetros reforzados por el machismo profundamente arraigado en la sociedad. Basta recordar que Lima, de acuerdo con Plan Internacional, fue declarada en el 2018 como la ciudad más peligrosa del mundo para mujeres, hecho que se refleja no solo en cifras, sino también en la cultura y el ejercicio político en nuestro país.
Los actores que formamos parte del empresariado tenemos un rol clave en la prevención y en la erradicación de la violencia contra la mujer. Atender y brindar mecanismos para eliminar la violencia en el ámbito laboral es un tema sumamente importante debido a que este plantea un serio problema que afecta las relaciones laborales y a la salud de todos los equipos, la productividad y el clima de trabajo. Por todo ello, los empleadores debemos propiciar un entorno laboral libre de violencia contra la mujer, creando y gestionando una cultura de lugar de trabajo donde esté totalmente claro que no se toleran los comportamientos violentos. Esta es una labor compartida con los trabajadores y tiene resultados más exitosos cuando se trabaja activamente de forma conjunta.
Por todas las víctimas de violencia, y por todas las mujeres que nos preceden y vienen después de nosotras, seamos conscientes de la violencia que existe y persiste, impulsando la eliminación de la violencia desde los diversos espacios bajo nuestros cargos de líderes.