PJ Harvey ha vuelto luego de siete años y su retorno es, si bien menos accesible, mucho más personal. No estuvo del todo ausente. Durante ese lapso lanzó los demos de todos sus álbumes —y cerró el circuito con un disco de rarezas y lados B—, lo que permitió experimentar, por ejemplo, cortes como “Oh My Lover” bajo una luz acústica y con su sutil estridencia diluida. Un ejercicio interesante que deja abordar “I Inside the Old Year Dying”, su última producción, con mayor naturalidad.