
José Martínez Sanguinetti
Fundador de Sothys Capital
Tal y como era esperado, la Reserva Federal de los EE.UU. decidió ayer reducir su tasa de interés de referencia en 0.25%. Al mismo tiempo, comunicó que, de ahora en adelante, priorizará su objetivo de mantener los máximos niveles de empleo sobre el de mantener la estabilidad de precios. Las opiniones expresadas por la mayor parte de los miembros del órgano encargado de dictar las medidas de política monetaria en ese país, además, dejaron entrever que podría haber hasta dos recortes más este año.
Finalmente, el debilitamiento evidente del mercado laboral fue suficiente para que este organismo deje de lado la aparente resiliencia observada en las tasas de inflación en los dos últimos meses que, combinadas con datos decepcionantes por el lado del empleo, sugieren un escenario de estanflación.
La principal razón para recortar las tasas es la debilidad del mercado laboral. Recientes revisiones de datos mostraron que EE.UU. sumó 911,000 empleos menos de lo que se había informado, y en agosto se crearon solo 22,000 puestos. Las solicitudes de beneficios por desempleo también alcanzaron su nivel más alto en casi cuatro años. A juicio de la Fed, este deterioro más que justifica su decisión aun cuando en agosto, los precios al consumidor subieron 0.4%, elevando la tasa anual al 2.9%. Este repunte refleja el, hasta ahora, leve efecto inflacionario de los nuevos aranceles y el de la devaluación de más del 7% experimentada este año por el dólar.
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Como resultado de los mencionados recortes y de una inflación que no cae, se espera que las tasas de interés reales en EE. UU. se reduzcan sustancialmente. El rendimiento real de los bonos a 10 años había caído de 1.87% en junio a 1.56% antes de los recortes y, con las medidas anunciadas, deberían caer más. Esto hace que los activos estadounidenses sean menos atractivos para los inversionistas, incentivando la búsqueda de retornos más altos en otros lugares.
En Europa, la situación es similar. El Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido tasas nominales bajas, lo que, junto a un crecimiento económico modesto, ofrece pocos incentivos para los inversionistas que buscan un rendimiento real más alto.
En este entorno, las altas tasas de interés reales en la región ofrecen retornos atractivos para quienes estén dispuestos a asumir los riesgos adicionales. Los bancos de Brasil, Colombia, México, Perú y Chile han mantenido recientemente altas tasas de interés para combatir, con relativo éxito, la inflación.
Por ejemplo, México tiene una tasa de referencia de 10.50% y una inflación de alrededor de 3.90% y se mantiene cerca de su objetivo del 3%. La fortaleza del peso, impulsada por las altas tasas y el nearshoring, ha ayudado a contener los precios. Brasil y Colombia están entre los países que ofrecen los retornos ajustados por inflación más altos. Estos países enfrentan tasas de inflación superiores al 5% manteniendo tasas de interés de 15.0% y 9.25% respectivamente. En Perú, en particular, la tasa de interés de referencia acaba de ser reducida a 4.25% mientras que la inflación de los últimos 12 meses fue 1.1%, altamente influenciada por la apreciación del Sol. En Chile, la tasa interbancaria es 4.75% mientras que la inflación se mantiene en 4.0%.
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Esta coyuntura favorable debe durar tanto como se sostengan los altos retornos ajustados por inflación. Dado el éxito obtenido por el BCR en el Perú en el control de la inflación, podemos esperar que las tasas interbancarias se reduzcan más rápido en nuestro país. En México y en Chile los recortes llegarán cuando la inflación ceda. Estas decisiones, sumadas a los nuevos ciclos políticos y a las bajas expectativas de crecimiento, podrían ponerle fin a esta coyuntura favorable hacia el 2026.
