Por Victor Lozano, director en Verne Comunicación e Innovación
En conferencias, talleres y consultorías suelo hacer una pregunta sencilla: ¿Qué se te viene a la mente cuando piensas en inteligencia artificial (IA)? Hace apenas unos años, la respuesta típica era “robots”. Sin embargo, en tan solo dos años, esta percepción ha cambiado. Hoy, la IA se asocia con herramientas como ChatGPT, Claude y otras plataformas. En el contexto empresarial, el discurso ya no gira exclusivamente en torno a la automatización o el ahorro de tiempo, sino también en torno a la creatividad, la ideación y la capacidad de innovación. Esto plantea una pregunta crucial: ¿Cuánto se ha implementado realmente la IA en los negocios? ¿En qué fase de adopción nos encontramos?
Lo cierto es que, hasta hace poco, integrar IA en las empresas era una meta inalcanzable para muchas organizaciones. Incluso con la llegada de la IA generativa y su reducción de costos, las empresas aún encuentran desafiante incorporarla de manera transversal. Sin embargo, la IA sigue avanzando a un ritmo imparable, y el 2025 se perfila como el año de los agentes autónomos de inteligencia artificial. Estos agentes, basados en tecnología de IA, prometen cambiar cómo gestionamos tareas operativas, y además cómo creamos, investigamos y entendemos a nuestros clientes. ¿Por qué son tan relevantes para la integración de la IA en los negocios? Veamos las razones clave:
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Más allá de la promesa de automatización
Los agentes autónomos de IA no solo automatizan tareas repetitivas, sino que también contribuyen a generar nuevas ideas. Son capaces de analizar tendencias del mercado, sintetizar información y proponer soluciones innovadoras. En marketing, por ejemplo, pueden sugerir campañas creativas basadas en datos del consumidor o incluso generar conceptos originales para productos o servicios.
Profundidad en la investigación y descubrimiento de insights
Una de las mayores fortalezas de estos agentes es su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos en tiempo récord, ayudando a descubrir patrones ocultos y obtener insights valiosos sobre el comportamiento del cliente y de diferentes audiencias. Para una empresa que necesita construir relaciones de valor con diferentes audiencias, este conocimiento puede ayudar a encontrar nuevas formas de construir relevancia.
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Facilitadores de la comunicación corporativa
Los agentes autónomos también están transformando la manera en que las empresas se comunican, tanto internamente como externamente. Pueden redactar informes, discursos o comunicados de manera coherente y adaptada al público objetivo. Además, su capacidad para procesar información contextualizada asegura mensajes claros y alineados con la estrategia de posicionamiento y reputación.
Especialización a medida
Estos agentes pueden ser entrenados para abordar retos específicos de cada industria. Por ejemplo, en sostenibilidad, un agente autónomo puede ayudar a calcular y reducir la huella de carbono de una empresa. En el área de innovación, pueden generar prototipos virtuales o proponer mejoras en productos existentes, combinando datos técnicos con creatividad. Sí, creatividad desde el lenguaje natural que procesan.
Contexto y personalización avanzada
Una de las limitaciones de la IA tradicional era su falta de contexto. Los agentes autónomos superan este obstáculo al ser entrenados con información específica y personalizada para cada empresa. Esto permite que las interacciones sean más relevantes y efectivas, desde un proceso de inducción efectivo para nuevos colaboradores, en la atención al cliente, así como en la gestión de equipos.
Flexibilidad e integración en ecosistemas empresariales
Los agentes autónomos pueden conectarse con una amplia variedad de herramientas tecnológicas, desde CRMs hasta plataformas de análisis de datos. Su flexibilidad les permite adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y a las necesidades específicas de cada negocio.
La era de los agentes autónomos marca una evolución tangible en la forma en que empresas y personas interactúan con la tecnología. Estos agentes amplifican nuestras capacidades.
Para aprovechar al máximo su potencial, es fundamental que las empresas se pregunten:
- ¿Cómo puedo utilizar agentes autónomos para fomentar la innovación en mi organización?
- ¿Qué áreas podrían beneficiarse de un enfoque más creativo o personalizado gracias a la IA?
- ¿Cómo garantizo que estos agentes operen de manera ética y alineada con los valores de mi empresa?
El 2025 promete ser el año en que los agentes autónomos de IA dejen de ser una idea futurista para convertirse en una realidad con impacto en los negocios, el posicionamiento y la reputación.
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