Economista
En estos días hemos recibido las buenas noticias de la llegada de la vacuna contra el covid-19 en la primera semana de febrero y de una cantidad de dosis por determinar en el primer trimestre por parte de Covax Facility.
¿Quiénes recibirán la vacuna? ¿En qué orden de prelación? El Plan de Nacional de Vacunación contra el covid 19 del Ministerio de Salud (Minsa) establece tres fases. Para la primera fase se determina que se vacunará al personal de salud, de las FF.AA. y Policiales, bomberos, Cruz Roja, personal de seguridad, serenazgo, brigadistas y personal de limpieza, estudiantes de la salud y miembros de las mesas electorales. Solo el personal de salud representa 330 mil personas -según el Observatorio de Recursos Humanos de la Salud del Minsa-, lo que de por sí excede el número de dosis que se van a recibir en febrero. Es importante que se establezca con claridad el orden de prelación dentro de esta primera fase, particularmente si el primer lote de Covax Facility es reducido o se retrasa por alguna razón.
Alrededor de la vacunación de la población peruana hay múltiples procesos que poner en marcha, fortalecer o afinar. Sin duda, el Plan Nacional de Vacunación del Minsa es una guía fundamental y ahora se requieren pautas operativas concretas para orientar los planes de implementación de la vacunación de las regiones del país. Estas pautas deben propender a la estandarización de sistemas y procesos con claros correlatos a instrumentos para una supervisión y control oportunos y con valor agregado. Los indicadores de monitoreo deben ser reportados en tiempo real a la opinión pública. Por ejemplo, muy bueno sería conocer ya el mapa nacional de cadena de frío. La confianza en el proceso de vacunación dependerá en mucho de la transparencia y credibilidad de la información pública.
Con relación al intenso proceso de coordinación que se requiere, es oportuno tomar en cuenta instancias ya existentes en vez de crear nuevas. Así, el plan menciona comités políticos y comités técnicos cuando, por ejemplo, los Centros de Operación de Emergencia (COE) se pueden activar rápidamente, son instancias conocidas por los funcionarios y han venido siendo visibles para la opinión pública. Por otro lado, en los últimos años la PCM ha organizado periódicamente los encuentros GORE Ejecutivo que deben ser enfocados en este periodo en la coordinación y la rendición de cuentas del esfuerzo de fortalecimiento de la salud pública y de la vacunación, en particular.
Para la vacunación particularmente en la fase dos (que alcanzará a la población de mayor riesgo -adultos mayores, personas con comorbilidades, personal del INPE y personas privadas de la libertad, poblaciones indígenas-) y en la fase tres (poblacional de 18 a 59 años), se requiere ampliar la dotación de personal de salud, en especial enfermeros y técnicos de enfermería. Todo el personal a cargo de la vacunación debe ser capacitado con especial cuidado en lo referido a la vigilancia de los eventos adversos de interés especial que puedan ocurrir después de la administración de la vacuna. Felizmente el Minsa cuenta con la Escuela de Salud Pública, que se espera juegue un rol esencial en el refuerzo de las capacidades del personal de salud en este contexto.
El plan menciona el uso de herramientas digitales asociadas a la captura de datos y generación de información. Es muy importante que además se defina la estrategia digital de cara a la población. Así como podemos consultar por aplicativo dónde vamos a votar en las elecciones que se avecinan, se necesitan medios digitales estandarizados a nivel nacional para poder consultar dónde y cuándo nos tocará vacunarnos, en particular a aquellos comprendidos en las fases dos y tres. El padrón general de vacunación será clave para este fin. Es imperioso establecer un sistema de vacunación que satisfaga las necesidades de la población y que coadyuve a la confianza en el sistema de vacunación y en el liderazgo del Minsa.