Vivimos tiempos complejos y críticos en nuestro país. A pesar del crecimiento económico y la estabilidad macroeconómica logrados en las últimas dos décadas, persisten brechas sociales en salud, anemia, educación y servicios básicos, afectando la dignidad y el desarrollo de millones de peruanos.
La corrupción, raíz de numerosos problemas, permea la inversión pública, las compras públicas y la tramitología municipal, generando abusos. A esto se suma el peligroso avance de actividades ilegales como minería, tala y narcotráfico, que impactan empresas y ciudadanos, infiltrando la política y el sistema de justicia. Las actividades ilegales son, posiblemente, los principales corruptores del sistema y donde se vulneran derechos humanos.
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La incursión en la propiedad y el asesinato de 10 trabajadores en Minera Poderosa nos llena de dolor. Refleja el avance de actividades ilegales y la pérdida de control estatal en brindar seguridad básica. Esta situación es insostenible y requiere una respuesta urgente. Deben unirse el sector privado, la academia, la sociedad civil y políticos honestos para lograr los cambios necesarios.
Gremios empresariales y asociaciones civiles deben colaborar para incidir en cambios en las reglas electorales, filtrar candidatos idóneos y reducir el financiamiento de actividades ilegales.
Empresas y organizaciones como Empresarios por la Integridad y Alliance for Integrity en Perú han promovido la implementación de sistemas anticorrupción, extendiéndolos a través de programas de capacitación y certificación para pymes, con acceso a un canal de denuncias de la Contraloría.
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Es fundamental que las empresas denuncien la corrupción sin temor. Una reciente denuncia en una licitación pública evidenció la dirección irregular de la misma, resultando en la cancelación para volver a licitar con transparencia.
En ausencia de liderazgo ético en el país, el sector privado puede y debe liderar este cambio mediante acciones concretas. Recuperar la confianza entre el sector público y privado es clave para restaurar la fe en la democracia y las instituciones, impulsando el crecimiento económico y el tan ansiado desarrollo para todos. Hacemos un llamado a la acción unificada contra la corrupción para construir un futuro próspero.