Socio de Vinatea & Toyama
La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) deroga la norma que incorporaba a los más de 250 mil trabajadores CAS (Contrato Administrativo de Servicios) al régimen laboral público. Sin embargo, el fallo indica que estos no pueden ser despedidos.
Es un caso difícil. Estamos ante trabajadores que laboran en el Estado, en muchos casos, décadas, sin estar en planillas, a pesar de que se les indicó que el régimen era “temporal”, y además se trata de una forma de contratación con menores beneficios laborales. Sin embargo, la ley derogada proponía la inclusión automática del CAS a planillas sin concursos ni presupuesto público.
La prohibición de contratación vía CAS generó serios problemas en el Estado este año. Durante este año, si renuncia un trabajador CAS, no puede ser reemplazado. Inclusive, la Ley de Presupuesto 2022 está señalando que se puede contratar bajo “órdenes de compra” a trabajadores, es decir, contratación de verdaderos trabajadores por honorarios profesionales y “fuera de planillas”. Una norma a todas luces inconstitucional.
Tras esta derogatoria, el gobierno debe impulsar la reforma del servicio civil que tiene años de lento avance. Hay más de 500 entidades que están en espera para que, progresivamente, con concurso público y en la medida que el presupuesto lo permita, ingresen los trabajadores a un sistema meritocrático, que permita el crecimiento profesional dentro o en otra institución pública. El Estado necesita urgente talento y el talento solo se consigue con procedimientos predecibles, transparentes y que compense a los mejores profesionales.
El ingreso al Estado debe realizarse mediante concursos públicos nacionales. En muchos países desarrollados trabajar en el Estado es sinónimo de orgullo, estatus y crecimiento profesional. No debemos soñar, hoy tenemos, tras la sentencia del Tribunal Constitucional, la oportunidad de cambiar el destino del servicio público. El desarrollo de nuestro país solo se podrá dar con profesionales altamente competentes, pero ello requiere que apostemos por la gran reforma del servicio civil
Tenemos “islas meritocráticas” en el Estado. Entidades como BCR, Sunat, SBS, etcétera, tienen escuelas internas y crecimiento meritocrático. Hay cambios en las posiciones públicas de confianza, pero respeto a la meritocracia interna. Las islas tienen que ser continente, señor presidente y señores ministros. Es el momento.