Director de la carrera de Economía de la U. de Lima
Un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo sobre la macroeconomía regional presenta tres grandes retos que deberán enfrentar los países de América Latina en general y el Perú en particular para poder alcanzar el deseado desarrollo. Específicamente se trata de retos vinculados con aspectos sociales, aspectos fiscales y aspectos relacionados con el crecimiento de las economías de la región.
En primer lugar, en cuanto al reto social, los países latinoamericanos se han visto afectados significativamente como consecuencia de la pandemia de covid-19 y por los efectos de la guerra entre Ucrania y Rusia, por los que se ha incrementado los niveles de pobreza, que han superado a las cifras de hace una década.
En el caso específico del Perú, una de las consecuencias más lamentables ha sido el incremento de la pobreza monetaria: de niveles de aproximadamente 20%, en el 2019, a más de 30%, en el año 2020. Por su parte, si bien se logró reducir la pobreza a un nivel de 25.9% en el año 2021, este indicador se incrementó nuevamente al cierre del año 2022 a un nivel de 27.5%. Asimismo, por ubicación geográfica, la pobreza alcanzó al 41.1% de la población rural y al 24.1% de la población urbana.
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La solución de este problema requiere de la recuperación de los niveles de crecimiento de la economía peruana, sobre todo a través de incentivos a la inversión privada tanto nacional como extranjera, y del perfeccionamiento de las políticas sociales del Estado peruano.
En segundo lugar, las cuentas fiscales han sufrido un importante deterioro y la relación de deuda soberana a Producto Bruto Interno (PBI) en la región ha superado el 70% con algunos países, además que han perdido su categoría de grado de inversión de acuerdo con las principales calificadoras de riesgo internacional, lo que encarece las tasas de financiamiento.
En cuanto al problema fiscal, el Perú es uno de los países que mantienen una mejor situación, con una relación de deuda a PBI menor al 35%, por lo que tiene la oportunidad de obtener financiamiento a tasas competitivas que le permitan modificar su estructura de pagos y financiar proyectos tanto públicos como privados que contribuyan con la recuperación económica.
En tercer lugar, se estima que las tasas de crecimiento de las economías de la región de los próximos años no sean suficientes para alcanzar los objetivos de desarrollo planteados por los distintos países. América Latina crecería por debajo del crecimiento mundial de 2.4% con un nivel de solo 1.3%. En cuanto el Perú, el crecimiento estará alrededor de 2.5%.
En este entorno internacional, el Perú debe centrarse en la recuperación de su crecimiento, para lo que debe restablecer la confianza de los inversionistas privados. La inversión privada, que en promedio ha sido más de tres veces la inversión pública en los últimos años, es el principal factor que permitirá enfrentar los tres retos mencionados por el Banco Interamericano de Desarrollo, a través del efecto multiplicador en el crecimiento y por la generación de recursos para el fisco que permitan la estructuración de un shock de inversión social que contribuya a disminuir significativamente la pobreza.
Asimismo, sobre los recursos captados se deberá considerar las mejoras necesarias en educación y salud que aseguren un crecimiento a largo plazo a través de la sofisticación de nuestros niveles de capital humano.
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