Escribe: Flavio Lavaggi, Managing Director de Cambridge Business Association para Colombia, Ecuador y Perú
Si bien es cierto que la posibilidad de elegir entre trabajo presencial, remoto o híbrido fue un punto de discusión antes del 2020; hoy en la etapa poscovid, aún se está generando bastante controversia. Hemos analizado dicha situación en CBA, y junto con mi colega Carlos Castillo encontramos dos bandos bastante claros:
Por un lado, las empresas están exigiendo el regreso al trabajo presencial, al menos 3 días por semana. El 90% de las empresas planea implementar políticas de retorno, según un informe de Resume Builder. El 30% dice que amenazará con despedir a los empleados que no cumplan con los requisitos de la oficina.
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Por el otro, los empleados quieren mantener las ventajas del trabajo desde casa. El 77% de los jóvenes de la generación Z encuestados en un estudio de Deloitte manifiesta que abandonaría su trabajo si su empresa le obligara a ir a la oficina a tiempo completo. El 75% de los millennials encuestados haría lo mismo. Según el estudio “Workmonitor”, el 35% de los trabajadores optaría por un esquema híbrido como formato permanente. Sólo el 19% preferiría seguir trabajando siempre desde su hogar, y apenas el 6% quisiera trabajar siempre desde la oficina.
¿Por qué las empresas quieren que sus colaboradores regresen a la oficina?
Según las empresas, y tienen razón en muchos casos, el trabajo presencial tiene varias ventajas fundamentadas para la dinámica organizacional y la cultura empresarial. Algunas de estas son:
1.- Fomenta la colaboración y la innovación: la interacción cara a cara mejora la colaboración entre los equipos, especialmente en temas de creatividad, innovación y resolución de temas complejos.
2.- Fortalece la cultura organizacional: la presencia física en la oficina ayuda a reforzar la identidad y los valores de la empresa, facilitando la transmisión de la cultura, especialmente a los nuevos empleados.
3.- Mejora la comunicación: aunque las herramientas digitales permiten una comunicación efectiva, las interacciones en persona pueden minimizar malentendidos y facilitar la comunicación no verbal, como el lenguaje corporal y el tono de voz, que son importantes para entender el contexto completo de las conversaciones.
4.- Aumenta la efectividad en la supervisión: para algunos gerentes, supervisar el trabajo y evaluar el desempeño de los empleados es más sencillo cuando se realiza en persona.
5.- Reduce los riesgos de ciberseguridad: el trabajo presencial reduce el riesgo de brechas de seguridad informática al limitar el acceso a la información sensible a un entorno controlado.
Aun así, debemos mencionar que no todas las empresas ni todos los empleados se benefician de la misma manera del trabajo presencial. La decisión de regresar a la oficina debe considerar tanto las necesidades del negocio como las de los empleados, buscando un equilibrio que maximice la productividad y el bienestar.
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¿Por qué los empleados quieren mantener el trabajo remoto?
En general, los deseos de mantener el trabajo remoto se centran en la flexibilidad, el bienestar y la eficiencia personal. Algunos de los motivos principales por los que los empleados prefieren continuar con el trabajo remoto son:
1.- Mayor flexibilidad de horario: el trabajo remoto permite gestionar mejor su tiempo, permitiéndoles equilibrar sus responsabilidades laborales con las personales o familiares.
2.- Ahorro de tiempo y dinero en el desplazamiento: al eliminar la necesidad de trasladarse a una oficina, estos ahorros pueden dedicarse a actividades personales.
3.- Mejora en el bienestar físico y mental: la posibilidad de trabajar desde un entorno familiar y cómodo puede reducir el estrés y mejorar el bienestar general.
4.- Mayores oportunidades de empleo: el trabajo remoto abre oportunidades de empleo para personas que viven en regiones con menos ofertas laborales o para aquellos que, por razones de salud o personales, prefieren o necesitan trabajar desde casa.
5.- Sostenibilidad ambiental: al reducir el número de desplazamientos, el trabajo remoto contribuye a la disminución de las emisiones de CO2 y tiene un impacto positivo en la sostenibilidad ambiental.
Si bien el trabajo remoto ofrece numerosos beneficios para los empleados, también presenta desafíos, como la posible sensación de aislamiento, dificultades en la separación entre la vida laboral y personal, y la gestión de la comunicación y colaboración a distancia.
Como podemos ver, cada “bando” tienes sus buenas razones. El trabajo presencial tiene ventajas y el remoto también. Para nosotros en CBA, la solución ideal para muchas organizaciones y sus equipos es un modelo de trabajo híbrido o flexible que combine lo mejor de ambos esquemas.
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Sin embargo, vemos que muchas organizaciones han elegido un esquema de repartición de tiempo que no es adecuado, del estilo “tres días remoto y dos presenciales”. Así, tenemos personas llegando a las oficinas para participar en reuniones virtuales. Esto no tiene mucho sentido.
Nuestra recomendación es organizar un esquema híbrido diseñado sobre la base de lo que sea más productivo para cada equipo. Indicar qué tipo de trabajo se debe realizar de manera presencial, porque es más productivo, y cuál de manera remota, porque no hay mayor ventaja al hacerlo presencial.
Ya vimos que el trabajo creativo, de innovación o de resolución de problemas complejos, es más efectivo de manera presencial. Por lo tanto, las reuniones de este tipo de trabajos es recomendable que sean presenciales.
El trabajo de rutina, como sesiones de rendición de cuentas se puede hacer en formato virtual. El trabajo individual también funciona bien de manera remota.
En organizaciones que se encuentran en proceso de cambio, donde la cultura organizacional está en proceso de transformación, la presencialidad siempre será lo más recomendable.
Obviamente, organizar el trabajo híbrido de esta manera es más difícil, pero será más efectivo para la organización y más satisfactorio para los empleados.
Por último, el trabajo remoto o híbrido, al limitar la supervisión y el contacto, requieren de buenos esquemas de medición del desempeño y de comunicación.
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