Gerente central de Consultoría en Salud y Beneficios de Marsh Perú
Más de 3′200,000 personas viven con alguna discapacidad en el Perú, entre impedimentos visuales (48%), dificultades para caminar o moverse (15%), e incluso algunas que conviven con dos o más discapacidades (18%), según el último Censo realizado a nivel nacional. Dado que este grupo poblacional representa al 10% de los peruanos es necesario conocer el panorama de las condiciones en las que laboran.
Contar con alguna discapacidad actualmente no es impedimento para poder realizar ciertas actividades laborales, sin embargo, es importante que este desarrollo vaya de la mano con un paquete de beneficios. Los empleadores juegan un papel fundamental para impulsar planes de beneficios incluyentes. De hecho, el 56% de las organizaciones en el Perú que considera importante la revisión de estrategias de beneficios inclusivos, priorizaría un enfoque en las personas con discapacidad, según el informe Reinventando los Beneficios desarrollado por Marsh.
A pesar de ello, la situación para las personas con discapacidad es aún complicada y los trabajadores que más apoyo necesitan son quienes tienen menos probabilidades de recibirlo. En el Perú, desde hace 7 años ya existe una norma para la Ley que busca implementar una cuota de empleo para personas con discapacidad en las empresas del país.
Es decir que, aquellos empleadores privados que cuenten con más de 50 trabajadores en planilla están obligados a contratar personas con discapacidad en una proporción no menor al 3% de la totalidad de su personal. No obstante, durante los últimos años, esta cuota de inclusión solo sería cumplida por el 1% de las empresas que tienen el deber de hacerlo, según advirtió el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE).
Pandemia y discapacidad
La situación del COVID-19 tampoco fue favorable para el sector de trabajadores con discapacidad. Si bien antes de la pandemia más del 60% de las personas con esta condición no participaban del mercado laboral, con la crisis de la pandemia se observó una reducción del empleo para esta población, según advirtió la Defensoría del Pueblo. Esto evidencia que aún hay un gran reto de planificar y minimizar el impacto de cualquier riesgo externo como lo ha sido la pandemia.
Otro aspecto importante que las organizaciones necesitan reforzar son las medidas de protección para sus empleados que conviven con alguna discapacidad frente a casos de accidentes laborales, tratamientos por salud mental, entre otros. Dichos beneficios actualmente varían dependiendo de los ingresos.
De acuerdo a un reciente informe de Marsh, aquellos trabajadores que perciben un salario mayor al ingreso promedio son quienes tienen 34% de probabilidad para tener alguna medida de protección por casos de discapacidad, mientras que, quienes tienen menos ingresos promedio, esa probabilidad disminuye a solo el 24%.
Para lograr la inclusión en nuestras organizaciones es necesario que los empleadores mantengan una posición de escucha activa frente a sus trabajadores, pues así se podrá tomar en cuenta beneficios específicos para los grupos minoritarios como los son las personas con discapacidad. De igual forma, hay que evitar descartar beneficios que podrían ser valorados solo por ese grupo de colaboradores.