
Escribe: Marco Montejo, Rates Trader Associate Lead BBVA
(7 de octubre del 2025) En Perú, hablar del tipo de cambio es hablar de confianza. No es solo una cifra que aparece en las pizarras de las casas de cambio: es el pulso de una economía altamente dolarizada. Cuando el sol se debilita frente al dólar, las familias sienten el golpe en los precios de los productos importados, las empresas ven encarecerse sus deudas y la inflación se convierte en una amenaza. Cuando ocurre lo contrario, los exportadores se quejan de perder competitividad.

El rendimiento del tipo de cambio se explica por diversos motivos, entre los cuales, los factores externos marcan gran parte de la historia. La política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos sigue siendo decisiva, ya que cada cambio en sus tasas de interés altera los flujos de capital hacia los mercados emergentes y repercute directamente en el valor del dólar en el Perú. Otro elemento central es el precio del cobre, producto estrella de exportación. Cuando la cotización sube, entran más dólares al país y el sol se aprecia; cuando cae, ocurre lo contrario.
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En el terreno interno, la política y la estabilidad institucional juegan un papel crucial. No es casual que en periodos de crisis política aumente la demanda de dólares como refugio. Pese a ello, los sólidos fundamentos macroeconómicos, la credibilidad de la política monetaria y la experiencia del BCRP en el uso de instrumentos como swaps cambiarios y reservas internacionales para evitar movimientos bruscos, han dado un colchón de tranquilidad.
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En los últimos meses, el sol peruano ha gozado de un desempeño robusto, operando a niveles no vistos desde junio del 2020, beneficiado por un contexto en el que el dólar se debilitó a nivel global. Detrás de este movimiento se encuentran noticias que marcaron la dinámica de las tasas en Estados Unidos, como los decepcionantes datos de empleo que reforzaron la percepción de que la economía pierde tracción y elevaron las apuestas a recortes más agresivos de la Fed.
Tipo de cambio: ¿Qué puede pasar en los próximos meses?
En el corto plazo, el mercado en Perú seguirá atento al efecto que el último retiro de fondos de pensiones aprobado por el Congreso pueda tener en los activos locales, ya que la potencial oferta de dólares que implican estas operaciones podría limitar la duración de cualquier rebote del tipo de cambio. En la práctica, cada corrección del dólar podría ser aprovechada para aumentar posiciones en soles.
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En el mediano plazo, la visión sigue siendo positiva. El escenario de un dólar globalmente débil se consolidaría, mientras que en el frente interno se espera un nuevo récord de balanza comercial para este año, impulsado por precios de exportación favorables y mayores volúmenes mineros. Aunque en términos nominales el PEN ha alcanzado niveles no vistos en cinco años, en términos de tipo de cambio real multilateral no luce caro y aún cuenta con espacio para una mayor apreciación, considerando que su buen desempeño ha estado acompañado de la apreciación de las monedas de sus principales socios comerciales.
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En suma, los flujos locales, el debilitamiento del dólar a nivel global y los fundamentos de la economía peruana continúan respaldando al sol. No obstante, conviene no perder de vista que la estabilidad cambiaria es también un juego de expectativas. El inicio del ciclo electoral hacia 2026 puede introducir incertidumbre en un país donde la política suele ser más volátil que los mercados. Mantener la disciplina macroeconómica será clave para sostener la confianza en el PEN.